POV: Jack.
Descansaba junto a Tom en nuestra cama después de un largo día de entrenamiento, mi cuerpo se sentía pesado y con cada músculo adolorido. De repente me despierto y lo primero que hago es buscar a Tom a mi lado, pero no lo siento en la cama, no sé si es de día o de noche ni cuánto tiempo he dormido, pero sí estoy casi seguro de que estoy sólo en la habitación.
-¿Tom? Amor ¿Estás aquí?- pregunté con voz adormilada.
No obtuve respuesta.
¿En dónde se metió ahora?
Intenté llamarlo mediante la mente pero tampoco obtuve respuesta. No me quedaría de otra más que levantarme e ir a buscarlo. Me puse una camisa y tomé mi bastón, que había dejado en su lugar junto a la puerta, como suponía que era de noche no me tomé el tiempo de ponerme el lazo en el rostro, no habría nadie despierto que me viera y no estaba del todo seguro de dónde lo había dejado anoche y decidí no perder el tiempo buscándolo.
Usar este bastón mágico es una gran ayuda, casi como una extensión de mi cuerpo. Al ser hecho con y para magia me permitía sentir con más claridad lo que estaba a mi alrededor, al tocar con los objetos los hacía vibrar mucho más y podía sentir en mi mano más cosas que sólo su ubicación, tales como el material y magnitud; si bien no me quita lo ciego, me ayuda muchísimo a orientarme y moverme con más libertad. En cuanto a como herramienta mágica se trata, ayudaba a canalizar mi don y potenciarlo, si sin él podía convertir una guijarro en polvo, con él podía hacer polvo una roca de mi tamaño, me ayuda a qué no me canse tanto haciendo magia y evita que acabe desmayado cuando uso mucho de mi poder.
Seguí el camino que conocía hacia la cocina, pero nada, Tom no estaba ahí, y tampoco en el patio, quien sí estaba ahí era Zoro, que me recibió con la misma alegría que siempre.
-Hola, muchacho- lo saludé bajando una rodilla al piso y dándole unos buenos mimos- ¿Has visto a Tom? No lo encuentro por ningún lado-.
El tierno perrito me respondió dando un ladrido. Sabía que me ayudaría a encontrar a Tom, cómo ya lo había hecho antes.
POV: Zoro.
No sé que hace el cachorro despierto si la luna está en el cielo, debería estar durmiendo con el líder. Pero si de algo sirvo en esta manada es para encontrar a quienes se pierden.
El líder había pasado a saludarme, como todas las noches, pasamos un tiempo jugando juntos y después se fue a dormir con el cachorro. A veces envidio un poco al pequeño, está más tiempo con el líder, pero entiendo que él lo necesita más que yo, los cachorros son algo torpes, aunque él parece que nunca dejará de ser un cachorro. Ahora mismo estoy corriendo en el bosque a dónde llega el aroma del líder y el cachorro se ha quedado atrás.
-¡Zoro! No vayas tan rápido, espera-.
Me gritó mientras avanzaba muy torpe con el con su palo en la mano. Este cachorro desde que llegó ha sido raro, en vez de llevar el palo en el hocico lo lleva en la mano, pero qué se le va a hacer.
Corrí de regreso con él y me puse a su lado para llevarlo con el líder. Dejaba que con su mano tocara mi lomo para que no fuera a perderse, mientras seguía tocando el piso con su palo.
-Gracias, muchacho. Eres un gran perrito-.
Claro que lo soy.
Esta manada estaría perdida sin mí.No sólo el olfato de esta cría es malo, aunque ya no se ve tan enfermo como antes. En su cabeza no hay ojos, también por eso es más torpe de lo normal.
Seguimos avanzando y avanzando. Al parecer el líder había dado un largo paseo por el bosque.
Después de pasar por muchos árboles y flores se alcanzaba a ver al líder a lo lejos. No pude contener la emoción y corrí hacia él.
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Oscuridad y Silencio.
RomanceTom se esconde en la montaña, esperando a cobrar venganza de los asesinos de su padre y poder reclamar las tierras que le pertenecen. Jack acaba de escapar de la prisión donde lo tenían encerrado y torturado. El destino une a estos dos hombres para...