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Capítulo 9: Condenadamente inteligente y sexy

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° Roier °

Salgo del edificio y me fijo alrededor de manera disimulada asegurándome que no estuvieran hombres de cucurucho cerca, una vez lo confirme fui a una cafetería, pedí un macchiato y uno americano, mientras esperaba mi pedido le marque a Pol, nuestro chofer para que viniera por mí, me dijo que estaría aquí en cinco minutos como mucho, le agradecí y colgué, me dan mis cafés, pago y salgo del establecimiento para esperar mi transporte.

Como Pol prometió estuvo aquí en cinco minutos, le pedí que me llevara a la casa, el viaje no duro mucho, él iba conduciendo bastante rápido, me imagino que Nussa le dijo que me quería ahí lo más rápido posible, al llegar le agradezco y bajo con las bebidas aún bastante calientes, subo los escalones de la entrada, en la puerta esta nuestra ama de llaves, una vez entro ella sale y cierra la puerta, esto comenzaba a ponerse raro.

- Nussa ya estoy en casa – me anuncio dejando los cafés momentáneamente en la mesita que está al lado de la puerta, me quito el abrigo y lo pongo en el perchero, vuelvo a tomar los dos recipientes y avanzo por el living.

- Vamos, sube Roi – me pide desde el segundo piso, hago lo que me pide cuando está cerca le tiendo el vaso de macchiato, él lo acepta con una sonrisa la cual desaparece rápidamente.

- ¿Pasa algo osito? – pregunto con genuina preocupación, esperaba que no fuera nada malo.

- No, no.... Solo necesito que te cambies, ponte bonito iremos a recoger algo con Franco – informa, hago una mueca sin poder evitarlo, aquel hombre era un completo idiota, en más de una ocasión me ofreció demasiado dinero para que me acostara con él o mínimo una mamada.

- Siempre me veo bonito, podemos irnos así como estoy – no puedo evitar que salga molesta mi voz, él me toma del mentón con su mano libre.

- Sé que no te agrada, a mí tampoco, pero es importante para nosotros amor, por favor ponte otra cosa – casi me suplica, bufo y aparto su mano con brusquedad.

- Quieres que vaya Zibá contigo, no Rogelio... por supuesto – suelto con desprecio y me dirijo a nuestra habitación, cuando entro tiro mi café en la papelera, él me sigue de cerca poniendo el suyo en la mesa que estaba cerca de la ventana.

- Bebé no te enojes, no puedo llevarte vestido con normalidad porque notaria que somos pareja, sabes que el más que nadie no debe saber, lo usaría en mi contra y eso te pondría en peligro – trata de justificarse, estoy parado frente al closet, siento sus cálidas manos posarse en mi cintura, lo aparto de inmediato.

- Espérame abajo, estaré listo en menos de cinco minutos – digo con frialdad, lo escucho suspirar derrotado.

- Amor... - lo interrumpo antes de que siga.

- Sal de la habitación, eres lo último que quiero ver en este momento.

Otro suspiro sale del albino, uno lastimero, me hace caso, sale de la habitación cerrando la puerta con suavidad, una vez estoy solo sonrió por mi maravillosa actuación, me sentía realmente poderoso el poder tratar como se me diera la gana a Nussa, casi todos le temían, pero yo no, el haría casi cualquier cosa que le pida sin cuestionarme, aunque debía admitir, si estaba molesto por ir con ese desagradable hombre, pero me daba igual el que me pidiera cambiarme, pero obviamente debía actuar como lo haría si estuviera en esta situación realmente, cuando iba a este tipo de reuniones suelo vestirme de manera sexy, pero no tanto como en el club, ahí normalmente estoy semidesnudo.