29.

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Special chapter

Mar's POV.

Abrí mis ojos ante la escasa luz que se colaba por las cortinas de la ventana, los tallé un poco para volverlos a abrir luego. Giré mi cabeza para encontrarme con Victoria a mi lado, sonreí.

Cuando dormía con el aire acondicionado encendido, solía taparse hasta la nariz con la sábana, luego le molestaba el frío en su garganta. Me quedé observándola unos minutos, admirando como dormía tranquilamente, observando sus ojitos cerrados y las pestañas largas que los adornaban.

Me sentía de nuevo en la secundaria cuando mi amor por ella surgía. Recordaba las mariposas en mi estómago tal y como las sentía ahora mismo al tenerla aquí a mi lado.

La amaba desde hace tanto.

— Es muy temprano, no hemos dormío' na' — murmuraba ella con voz ronca al notar que había despertado. — mh, duerme Alissa — me abrazó por la cintura girándome y quedando en cucharita.

Reí por lo bajo, ni siquiera abría sus ojos al hablar.

Me quedé tranquila acurrucada hacia ella, mientras recapitulaba lo que había sucedido en la noche. Victoria se había portado tan bien conmigo, aunque pude recordar el miedo y dolor en sus ojitos azules. Se hizo la fuerte para ayudarme a mi.

Probablemente le había interrumpido un momento importante durante su trabajo, pero a ella no le importó. Se tomó el tiempo de calmarme.

Luego de su declaración había un gran cambio en nuestra relación, volvíamos a ser las mismas de antes.

Miré su mano que caía al otro lado de la cama en el abrazo que me daba, tomé sus dedos jugando con ellos, acaricié sus tatuajes y luego observé sus uñas, las llevaba cortas y con un lindo diseño de flores.

Mordí mi labio.

Me encantaban sus manos.

— Tas' bien? — preguntó mientras me pegaba más a ella.

Ahora su voz salía aplastada por tener su cara casi pegada en la curva de mi nuca.

— Sí — murmuré bajito y entrelacé su mano con la mía.

El silencio volvió a reinar en la habitación, estaba segura que Victoria se había dormido nuevamente, me quedé mirando tranquila al pequeño espacio abierto de la cortina, ida... hundida en mis pensamientos.

(...)

— Al fin despiertas — sonreí.

Victoria entraba por el umbral de la cocina.

— ¿Los demás? — preguntó adormilada.

— Hoy es jueves, recuerda que Mariana y Mauro iban a pasar tiempo con su familia este finde semana — recordé

— Mh, irás con mami Sofi? — preguntó nuevamente, sentándose frente al mesón.

— No, mamá irá a visitar a una de sus amigas fuera de la ciudad. — expliqué mientras le dejaba el desayuno frente a ella.

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