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Capítulo 23: Tortura y lágrimas.

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° Roier °

Noto como Cellbit casi queda inconsciente con el primer golpe que le da Nussa, se notaba que lo estaba haciendo con saña por ser policía, si tan solo supiera que yo también lo era... mi destino seria mil veces peor, el albino era rencoroso y a mí por mucho que me amara me haría lo peor de lo peor por engañarlo, por fingir amarlo y aun sabiendo eso quería intervenir, quería que dejara a Cellbit y me golpeara a mí en su lugar, yo lo merecía mil veces más.

El segundo golpe ahora si lo deja inconsciente, pongo mis manos en la espalda de Cucurucho como a modo de caricia para que me vea a mí, espanto las lágrimas de mis ojos.

- No olvides las preguntas osito, no lo maltrates mucho antes de obtener respuestas... las necesitamos y lo sabes – trato de sonar seguro, Nussa me ve con atención, parece que nota algo porque hace una mueca.

- ¿Te preocupas por él? – insinúa, noto la gran molestia en su voz, lo veo con sorpresa y comienzo a negar rápidamente.

- No digas pendejadas, me importas tu... me importa saber cuánto sabe sobre la federación, me preocupa que haya más agentes allá afuera tratando de meter las narices donde no les importa, no quiero ir a prisión – rápidamente me justifico, parece creerme porque acuna mi rostro y lo besa repetidas veces tratando de proporcionarme seguridad.

- Eso jamás pasara, recuérdalo mi amor, la federación es perfecta... no cometo errores – solo hay altanería en su voz, lo jalo del cuello.

- Podemos hablarlo en privado, por favor, quiero decir unas cosas, pero no quiero que te alteres, ¿sí? – pido, parece desconcertado.

- Claro... Patrick cuida al idiota ese, dale un poco de agua para que recupere energía y podamos continuar – ordena, después toma mi mano y subimos, vamos directamente a la habitación esta vez, hago que se siente en la cama, me pongo frente a él con seriedad.

- No es nada malo osito, no me veas de esa forma porque me asustas – murmuro nervioso, debía inventar algo rápido.

- Lo siento bebé... ¿Qué sucede?

- Sé que dices que la federación es perfecta, pero no lo es... debemos tener cuidado, Patrick hace varias cagadas cuando estamos en el club y luego esta ese pendejo fiscal que se la pasa alardeando sobre el maldito plan que tiene contigo... y no lo niegues escuche como te informaban de eso – lo veo con detenimiento, parece sereno.

- El fiscal es necesario para hacerme con la presidencia, ya me asegure de que cierre la maldita boca y Patrick resuelve sus propias cagadas – explica serio.

- Nussa, muchos de la isla odian a la federación y sé que es un secreto a voces... o al menos se supone, todos saben de esto, pero prefieren hacer la vista gorda para no meterse en problemas con nosotros, pero si allá afuera hay policías preguntando y les prometen protección podríamos estar jodidos y lo sabes, no quiero ir a prisión, no quiero que vayas a prisión, no quiero que nos separen osito – lo último lo digo con fingida tristeza, estira sus manos hacia mí y me abraza por la cintura.

- Eso no pasara, cualquiera que hable sabe que aparecerá muerto sin lengua, nadie es tan estúpido para eso – trata de tranquilizarme.

- No me estas escuchando, habrá alguien que quiera cooperar, estas golpeando tan fuerte a ese pendejo que morirá antes de decirnos lo que sabe, déjame tomar las riendas de esto, sé que no estaba haciendo el mejor trabajo, pero logre sacarle información – pido como si mi intención real fuera esa.