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Capítulo 11: Cuentas pendientes

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° Roier °

Despierto con una resaca horrible, el día de ayer (viernes) habíamos festejado el cumpleaños de uno de los bailarines, fue una gran fiesta en el club, fue el principal en el show de esa noche y los clientes festejaron con nosotros, me estiro tratando de quitar la pereza de mi cuerpo, la cama se encontraba vacía y fría lo que quería decir que Nussa se había levantado temprano, aparto las sabanas, me dirijo al baño para asearme y hacer mis necesidades.

Cuando salgo para ver que usaría hoy la puerta de mi habitación se abre, la única persona que podía entrar de esa forma era Cucurucho así que no volteo, saco mi ropa interior y me la pongo, saco unos pantalones negros, una camiseta blanca holgada y una chaqueta de piel, de calzado usaría unas converse negras, una vez todo listo me visto rápidamente.

- Ángel ¿te gustaría ir a almorzar conmigo? – me pregunta, volteo y él estaba poniéndose uno de sus relojes costosos.

- Claro osito, solo deja término de vestirme y me tomo algo para el dolor que la cabeza me está matando.

- Te dije que no tomaras tanto – me regaña dándome un beso en la frente, se para frente a mí y me peina el cabello con sus manos, le sonrió.

- Hoy estas muy maloso cariño, ¿algo que deba saber? – cuestiono divertido.

- No en realidad, solo me encanta como te ves con el cabello mojado.

Después de esa breve charla y que Cucurucho me pusiera cera en el cabello salimos de la casa, me tome la pastilla en el auto, el almuerzo fue bastante ameno, hacíamos bromas de lo sucedido ayer en el club, me daba halagos por cómo me veía, en fin otro día en mi vida de encubierto.

Cuando salimos del restaurante Nussa recibió una llamada, soltó mi mano y contesto, no paso más de treinta segundos cuando alguien se puso a mi lado y rodeo mis hombros con su brazo, volteo completamente confundido, era un tipo que nunca antes había visto, cuando estaba por apartarlo siento como me apunta con un arma en mi costado, no puedo evitar soltar un gruñido, volteo hacia Cucurucho y él solo observaba con la mandíbula apretada, aun sostenía el teléfono.

- Iré, pero Zibá no tiene nada que ver, deja que se vaya – decía a la persona del otro lado del teléfono, veo como la molestia escala, sus ojos ahora parecían cuchillas dirigidas a la persona que me estaba encañonado – no, no está a discusión.

Comenzó a discutir con quien sea que estaba del otro lado del teléfono, mientras el otro tipo mantenía su posición contra mi cuerpo, yo estaba tenso, podría intentar una maniobra para alejarlo o quitarle el arma, pero me estaba apuntando en las costillas, si salía mal el movimiento me dispararía y sería una muerte segura, me quedaría quieto esperando a que Nussa lo resolviera.

- Bien, dile a tu gorila que lo suelte, ira a mi lado no dejare que lo estén encañonando, sabes que si lo matas no habrá nada en este mundo que me impida matarte a ti y todos tus seres queridos – amenaza mientras cuelga.

Segundos después el tipo me suelta, Nussa extiende su mano hacia mí la cual tomo rápidamente, me jala de inmediato y ahora el que me abraza es él, pero él lo hacía de forma protectora, prácticamente me puso detrás de él.