La Nueva Na'vi | Neteyam Sully

CAPITULO 178: "ES MI TURNO AHORA"

-Pero....-trato de decir la joven

-Aleia, no creo que él se enoje porque no dormiste en otro lugar, llevamos mucho tiempo durmiendo juntos y nada ha pasado ahí- decía acercándose a ella al ver que la chica no tenía intenciones de moverse- además el no estará aquí para ver lo que haces- cambio su tono de voz a uno grave mientras sonreía coquetamente- ¿Qué esperas para dormir conmigo?- pregunto acercándose más a ella, Aleia retrocedía sin quitarle la vista de encima- ¿Por qué te alejas? ¿A qué le tienes miedo?- la pared en su espalda hizo que no tuviera escapatoria, el chico rápidamente puso sus codos a cada lado de su cabeza haciendo que sus cuerpos y rostros estuvieran a solo pequeños centímetros. Aleia sentía que su estómago era un mundo de sensaciones como si pequeños animales le hicieran cosquillas en su interior mientras que el otro lado de este se sentía vacío, algo negativo. No podía dejar de mirarlo, ver esos potentes ojos color amarillos que la miraban con intensidad y mucho deseo, sus puntos luminosos que brillaban en su rostro, la sonrisa coqueta que traía en ese momento, sus fuertes y músculos brazos, sus trenzas cayendo por sus hombros, era glorioso. Bajo su mirada a sus labios los cuales lamía desesperadamente- ¿Los quieres probar?- pregunto haciendo que Aleia vuelva su mirada a sus ojos- porque yo tengo muchas ganas de besarte en estos momentos- decía mientras acercaba su cara cada vez más- y lo haré si no me detienes ahora- aviso, la Mit'kante cerro sus ojos con fuerza, no sabía qué hacer, sentía sus piernas débiles, se sentía tan débil con el como si cada cosa que hiciera o dijera ella lo tendría que obedecer, sus manos que estaban apoyadas en su pecho no ejercían fuerza alguna. El sentir el contacto de sus bocas los hizo flotar, sus mentes estaban vacías, no había nadie ni nada en sus cabezas, solo querían continuar con el movimiento de sus labios mientras sus cuerpos se apegaban cada vez más.

Neteyam bajo una de sus manos hasta su cintura rodeándola solo con su brazo para acercarse más, tenía muchas ganas de sentirla, de que sienta lo que estaba provocando. Aleia no tardó en rodear su cuello entrelazando sus dedos en sus cabellos. Luego de que sus besos se intensificaran más y más, el Omaticaya con el agarre que tenía en su cintura la levanto para que con su otra mano tomara su pierna indicándole que quería que rodeará su cintura, y eso hizo la joven. Se aferraba al cuello del chico mientras sus piernas apretaban las caderas de Neteyam, el chico apoyo su cuerpo en contra de la pared para alivianar el peso, al tener sus zonas tan cercanas empezó a realizar movimientos provocando una fricción en sus partes. Sus movimientos iban en aumento al igual que sus besos y su excitación, la Mit'kante apretaba más sus piernas tratando de tener más contacto con la masa dura que sentía en su intimidad.

-¿Vamos a la cama?- pregunto rápido entre los besos, el chico apretó sus muslos tratando de que Aleia diera una respuesta, está solo emitió un quejido mientras presionaba su nuca para mantener el beso activo. Neteyam tomo esto como un "sí", bajo sus manos hasta su trasero mientras se alejaba de la pared recibiendo todo el peso de la chica, dio media vuelta para dirigirse hasta el lugar donde ambos dormían. Durante el transcurso de su corto recorrido, Neteyam subió una de sus manos para quitar el collar de la chica y de paso su prenda superior, no se le hizo tan complicado pues ya tenía bastante experiencia en esto.

Recostó el cuerpo de la chica en la cama para luego posicionarse sobre ella, dejo caer su cuerpo lentamente, sintió el roce de sus desnudos senos contra su pecho e inmediatamente sintió la necesidad de lamerlos. Finalizo la comunicación que tenían sus bocas para bajar lentamente dejando marcas de baba por su cuerpo hasta llegar a su objetivo. Succionaba uno de sus pechos mientras que el otro estaba siendo masajeado por una de sus manos provocando suspiros por parte de Aleia quien tenía sus manos sobre su cabeza pidiendo más. Neteyam continuó bajando hasta llegar a su ombligo, fue ahí que separo su rostro de la piel de la chica, paso uno de sus dedos por el borde de la tela de su taparrabos mientras la miraba como pidiendo permiso.