— Mera, Mar no viene? — le preguntó Victoria a Mauro.
— Sí, ya debe llegal' — la miró — antes que preguntes polqué' no vino con nosotros, no tengo idea — avisó
Victoria solo asintió callada. Sabía las razones.
Minutos más tarde antes de que comenzara su show, apareció Mar. Vestía un hoodie gigante y unos cargo pants, sencilla, tampoco llevaba pizca de maquillaje. Comenzó a saludar al equipo, se veía bien... a comparación del día anterior.
Resulta que había estado hablando con su psicóloga de lo sucedido y le ayudó a sobrellevarlo para estar ahí parada en ese momento. Ella más que nadie entendía lo necesario que era estar en terapia aún así no tuvieses un problema grave.
— Quieres usal' ovelsize' o top esta vez? — preguntó, dejando salir su acento pegado de Puerto Rico.
La rubia la miró, sonriendo por dentro, amaba cuando se le salía el acento de PR.
— Ovelsize' — confirmó.
Mar asintió, camino a buscar la camiseta, observó disimuladamente el lugar para ver si estaba la modelo por ahí, pero no, no estaba.
Volvió donde Victoria.
— Le pedí que se fuera — mencionó, había notado que buscaba a alguien con la mirada.
— No sé de qué hablas.
— Mar, de Lisa... sé que te molesto verla
— No es de mi incumbencia lo que hagas en tu vida privada — se encogió.
Ambas hablaban a su tono para que solo ellas en la habitación escucharan.
— Ella llegó sola, yo no la invité — siguió explicando.
— Claro, no pudo esperarse a que llegaras a Puerto Rico para ir a buscar a la nena más linda de la isla. — acotó, recordando las palabras que había escuchado días antes cuando iba a regalarle el girasol
Victoria la miró.
— ¿Escuchaste la llamada?
— Da igual, no es de mi incumbencia, solo iba llegando de comprarte un maldito girasol y escuché — admitió de golpe.
— Como que-
— Miko, te toca salil' ya — anunció Mariana apurada
Mar aprovechó la ocasión para retirarse de ahí, salvándose de soltar alguna otra estupidez.
Comprometida con su trabajo, Victoria no tuvo de otra que salir al escenario a hacer su show.
(...)
— Bueno, finalizamos los shows en Orlando, nos quedan tres más en esta gira y tamos' ready pa volvel' a Puelto' Rico — decía Mariana mientras frotaba sus manos, feliz de aquello.
Se encontraban en un restaurante, el show había sido temprano por lo cual les daba chance de salir a cenar. El equipo conversaba y contaba anécdotas, Mar intentaba integrarse pero simplemente no le salían ideas para conversar, tampoco tenía ánimos.
— Juegas con la comida, no tienes hambre? — le preguntó Victoria quien se encontraba sentada a su lado.
Mar la miró, la había sacado de sus pensamientos.
— No — susurró
— Debes comel' — obligó, últimamente se preocupaba porque no comía como solía hacerlo.
Pero tampoco era culpa de Mar, sus sentimientos se convertían en problemas gastrointestinales al igual que su ansiedad.
La morena entró un bocado de comida a su boca y le hizo una mueca a Victoria, quien la miraba atenta. Al ver que comenzaba a comer se relajó y siguió hablando con los demás, sin perder de vista a su mejor amiga.
Mientras comía y charlaba no salía de su cabeza lo que había comentado del girasol, a fin de cuentas no se lo habían regalado por la calle, lo había comprado para ella. Otra razón para sentirse como un pedazo de mierda por como estaba actuando con ella.
Necesitaba hablarle, pedirle disculpas, confesarle su amor, aunque no sabía si lo último debía hacerlo tan precipitadamente luego de todo lo qué pasó.
La estadía en el lugar continuó por una o dos horas más hasta que decidieron volver al hotel, Mar decidió dormir un poco en el camino y una vez llegaron bajó junto a los demás. Algunos flashes se hicieron presentes en el lugar.
— Duelme' conmigo de nuevo hoy — pidió Victoria una vez de acercó a ella
Mar negó.
— Estoy bien en mi habitación, no sé cómo no la pedí antes — le respondió y desvió su mirada a los chicos que se despedían del living para ir a sus habitaciones
— Mar...
— No insistas, por favor. — la miró
La rubia notó las ojeras, seguro no había dormido bien la noche anterior por lo sucedido.
— Discúlpame, en veldá' discúlpame polfavol' — rogó
Mar hizo una cara de fastidio, aparte de dolerle ya le fastidiaba el ciclo repetitivo.
— No tengo nada que perdonarte. No fue tu culpa lo que me pasó y tampoco recordarlo.
Victoria la tomó del rostro de una forma delicada para mirarla a los ojos, cabía recordar que seguían en el living y habían montón de flashes aprovechando la situación. Pero a ella no le importaba.
— Me he compoltao' de la peol' folma' contigo — afirmó — he sido una estúpida pol' completo
— Vicky no es el lugar — dijo en un susurro mientras sus ojos se aguaban, mirándola.
Podía estar muy molesta con ella pero sus sentimientos eran tan puros que siempre doblegaba.
— Peldón, en serio — insistió
Pero Mar no quería continuar con eso, no tenía los ánimos. Se quitó suavemente y caminó rumbo al ascensor sin decirle nada, entrando en él y perdiéndose de la vista de la rubia.
La otra apretó los labios y miró de reojo a la prensa fuera del hotel mientras seguían tomando fotos. Suspiró derrotada e imitó la acción de su amiga para irse a su habitación.