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Capítulo 31: Hasta que deje de doler.

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° Roier °

Estaba de camino al apartamento de Jaiden, me había pedido que fuera a verla lo cual haría con gusto, dijo que tenía algo para mí, pero no especifico él que, iba en el auto que mi padre me había comprado, me sentía extraño, estaba acostumbrado a que me llevaran a todos lados, pero bueno los cambios son buenos, una vez llego me estaciono y bajo.

Cuando menos me doy cuenta estoy frente a la puerta de mi amiga, abro con la llave que me había dado, la encuentro en la sala, estaba con Baghera viendo una película, las saludo animado, últimamente me sentía muy bien, los ataques de ansiedad ya eran casi nulos lo cual agradecía muchísimo, mi mejor amiga me sonríe y me dice que iremos a un sitio que descubrió, la vi confundido, pero acepte, seguramente Jaiden estaba aburrida de estar en casa, nos despedimos de la rubia y empujo la silla especial de mi amiga.

Cuando estamos a un lado de mi auto viene lo difícil, no sabía dónde mierda guardaría la silla, Jaiden me explico cómo entre risas, una vez listo me dio la dirección, era la playa, no cuestiono y conduzco, escuchamos música juntos y charlamos de cómo nos va, Jai me pregunto cuando planeaba volver, ya que no podía ir arrestando gente cuando quisiera, así es, Baghera le contó lo sucedido en el club, simplemente le quite importancia diciendo que aún no me sentía listo para volver a lo de antes, la verdad es que no quería seguir siendo agente encubierto, eso me había jodido la salud mental, no pasaría por eso de nuevo.

Comimos en un restaurante y seguimos nuestro camino, estábamos a media hora del lugar, una vez allí baje la silla y después acomode a Jaiden, me hizo empujarla por los caminos de piedra hasta que llegamos a un tipo acantilado, la veía confundido, espero y no me pidiera que la arrojara al mar desde este lugar.

- ¿Acaso no es un lugar hermoso? – me pregunta.

- Lo es... ¿Cómo lo encontraste? – cuestiono intrigado.

- Internet, estuve investigando, necesitabas un sitio como este después de darte lo que tengo para ti – sus palabras son tranquilas, nos observamos entre nosotros.

- Me estas poniendo nervioso Jai – admito, seguramente me diría que arroje el anillo al mar, me había pedido que lo trajera, pero no haría tal cosa.

- Tranquilo, solo trato de ayudarte, mete la mano en el bolsillo de mi abrigo – me pide, solo obedezco, era una pequeña cajita.

- ¿Qué quieres que haga con esto?, ¿meter la sortija y lanzarlo al mar? – pregunto con algo de molestia.

- Ábrelo Ro... solo no te alteres, no podre ayudarte en un ataque de ansiedad – aquello solo me hace sentir más inseguro, tomo tres profundas respiraciones y lo hago, dentro estaba el anillo de ese tipo... de Nussa, mis ojos se llenan de lágrimas rápidamente.

- Pero... ¿Cómo?, es imposible – murmuro con palabras temblorosas.

- Ese sujeto no se hizo carbón cómo crees, los bomberos apagaron el incendio, fue cremado como a los demás en el incidente después de su autopsia, pero obviamente sus pertenencias estaban en evidencias, cobre varios favores para que me dieran el anillo – me explica, las lágrimas corren por mis mejillas, saco aquella sortija de oro blanco con diamantes.

- Increíble – susurro para mí mismo, veo la joya brillar contra los rayos del sol, era tan perfecta, sollozo conmocionado, comienzo a respirar profundo para no tener un ataque de pánico.