— ¿Vendrás a celebral' con nosotros? — preguntó la rubia mientras acomodaba su hoodie.
Mar la miró.
— No lo sé, sabes que no me gusta salir mucho. — se encogió
— Siempre nos picheas las salidas, mala amiga. A mi me gusta salil' contigo, Marciana.
— Bueno, iré. — rodó los ojos y se levantó. — Me arreglo en nada, sal
— Te he visto el alma desde pequeñas y me pides salil'? — la miró indignada, Mar se sonrojó.
— Bien, quédate. — suspiró y comenzó a buscar que ponerse.
(...)
— Puñeta que buen ambiente — hablaba alto Mariana por el gran ruido que había.
Mar hizo una mueca, definitivamente no le gustaban esos lugares.
Había aceptado ir por celebrar el lanzamiento de Lisa, pero ella ni siquiera probaba una gota de alcohol. De igual manera decidió que iba a pasarla bien, además estaba con Victoria, nada podría salir mal.
— Voy pol' unos tragos, ¿querrás? — le preguntó Mauro, ella negó, los demás si pidieron sus preferidos.
Caminaron hasta la mesa VIP reservada para ellos, saludaron a varias personas y comenzaron a entrar en ambiente. Unos minutos después llegó Mauro con las bebidas. La noche pasaba divertida, hasta que Victoria desapareció. Mar comenzó a buscarla con la mirada y la divisó con una pelirroja, se estaban besando.
Su corazón comenzó a latir rápidamente y se sintió mareada, tuvo que agarrarse del barandal para no caer. Mariana la miró.
— Tas' bien? — le preguntó un poco lento, pues estaba un poco ebria también.
Mar solo asintió.
Caminó como pudo al baño y mojó un poco su rostro, reprimiendo las ganas de llorar. Pensó que con el tiempo se acostumbraría a ese tipo de cosas pero no era así, cada vez le dolía más. Mordió su mejilla y salió del baño camino a la barra, no tenía ni idea de que mierda pedir pero iba a beberse algo.
Pidió uno de los tragos más fuertes que había y se lo bebió de golpe, tres shots de tequila, probó un gin tonic, ron, vodka y algunos licores más. Una muy mala combinación. Ella no bebía y ya cuando tenía apenas los tres shots de tequila ya estaba viendo doble. Por poco y se provoca un coma etílico.
Salió de la barra con un vaso más en su mano, caminó tambaleándose entre la gente hasta caer de culo al ser empujada por alguien, la bebida se le derramó encima transparentando un poco su blusa. Mauro estaba un poco más cuerdo que el resto y la divisó desde la parte alta del VIP, rápido bajó a ayudarle.
— Puñeta Mar, tas' bien? — preguntó preocupado levantándola y sosteniéndola un poco.
Ella rió
— ¿Estoy sudando? — preguntó tocándose la blusa mojada, Mauro frunció el ceño.
— ¿Bebiste algo? — le olió y se alejó rápidamente. Olía demasiado a alcohol. — Maldición — susurró tomándola por la cintura y llevándola de a poco al VIP.
Al llegar Mariana abrió los ojos sorprendida al verla en ese estado, Mauro estaba seguro que la pequeña borrachera que tenía se le había pasado al verla así.
— Qué carajos pasó — preguntó ayudando a su hermano con Mar, la sentaron y se miraron entre ellos.
— Me duele el culo, coño.. — dijo la morena con la lengua algo enredada
— Bebió, no sé qué ni cuánto, pero mírala.. — murmuró Mauro preocupado.
Mariana apretó sus labios con la misma preocupación. Miró detrás de Mauro, Victoria aparecía nuevamente haciendo ese mohín de siempre con su boca.
— Tenía unos asuntos pendientes que debía resol- — no terminó de hablar al ver a Mar en aquel estado. Frunció el ceño y se acercó rápido. — ¿Qué le pasó?
— Puñeta Mar no estaba contigo? — preguntó Mariana
— La encontré tirada en el suelo, se había caído — dijo Mauro — No sabemos que ha bebido
— Coño .. — susurró Victoria y se acercó a la morena. La tomó del rostro golpeándole suavemente. — Mar, babe.. Ey, qué tomaste mami? — le preguntó, Mar entre su borrachera no entendía nada, abrió como pudo sus ojos y se quedó mirándola, luego habló.
— Sí, tú... tú me gustas — soltó, todos se miraron entre sí, ella continuó balbuceando. — Por qué te besas con otras? Debería ser yo — dijo lo último casi en susurro y comenzó a sollozar.
Todos estaban en silencio sin saber que hacer o decir, Victoria estaba en un shook luego de aquella declaración. Reaccionó al verla llorar.
— Vámono' — añadió rápidamente y levantó a Mar, Mauro se adelantó y la cargó para sacarla de ahí.
Una vez en el auto, todos estaban en silencio, Victoria iba detrás junto a Mar quien descansaba la cabeza en sus piernas. Pensaba en qué había sido todo eso, de hecho todos lo pensaban y a la vez seguían preocupados por saber que había ingerido la morena.
