23.

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— ¿Como te sientes? — preguntaba la rubia desde su cama, mirando a la otra.

— Bien — murmuró contra la almohada, estaba acostada de lado.

Ambas tenían sus pijamas ya, Victoria la miraba, aunque lo intentaba evitar.

Llevaba una de sus pijamas, las que siempre usaba, estando en esa posición de lado sus pechos se juntaban haciéndolos más notorios, relamió sus labios y volvió su vista al rostro de la morena.

— Quieres algún snack? — ofreció, quería meterle comida a como de lugar.

— ¿Papitas? — amaba cualquier clase de papas fritas

— Ajá, ya las pido — se levantó hacia el teléfono del hotel y comenzó a hablar.

Mar la observaba, que culo se gastaba y ni hablar de lo maravilloso que le quedaba el tatuaje en su espalda.

No tardaron nada en llevarle lo que pidió, Victoria los recogió y al momento de cerrar la puerta y girarse se encontró con Mar en frente, se asustó.

— Puñeta, que susto Alissa — murmuró mirándola con sus manos llenas de snacks

— Lo siento, vine a ayudar — mencionó comenzando a tomar varios paquetes de papas.

— Gracias — le sonrió la rubia

Ella le devolvió la sonrisa.

Se sentó en el borde de su cama y comenzó a comer de una de las tantas bolsas de papas.

— Pediste demasiadas — la miró

— Alissa, esto no es nada comparado con todas las que te comiste en mi casa hace un tiempo atrás. — alzó una ceja

Mar tapó su boca, rió y luego habló.

— Dios, terminé con un dolor de barriga nada normal

— Exageraste, mi mamá no sabía que hacer

— Que susto le di a mami Evelyn — hizo puchero

La rubia sonrió mientras negaba y siguió comiendo. Le gustaba lo tranquilas que estaban ahora.

— Mataría por papas en todas sus presentaciones — continuó

— I know, también recueldo' que me dejaste de hablar porque me comí unas de tu mochila en el cole — la miró

Mar soltó una carcajada. Victoria se sintió morir al escuchar su risa, hace tiempo no reía así.

Continuaron parte de la noche charlando y recordando buenos momentos de su adolescencia, cuando ya estaban con la barriga llena dejaron algunas chips para el largo camino del día siguiente.

La habitación quedó en silencio y Victoria se atrevió a mirar hacia la cama de Mar para verle profundamente dormida, sonrió de lado y apagó las lucecitas para acostarse a dormir ella también.

(...)

— Mar, perdóname puñeta..

La morena la miraba de reojo con el ceño fruncido.

— ¡Son solo unas papas! Te compro el doble si quieres

— ¡Eran mis favoritas!

— Te compro más

— Sabes muy bien que aquí en la cantina no las hay, por eso estaban en mi mochila, porque quería comerlas hoy en este momento — mencionó molesta terminando de comer y levantándose de la mesa, dejando sola a la rubia.

Victoria suspiró y se quedó mirando como se iba, definitivamente tenía un carácter jodido en cuanto a sus cosas.

— Niña caprichosa... — susurró para ella misma y se levantó para seguirla

Nada dió resultado ese día, y si mal no va este recuerdo, Mar se estuvo al menos tres días sin hablarle.





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Hola gente bonita, les aviso que estaré quitando algunas partes fonéticas de vez en cuando, igual saben que Vicky se come las "Rr" y las reemplaza por "L" jajajaja.

Destino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora