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Capítulo extra: Familia De Luque ❤️

°

° Roier °

(Cumpleaños número 16)

Puedes saltar este capitulo si así lo deseas ya que no esta ligado directamente con la trama principal, esto solo es mi forma de celebrar al Boiler.

- ¿Roier, ya estás listo? – me grita mi padre desde la planta baja, suspiro con molestia.

- Aun no, no encuentro mis converse – respondo de la misma forma, escucho sus pasos por las escaleras y después mi puerta se abre.

- Pero chico que están ahí – después me los da en la mano, lo miro con una mueca, ¿Cómo le hacían los padres para saber dónde estaba todo?

- Gracias... supongo.

- Vamos que ya nos están esperando – me reprende por milésima vez en ese día, bufo con molestia.

- Bueno, se supone que solo seriamos los chicos y yo, pero tal parece que el auto invitarse a un festejo de adolescentes es lo tuyo – comento como si nada mientras me ponía las zapatillas.

- No podía dejar a unos chicos solos, además a mí también me gusta el cantante que irán a ver, será divertido.

Solo puedo suspirar derrotado, bajamos y subimos a la camioneta, primero pasaríamos por Aldo, Mariana, Rivers y Roció ya que estarían en la casa del más alto, después iríamos a la casa de mi novio Spreen, ahí también se encontrarían Carre y Robleis, cuando llegamos a la casa de uno de mis mejores amigos me baje para cederle el asiento a las chicas (en frente podían ir tres personas).

- Feliz cumpleaños Boiler – me dicen los cuatro a la vez y me abrazan con fuerza, me rio ante eso y devuelvo el abrazo como puedo.

- Gracias chicos – digo con sinceridad y una enorme sonrisa.

Nos acomodamos y avanzamos de nueva cuenta, cuando nos acercábamos a la casa de mi novio comienzo a pasarme a los asientos de atrás y así podría sentarme a su lado.

- ¿No puedes esperar a que detenga el auto para acomodarte?, podrías lastimarte chiqui – regaña mi padre de forma dulce solo por ser mi cumpleaños.

- Lo siento – me disculpo más que nada para que no me siguiera llamando la atención.

Una vez frente a la casa de mi chico mi padre toca el claxon, Mariana, Aldo y yo abrimos las ventanas de la camioneta y comenzamos a gritar.

- ¡YA ESTAMOS AQUÍ BOLUDOS, SALGAN!

No pasaron más de cinco minutos cuando los tres argentinos salían de la casa con una mochila ya que se quedarían a dormir en mi casa, la madre de Spreen sale para despedirse, mi padre se asoma y le devuelve el saludo.

- Yo los cuidare Marta, quédate tranquila, no harán nada malo sin que me dé cuenta... hoy no abra acción para ellos – añade lo último con diversión, me sonrojo con violencia.