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Capítulo 19: Dolor

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° Roier °

Les mentí wey, pónganse lubricante que se las voy a meter toda... digo, disfruten el capitulo :3

- No voy a rogar por mi maldita vida – escupe Franco en dirección a Cucurucho, este parece realmente divertido, juega con el palo de golf entre sus manos.

- No te preocupes por eso, no te obligare... tu solito comenzaras a hacerlo sin que te lo pida – acto seguido le da un fuerte golpe en el rostro con él, la sangre sale salpicando.

- Eres un hijo de puta, te pudrirás en el infierno – le suelta en un jadeo doloroso, Nussa ensancha su sonrisa.

- Ahí nos veremos amigo, ahí nos veremos – solo hay ironía en su voz y otro fuerte golpe aterriza en su rostro, le abre la ceja por lo fuerte del impacto.

Me limito a ver la escena sin ningún tipo de expresión en el rostro, no sentía lastima por ese bastardo, había jugado con fuego y ahora se estaba quemando, lo sabía de sobra, todo aquel que se meta en los asuntos de Nussa terminara así, solo que esta vez no me molestaba mucho que digamos, deseaba que el maldito sufriera por todo lo sucedido... por casi matar a Nussa y hacerme pasar por todo ese sufrimiento.

- ¿En serio creíste que podrías entrar a mi casa y salir ileso?... como te lo dije aquella vez en tu bar, eres más estúpido de lo que creí – otro golpe, esta vez en sus costillas, había sido tan fuerte que el palo de golf se dobló a la mitad, Franco no emitió sonido más que el fuerte resoplido al quedarse sin aire.

- Morirás tarde o temprano Cucurucho – suelta ronco y sin aliento.

- No me interesa, tú no serás la causa de eso al final de cuentas – dice mientras se ríe y avienta el palo de golf a la pared.

Se acerca a mi dirección, a mi lado estaba una mesa con diversos artículos, como martillos, cierras, bates, más palos de golf, navajas y cuchillos de diferentes tamaños, una batería de auto, un soplete... un sinfín de cosas más, me observa con una sonrisa lobuna, él en verdad estaba disfrutando todo esto.

- ¿Cuál usamos ahora bebé? – me pregunta dándome un beso en la mejilla, volteo hacia la mesa, hago una mueca de duda... se supone que yo no debería involucrarme en estas cosas, pero no lo haría directamente, solo debía elegir un arma.

- No lo sé mi amor, porque mejor no me aconsejas sobre esto, tu eres el experto – paseo mis manos por su pecho, me rodea con sus brazos y me pone frente a la mesa, recarga su barbilla en mi hombro.

- De acuerdo dulzura, pon atención – susurra en mi oído y me da un beso húmedo en el cuello, podía sentir su gran excitación.

Comienza a explicarme para que usa cada cosa, los martillos los usaba para las manos y los pies, los cuchillos no había ciencia solo era para hacer cortes, el hacha para cortar extremidades, las pinzas para arrancarle las uñas y dientes, los palos de golf y los bates para golpearlo, la batería del auto para electrocutarlo, el soplete para quemarlo poco a poco, también me sugirió que podríamos ponerle un trapo en la cara y comenzar a verter agua en su rostro hasta que se ahogara, le darían RCP y continuarían con lo siguiente, cada cosa que decía era peor que la anterior, no quería elegir ninguna a decir verdad, no quería presenciar nada tan grotesco como aquella vez de los dedos, no sabía qué pasaría si me rehusaba.