POV: Tom.
Desperté por una cálida luz que se colaba por la ventana, estaba tan cansado que me sentí desconcertado de mi ambiente, una habitación llena de vegetación y decoraciones, colores verdes naciendo del techo y de las mismas paredes, todo el cuarto parecía el interior de una planta, en el centro estaba la cama en la que nos encontrábamos Jack y yo, a los pies de un baúl, a un costado un armario y en el otro una mesa con dos sillas. Cabe resaltar que por muy extraño que fuera este ambiente era bastante hermoso, casi tan hermoso como el hombre que descansaba a mi lado. La noche anterior con Jack fue mágica, no sé qué contenía el menjurje que nos dio el viejo, pero dejó de lado la fatiga y los prejuicios, me entregué por completo a él y las sensaciones que le dio a mi cuerpo; debo admitir que para ser mi primera experiencia íntima con alguien me sentí muy bien, no puedo esperar q descubrir más sensaciones como las que conocí a noche.
Debía levantarme para ver a Zoro, que se había quedado en el jardín, e ir por algo de agua, me encontraba bastante sediento, me levanté con cuidado de no despertar a Jack. Me puse las ropas limpias que el anciano había dejado sobre el baúl. Pude verme en el espejo junto al armario, me quedaba muy bien.
Al salir por la puerta fui sorprendido por una delgada figura femenina de la altura de una niña, pero con piel medió verdosa y cabellos violetas, llevaba un vestido blanco e iba descalza; cargaba en sus manos una bandeja con algo que parecía comida, unos tarros de madera y una jarra igualmente de madera.
-Ah, ya despertaron- su voz sonaba como el tintinar de unas campanas de viento-.
-¿Quién eres tú? - pregunté con voz baja mientras terminaba de cerrar la puerta detrás de mí- ¿Eres de los fey que mencionó el anciano ?-.
-Hola, antes que nada, para ser un noble humano te faltan muchos modales-.
-Lo siento, señorita- ella tenia razón, fui descortés-. Le pido una disculpa, no quise ofenderla-.
-Jumm- parecía seguir indignada-. Mi nombre no puede ser pronunciado por labios humanos, pero si quieres puedes llamarme Lania. Y sí, soy una fey, si soy precisa soy una pixxie-.
-Un placer, señorita Lania- hice una pequeña reverencia-.
-Tampoco hace falta que exageres. Toma- por poco me echa encima la bandeja-. Se los manda Alastor. Coman, y cuando terminen salgan al jardín, ahí hablará con ustedes sobre su entrenamiento-.
- Pero el viejo dijo que nos daría unos días libres...-.
- El descanso también es parte de entrenar... Alastor tenía razón, los humanos piensan muy raro-.
-Gracias...creo-.
-No hay de que- respondió con una juguetona sonrisa. Esta niña no conocía el sarcasmo-. Disfruten su comida-.
Sin decir nada más se dio media vuelta y se fue dando traviesos y alegres saltitos. Supongo que ir con Zoro podría esperar a que Jack y yo comiéramos algo.
Entré lo más silencioso que pude a la habitación y dejé la comida en la pintoresca mesilla para despertar a Jack.
-Hola..- susurro a su oído a la vez que acarició su cabello-. Jack, despierta-.
A diferencia de otras veces, hoy Jack no despertó en un susto, sino que simplemente suspiró, tomó de mi mano dibujó una ligera y tierna sonrisa en sus labios.
-¿TOM?- me preguntó con señas.
-Sí, soy yo ¿quién más podría ser?- no podía evitar de sonreír.
-ZORO- volvió a hablar con sus manos.
-¿Ah, si?- respondí juguetón-. Pues no creo que te guste si Zoro hace esto...-.
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Oscuridad y Silencio.
RomanceTom se esconde en la montaña, esperando a cobrar venganza de los asesinos de su padre y poder reclamar las tierras que le pertenecen. Jack acaba de escapar de la prisión donde lo tenían encerrado y torturado. El destino une a estos dos hombres para...