Dones.

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Bajo la luz de la luna llena, rodeados de naturaleza, yacía el joven dentro de un círculo marcado por velas negras, compartiendo el centro con una mujer de cabello de fuego, afuera de este dos expectantes jóvenes, hombre y mujer, uno escuchaba preocupado y la otra veía curiosa. El hechizo se invocó de la boca de ella en una lengua irreconocible para los presentes, el torso desnudo de la mujer se partía y desagarraba la carne ensangrentando sus pálidos y perfectos senos nutriendo a la tierra con su sangre; a su vez que el joven recostado en el suelo gritaba en agonía al sentir su herida pasar al cuerpo de la bruja.

El cielo antes despejado se llenó de nubes acompañadas de un gélido aire,  al unísono que la herida del hombre era cerrada comenzaría a caer la cálida lluvia en aquella noche invernal únicamente dentro de la periferia del círculo. Los dioses y diosas habían bendecido el buen uso del don en  el hechizo.

POV: Jack.

-¡Funcionó!- gritó Marina.

Yo estaba muy confundido, hacía frío, pero sentía calor de donde venía el olor a lluvia, sabía que estaba lloviendo, se escuchaba claramente caer el agua y mi olfato captaba la tierra ser mojada. No entendía que estaba pasando, si Tom y la Señora Marie estaban bien o no. Mi corazón latía tan fuerte que me retumbaba en los oídos. Odio no poder ver que es lo que está pasando, y no poderle decir a Marina que me diga que esta pasando.

Mi frustración aumentó cuando Marina, sin explicación alguna, me tomó de la mano y me jaló hacia ella obligándome a caminar siguiéndola, por mi oído sabía que nos acercábamos a donde caía la lluvia que no nos mojaba pero calentaba la fría noche de invierno.

-¿Estas bien, Marie?- preguntó Marina.

-Sí, mi niña- la voz de la señora Marie se escuchaba apagada, como si estuviera muy cansada o resfriada-. Sólo hay que esperar a que deje de caer la lluvia y podremos volver a casa.

Tom. Necesito saber sin él también está bien.

Afino mi oído todo lo que puedo para intentar escucharlo pero no oigo nada más que la lluvia caer.

Llamo la atención de Marina tocándole el hombro.

-¿Qué pasa, Gunard?-.

Al escuchar mi antiguo nombre me recorre un escalofrío a la vez que siento mi alma caer a mis pies. Pero logro disimularlo, creo, y hago la seña con la que me refiero a Tom y señalo a donde intuyo se encuentra el círculo.

-El principito está bien, no te preocupes,está consiente, pero se ve cansado, es de esperarse, una transferencia de vida no es cualquier cosa y mucho menos con una herida así de grande-.

Me sentía angustiado, quería ir por mi mismo a corroborar que realmente Tom estuviera bien, no tenía motivos para desconfiar de Marina, pero quería estar con él. Doy un paso adelante para buscar a Tom pero soy detenido por la fuerte mano de Marina.

-Espera- su tono es amable pero firme-, no puedes entrar al círculo hasta que la lluvia se detenga, la magia de Marie y la bendición de los dioses sólo permitirán que quienes iniciaron el hechizo estén ahí, si se rompe el círculo todo habría sido en vano-.

Lo que dijo la Señora Marie tiene todo sentido ahora "Este mundo es mucho más grande de lo que nosotros podemos comprender".

Después de no precisamente poco tiempo la lluvia dejó de caer y pudimos entrar el círculo, Marina notó mi urgencia por ir con Tom y me guío hasta él, luego ella fue con la Señora Marie.

Tom estaba recostado en el suelo, me arrodillé junto a él y toqué su rostro, estaba todo empapado y caliente por la lluvia. Tomó mi mano y con esto me llenó de paz, pero no era suficiente, tenia que "ver" su herida; me guié por su cuerpo hasta su fuerte y desnudo pecho, con la yema de mis dedos acaricié suavemente su piel buscando indicios de la herida causada por la espada de aquel soldado, pero en su lugar sólo encontré una gruesa línea, parecida a la de su frente pero más grande.

Debo admitirlo, me bastó con una vez que pasé mi mano por su pecho para saber que ya su herida estaba curada, pero me atreví a disfrutar de su cuerpo un poco más, no sólo su pecho era fuerte, sino que también su abdomen era musculoso. Mi curiosidad por él me hizo continuar mi tacto hacia su cadera y fue ahí que me di cuenta de que se encontraba completamente desnudo.

-Ja- se rió levemente Tom, y yo me sentí avergonzado-. Te ves tierno cuando te sonrojas-.

No pude evitar sonreír Él estaba bien.

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¡Hola, gente bonita!

Estoy muy feliz de que hayamos llegado a las mil lecturas de Obscuridad y Silencio, muchas gracias a quienes han llegado hasta aquí y me acompañan a seguir con esta historia.

Quisiera hacer algo especial por estas primeras 1k lecturas. Me gustaría invitarles a que en comentarios me dejen algunas preguntas que tengan, ya sea de mí, de los personajes o del mundo donde se desarrolla la historia.

Atte: Capullo de Aleli.

Oscuridad y Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora