1k aún permanecía en Orlando, tenían otra fecha ahí que cumplir, estaban a un día de ese show. Mar había salido a comprar algunas cosas que necesitaba para su rutina de skin care que ya se estaban terminando.
Al volver a la habitación de hotel se quedó tiesa al escuchar risas de otra chica, terminó de entrar y se encontró con la desagradable sorpresa de que Lisa estaba ahí.
Miko la miró, ambas lo hicieron. Aunque no estaban haciendo nada más que conversar, a Mar le hirvió la sangre. La rubia pudo notar que estaba molesta.
— Lisa, te veo luego, podemos cenal' más talde', paso pol' ti a tu habitación. — sugirió Victoria.
La modelo asintió sin decir nada y salió de la habitación, no sin antes darle un saludo de doble sentido a Mar. Cosa que ella ignoró.
Que rabia y que dolor, ¿que había pasado con "te veo al llegar a PR"? Mar prefería mil veces eso a tenerla en la gira. Ella no dijo nada, su actitud lo decía todo.
Caminó a buscar su maleta, junto a eso todas las cosas que tenía regadas por su habitación. Victoria quedó tiesa.
— ¿Qué haces? — por fin preguntó, con el ceño fruncido.
Pero Mar no respondió.
— Alissa, qué haces? — volvió a preguntar, pero seguía ignorándola.
La rubia se acercó a ella para detenerla tomándola del brazo y girándola hacia ella un tanto brusco.
— Coño, suéltame — se quejó y forcejeó para soltarse.
Victoria solo la tomó más fuerte. No quería lastimarla, solo calmarla para que le explicara que sucedía. La mente de Mar le jugó mal y comenzó a recordar la forma en cómo aquel hombre la tomaba para follársela en el baño de aquella fiesta. Obligada.
— Victoria suéltame — comenzaba a desesperarse, sus ojos se estaban aguando, entre estar forcejeando y comenzar a recordar aquello, la estaba pasando mal.
Pero la rubia no la soltaba, seguía forcejeando con ella.
— No lo haré hasta que te calmes, puñeta
— ¡María Victoria suéltame! — le gritó con la respiración agitada y comenzando a sollozar.
Victoria recordó y entendió lo que el forcejeo le estaba haciendo recordar a su amiga. Idiota. Se reprendió, soltándola luego suavemente.
Mar se alejó con miedo y empezó a llorar.
No tenía palabras para describir lo culpable y lo mal que se sentía por revivirle ese recuerdo que le estaba costando sanar.
— Mar, lo siento... solo quería que te calmaras.. y- yo.. no fue mi intención — habló trabándose, nerviosa por verla llora de esa manera.
Se acercó, pero la otra la evitó.
— Por favor no me toques. — fue lo único que pudo decir entre el llanto que tenía, estaba cabizbaja mientras se abrazaba a ella misma.
Victoria quería morirse de estar viéndola así.
— Marciana.. — volvió a acercarse
— ¡Que no! — le gritó y rápidamente se adentró al baño, encerrándose en él.
La otra miró al rededor la habitación, queriendo golpearse contra algo por haberla jodido de aquella forma. Se sentó en la esquina de la cama y tomó la cabeza entre sus manos, luego las pasó por su rostro frustrada por aquello.
Se levantó nuevamente pensando en qué hacer y entre eso le pegó una patada al diván que se encontraba ahí. Era una tonta.
En eso se basaba su amistad con Mar ahora, en altibajos que prácticamente ella misma provocaba.
Un día podían estar peleando, otro besándose y cogiendo, otro pretendiendo que nunca nada pasó y el ciclo se repetía.
Pero ahora realmente se sentía culpable por haberle traído esos recuerdos asquerosos a su pequeña cabecita atormentada ya por el amor que le tenía a ella.