𝑩𝒆𝒚𝒐𝒏𝒅 𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒄𝒓𝒊𝒑𝒕 || 𝑳𝒆𝒆 𝑺𝒖𝒉𝒐

Chapter 19

Miré el papel por unos treinta minutos, replanteandome si realmente era una buena idea llamar a aquella señora que había visto solamente una vez en la vida.

Por lo general, cuando una persona dice que la llames para lo que sea, es simplemente por cortesía. La verdad, uno desea que esa llamada jamás llegue.

Después de meditarlo por otros quince minutos más. Decidí marcarle.

El teléfono sonó y sonó. En mi interior, deseaba que aquella ancianita no contestase, pero lo hizo.

– ¿Bueno? – dijo del otro lado – ¿Quién habla?

– H-Hola – dije – No sé si me recuerda, soy aquella chica que la ayudó con sus bolsas, ¿me recuerda?

– ¡Oh, pero claro! – exclamó – ¿Cómo podría olvidarte? ¿Cómo estás?

– La verdad, no muy bien – dije – La llamo porque necesito su ayuda – seguí – Aquella vez me dijo que podía llamarla en caso de cualquier cosa, así que quiero tomarle la palabra.

– ¡Oh, por supuesto! – exclamó – ¡Haré lo que sea! ¿Cómo puedo ayudarte?

Le expliqué a la señito mi problema. Claramente le inventé que mis padres están de viaje por asuntos de trabajo y no podían asistir a la reunión.

Le comenté del problema que la escuela me puso y que necesitaba de un adulto responsable que pudiese hacer acto de presencia y llenar aquellos datos que faltan.

– Solo sería esta vez – dije – Luego de eso, podré decir que mis padres no están.

– ¡Estaría encantada de ayudarte! – exclamó – ¿Cuándo es la reunión?

– ¡Asombroso! – dije aliviada – Esta tarde, dentro de dos horas – seguí – Podríamos reunirnos fuera de la escuela Saebom, ¿conoce el lugar?

– ¡Sí, lo conozco! – dijo – ¡Mi nieto estudia allí!

– ¡Perfecto! – exclamé – ¡Nos vemos allá! ¡Gracias señora...!

– Lee Mi-ran – dijo.

– ¡Gracias señora Lee!

Colgué el teléfono. Me dirigí al baño y me di una ducha rápida.

Me preparé y una vez lista, emprendí camino a la escuela.

Mientras iba de camino, decidí pasar a comprar una tartaleta como agradecimiento a la señora Lee. Realmente no pensé que aceptase ser mi cómplice.

Pero se ve que es una viejita a todo dar.

En cuanto llegué, divisé a la señora Lee en la entrada del establecimiento. Me iba a acercar pero me di la vuelta rápidamente al ver a Lee Suho acercándose a la señora.

Me escondí detrás de un poste y los observé. Parecía estar diciéndole algo a la señora y señalando.

Vaya, pobre abuelita. A tanta gente que se pudo encontrar y le tocó justo con este pedante.