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Rusia, Perm.
Dos días después del secuestro.
9:30a.m


Amarrado de manos y pies, sus ojos cubiertos por una delgada tela se encontraba Jimin, en un cuarto acostado en una suave y cómoda cama. Se movió inquieto al notar sus manos de ese modo, intento quitarse esa cuerda pero solo logro lastimarse, suspiro ya que al paso que iba se quedaría sin manos.

-¡Ayúdenme!- Grito muchas veces hasta que la garganta le dolió, pero eso no evito que siguiera haciendolo.- ¡Ayúdenme!

Guardo silencio al escuchar como abrían una puerta, un olor exquisito lleno sus fosas nasales. Le traían comida, su oído estába muy agudizado ya que escuchaba como este se movía por toda la habitación buscando algo.
Se estremecio al sentir unas manos sobre las suyas, el roce de aquel sujeto le hacían sentir un pavor extremo.

-No te muevas, cortaré la cuerda.- Y así lo hicieron, le quitaron ese molesto lazo, se quitó la tela de sus ojos apresurado, veía un tanto borroso por el tiempo que estuvieron cerrados, su cuerpo dolía por la única posición que había tenido por muchas horas.

Se levanto e intento correr pero cayó al suelo inmediatamente, las piernas le dolían y sentía unos piquetes de dolor en su cabeza, se frotó levemente la sien y suspiro.
Unas manos lo ayudaron a levantarse, se frotó nuevamente los ojos y lo borroso se desvanecía lentamente, miró a ese sujeto, un hombre no rebasando los treinta, delgado, un rostro hermoso y de cabello oscuro. Se encontraba parado al otro extremo de la cama.
Pronunció varias palabras pero su voz no le era nada familiar, definitivamente ese no el Señor Jeon.

-Te mandaron está comida, sería más fácil que comas solo.- el sujeto suspiro girando su cuerpo para acercarse al otro extremo de la habitación donde se encontraban tres sillones en color negro, en medio una mesita de cristal con un pequeño florero en medio, tomó asiento en el sillón de una sola plaza, el rubio lo miro atentamente, el castaño al estar acomodado volteo a mirar al rubio con una sonrisa en sus delgados labios.- Deberías comer, esa droga que te aplicaron era muy fuerte.

-¿Dónde estoy?- El sujeto sonreía de manera burlona.- ¿Quién eres? ¿Eres el Jefe?- Este soltó una risa por las preguntas, recordando en lo habitual de ellas en todas sus víctimas.

-No.- se acercó a el y tomo de la charola un pequeño plato de fruta, volvió a su lugar y tomo asiento.- El vendrá después, ahora debe de arreglar tu estadía en este país.

-¿País?- Se levantó cuidadosamente y se acercó a la ventana, dio pasos hacia atrás, ese lugar era inmenso, el pateo de aquel lugar se encontraba lleno de autos, de los cuales algunos hombres salían, Jimin se sorprendió al verlos traer sin cuidado armas de fuego, un escalofríos se apodero de el, un poco más allá había una reja que dividía la casa y la carretera, era una avenida demasiado transitada, los autos pasaban sin prestar atención dentro de esa reja la cual no cubría nada en absoluto. Dejando ver a esos sujetos caminar sin miedo. A lo lejos se veía una capa de nieve impresionante, la cual cubría gran parte de las casas.- ¿Dónde estoy?

Escucho un ruido y miró atrás, el sujeto dejaba el plato vacío en la charola.- Perm, Rusia.

El rubio tomó asiento inmediatamente en la cama, se tomó la cabeza impresionado, estaba tan lejos de casa, del país. No tenía sus papeles y por supuesto tampoco dinero, se encontraba en un momento de debilidad y no le gustaba en absoluto. Su corazón sintió un enorme vacío al recordar a sus padres, los cuales estarían a salvo. Pero primero debía hablar con ese supuesto Jefe.

-Me largo, el jefe vendrá por la noche, en caso de que haya alguna otra cosa de atender llegará mañana por la mañana.- Se acercó a la puerta, se dio la vuelta antes de abrir y miró advirtiendo al rubio.- No hagas nada estúpido, el lugar está lleno de nuestra gente. No tienes papeles y obviamente no hablas este idioma, así que ya sabes que "No" debes hacer. Al menos que quieras ver enojado a Jungkook.

LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora