Capítulo 40: Plenitud.

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°

° Cellbit °


Habíamos dormido juntos después de hacer el amor, debía admitir que fue una experiencia realmente hermosa, me contuve mucho al no tomarlo con intensidad, quería que se sintiera amado y deseado lo cual al parecer conseguí, fue algo abrumador cuando esas lindas palabras salieron de su boca, yo temía decirlo porque no quería que se asustara, pero me alegraba qué las dijera, amaba a Roier con toda mi alma, haría lo que fuera por él, como sé que él haría lo que sea por mí.


Esta noche con lo único que soñé fue con el momento que compartimos, pero no hablo solo de lo sexual sino de los besos, caricias y lindas palabras que compartimos después de consumar el acto, aunque debo reconocer que estaba algo confundido por lo del condón, no porque me pidiera usarlo, sino por la reacción inesperada, pero no diría nada al respecto, si fuera algo importante el me lo diría.


No sé qué hora es ni me interesa, la última vez que dormí así de bien fue cuando hablamos por teléfono hasta la madrugada, aquella vez me quede dormido escuchando su hermosa voz, aprovecharía el poder dormir profundamente ya que lo tenía aquí a mi lado.


Siento un beso cariñoso en mi mejilla y después movimiento, me cubro bien con las sábanas y acomodo mi cuerpo en una posición cómoda, en un momento siento que se empieza a enfriar mi lado derecho, estiró mi brazo para abrazar el cuerpo de mi amado, pero solo siento las sábanas frías, abro los ojos y me siento, veo a mi al rededor, nuestra ropa ya no estaba regada por el suelo... ¿Se habrá ido sin despedirse?, aquel pensamiento hace que el corazón en mi pecho se oprima de decepción.


Me levanto con pereza, me dirijo a mi armario y saco un bóxer para ponérmelo, voy al baño a lavarme la cara y hacer mis necesidades, salgo directamente hacia mi cocina, me quedo petrificado ante la escena frente a mí, era Roier cocinando con una camiseta blanca y unos joggers negros, estaba usando mi ropa y por el aspecto de su cabello húmedo tal parecía que se había duchado.


Traía sus audífonos puestos, estaba cantando en voz baja una canción que jamás había escuchado, pero la letra era muy bonita, verlo en mi cocina usando mi ropa me hacía sentirme completamente feliz y emocionado, me acerco lentamente para no llamar su atención, rodeo su cintura con mis brazos, brinca ligeramente por el susto, voltea a verme quitándose un audífono.


– Buenos días gatinho, por fin despiertas – me sonríe ampliamente y antes de poder hacer o decir algo él me planta un casto beso en la mejilla, me sonrojo sin poder evitarlo.

– Buenos días – murmuró apenado, su sonrisa se ensancha y se recarga en mi cuerpo mientras regresa su atención al desayuno, eran panqueques con formas extrañas.

– Tu café ya está listo amorzinho, solo sírvete – me informa mientras comienza a moverse ligeramente y a tararear la música que escucha.

– Obrigado meu amor – le doy varios besos en su cuello y mejillas sin poder contener mi felicidad, se ríe ligeramente.

– No me distraigas Cellbo, vas a hacer qué me queme – separa su cuerpo del mío – anda, sírveme café a mí también – me manda con un movimiento de cabeza, le doy un último beso en el cuello y le hago caso.


Mientras nos sirvo una buena taza de café veo de reojo a mi guapito, parecía realmente contento, tarareando y moviendo ligeramente el cuerpo mientras cocina, podría acostumbrarme a esto sin lugar a dudas, pongo las tazas sobre la mesa, saco un par de platos y cubiertos, me sentía pleno y realizado, como si este pequeño momento que estaba compartiendo con mi pareja fuera todo lo que hubiera deseado toda mi vida, suspiro completamente enamorado, no podía evitarlo.

Game Over | QSMP AU | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora