— Te ves muy linda — halagó Victoria a su amiga.
La otra sonrió.
— Tú también, y no es porque yo sea tu asesora de imagen — se echó porras.
— Dios, ese ego tuyo
— Soy la mejor — le guiñó el ojo y siguió acomodándole la oversize que había elegido para Victoria en su concierto.
Estaban como si nada, como si la cogida tan rica que se dieron no hubiese sucedido. Miko la miraba atenta haciendo su trabajo, lo que daría por comérsela a besos de nuevo.
Pero no quería dañar la bonita amistad que tenían con una relación que no sabía si iba a funcionar. De igual forma ahora su amistad estaba en cuerda floja todo el tiempo por ella sobre pensar las cosas... y últimamente por no controlar sus impulsos de querer comérsela a cada rato.
— Bueno, está listo — sonrió Mar — Seguro terminas quitándotela, hace algo de calor afue-
Ágil. Si pudiesen definir en una palabra a Victoria sería esa.
No dejó seguir hablando a Mar, la calló con un beso, pegándola a ella como si quisiera fundirla en su piel y ser una misma.
La mente de Victoria era contradictoria, ella contradictoria. Pero no quería parar de besarla, tenía claro que le gustaba tanto como ella a la otra.
Caminaban torpemente mientras se besaban, llegando a la mesa donde maquillaban, Victoria la tomó de los muslos y la sentó en esta sin dejarla de besar, posicionándose entre las piernas de ella. Mar quería sacarle la camiseta que le había colocado, comenzaba a subirla mientras continuaba besándola hasta que una queja las sobresaltó, deteniéndolas.
— Mera, estás pol' salil' — anunció Mauro intentando no mirarles mucho. Aunque por dentro estaba en un shock gigante.
Mar se bajó rápidamente de la mesa mientras Victoria volteaba y le asentía.
— Límpiate antes de salil' — mencionó señalando su boca y las dejó solas nuevamente.
Victoria estaba manchada del gloss rosita que estaba usando su mejor amiga. La otra quien se encontraba con el rostro rojo como un tomate no sabía que decir. Le evitaba la mirada.
— Le diré a Jonuel que venga a retocarte — murmuró rápidamente.
— Alissa... — susurró mientras se acercaba a ella de nuevo.
La otra la esquivó.
— Y- ya vuelvo, no tardo — finalizó y prácticamente salió huyendo del camerino.
Huir siempre era la solución, tanto de Miko como de Mar, a decir verdad ninguna sabía enfrentar bien aquello.
(...)
— Están en todo twittel' de nuevo — le mencionó Mauro.
Se encontraban en el pequeño bar que tenía el hotel donde se quedaban.
— No me jodas — suspiró.
— Prácticamente te dedicó la palte' de "ya es de madrugada y tu dolmida sin ropita" — recordó
Mar enrojeció un poco.
— ¿Ha sucedido algo más?
— No... — dijo un tanto nerviosa.
— Si Victoria no fuese tu mejol' amiga me atrevería a decil' que lo soy yo. Ya te conozco. — alzó una ceja.
Mar rodó los ojos derrotada.
— Anoche... cogimos. — dijo en un susurro mientras se rascaba la nuca.
— Me lo esperaba, pero me solprende' — se encogió. — Te mencionó algo al respecto?
— No, de hecho hoy al despertar y verme desnuda... fue como si nada — dijo y se quedó mirando un punto fijo.
— Me confunde, puedo imaginal' cómo estás tú — suspiró. — Y lo de hace unas horas...
— No lo sé, ella solo me besó — lo miró — Esto no me está gustando, me siento utilizada — dijo con la voz un poco quebrada.
Aunque sólo habían cogido una vez como tal, sentía que Miko le había agarrado el gusto a besarla y cogerla cuando le diera la gana.
— No llores enana
— Créeme que ya no quiero llorar — largó un suspiro tembloroso.
— Ven, ven — se acercó y la abrazó por los hombros, recostándola en su pecho.
Mar se debilitó aún más y comenzó a llorar en silencio, mientras Mauro le acariciaba el brazo suavemente.
Al menos lo tenía a él para desahogarse de aquello cuando su mamá no estaba cerca.
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Adjunto fotito de cómo estaba Mar para el concierto <3