LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»

32

Corea del Sur.
Seúl.

Jimin se encontraba mirando a Jungkook, estaban cenando juntos en la mansión, ya había pasado una semana que estaban aquí y aún no podía hablar del tema del embarazo. Se sentía nervioso y ansioso de solo imaginar la reacción del mayor, en su cabeza no habían otros gestos como el desprecio del mayor. Comprendía que no era momento de tener bebés, su relación no estaba realmente estable, no sentía oportuno aquello, cosas negativas abordaban sus pensamientos.

-¿Por qué no cenas Jimin?- El rubio reacciono y miró el plato, el cual estaba lleno de comida, nervioso observo al mayor quien lo miraba extrañamente, el rubio se sintió intimidado y torpemente se le cayó la cuchara de sus manos. El ruido se escuchó demasiado fuerte o al menos así lo presenció el rubio quien no podía con sus nervios.-¿Extrañas la comida de Rusia?

El castaño recogió hábilmente la cuchara y la dejo lejos del rubio quien seguía intimidado por la presencia del mayor.

-Quiero hablar seriamente contigo.- La sonrisa del castaño se esfumo dejando ver su cara sería y despiadada.-Es sobre estar aquí.

-No te irás con tus padres, tu lugar está a mi lado. -Exclamo el mayor ante los pensamientos que también inundaban su cabeza, perder a su amado jamás seria una opción.- Sabía que era una mala idea, pero pensé que tal vez extrañabas a tus padres, pero veo que tenía que pensarlo mucho, o mejor dicho, esperar más tiempo en dejarte venir aqui.- El rubio sonrió ante la exageración del castaño.- Mañana mismo regresamos a Rusia.

Jungkook se levantó y dejo al rubio sentado, era ahora o nunca, el rubio se llenó de fuerza y voluntad, y con la voz entrecortada alzo la voz.

-¡¿Jungkook?!- El castaño se detuvo y se giro para mirar al rubio el cual ya tenía las lágrimas al borde.- Estoy embarazado...

Los ojos de Jungkook se iluminaron como lámparas fundidas, se quedó por un instante en shock mientras sus pensamientos intentaban claramente desmenuzar cada palabra que ese hermoso rubio había comentado.
Se acercó apresuradamente hacia el rubio, este al darse cuenta se levantó y dio pasos atrás, estaba realmente asustado, un dolor en el corazón se hizo presente mientras susurraba un simple ''Perdon". Pero fue jalado por los fuertes brazos de Jungkook, lo estrecho en su pecho y beso su cabeza tiernamente mientras decía:

-Vuelve a repetir eso Jimin.- El rubio aún sorprendido y con lágrimas en los ojos enredo sus brazos en Jungkook para sentir esa calidez que solamente el le podia trasmitir.- Jimin repite eso por favor.

-Estamos embarazados.-es cuando Jimin se dejó vencer para entregarse completamente en el amor de su amado. - Perdoname Jungkook....

Por primera vez en años Jungkook derramó varias lágrimas saladas, llenas de coraje, de odio y por supuesto de amor. Unas lágrimas que demostraban el amor sincero por ese rubio que ahora sería el encargado de darle una manada de hijos. No había retorno ante el amor, ahora era todo lo que tenían.

-Te amo Jimin.-Algo hermoso se incrustó en el corazón de Jimin, algo simplemente mágico se hizo presente y lo mantendría por bastante tiempo.

Tomó bastante tiempo afrontar su realidad, ya no podría ir a la universidad, ese sueño que tenía de ser una persona exitosa en lo laboral se habia ido por el caño. Había imaginado visitar varios países pero solo se vivían en su imaginación, ahora podia decir que habia visitado lugares maravillosos, Rusia, París y varios más pero acompañado de Jungkook.
Muchas veces puso a prueba los brazos largos de Jungkook, la calidez y fuerza, pero siempre daban el mismo resultado. Probó sus besos cientos de veces e hizo lo mismo, el sabor de su saliva era exquisita. El sexo salvaje se había puesto en el número uno de poner a prueba, la forma en como lo acariciaba, tan suave y placentera. Los grandes orgasmos que lo han llevado a tocar el cielo.
En algo estaba seguro, Jungkook tenía razón en esas palabras.
Nadie podría cogerlo como el y no solo en ello.
Nadie podría sustituir su presencia, jamás en esta puta vida.