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Aeropuerto Internacional.
Perm-Bolshoye Sávino
Colonia Sokolovsky
10:20p.m


El anciano miraba la carretera, tenía una pequeña capa de nieve, estaba contento de haber podido ver a Jimin, tenía intriga de saber de él, algo en su corazón estaba tranquilo también de poder ver a su nieto, todos los días esperaba noticias malas de el, pero era normal en cuestión de su llamado trabajo.

-¿Hiciste lo que te ordenaron?- La voz del castaño llamo la atención del anciano.- Espero que si.

-No haría algo que perjudicará a Jimin o a ti, dile a tu estúpido Jefe que Jimin no se irá de su lado. Al menos por el momento, está un poco atemorizado pero es cuestión de lo que ha pasado desde su secuestro, solo dile que sea gentil con el.... ¿Cuando le dirán la verdad?

-A mí no me interesa eso, es problema del Jefe.- El anciano suspiro pesadamente.- Pero bueno, no debes preocuparte por ese mocoso, está en las manos de Jeon. No hay más que hacer.

¿Tendría que salir esa verdad? ¿Cómo lo tomará ese niño Idiota? ¿Podra con tanto peso en su corazón? Esas preguntas torturaban al anciano haciéndolo reprimirse de regresar a esa mansión y decirle toda la verdad a ese rubio.

-Ve con cuidado.- El anciano asíntio saliendo del auto para tomar su mochila, la cual contenía solo unas mudas de ropa y varios fajos de billetes.- Estaremos un buen tiempo aquí, así que...

-Lo entiendo.- El castaño asintió y miró a su abuelo.- Cuídate mucho hijo, ya estoy viejo y no quiero que te vayas antes que yo, se cuidadoso y espero verte más seguido.

-Deja de decir tonterías, mejor vete.- Se dieron un pequeño abrazo y el anciano se dio la vuelta para entregar sus papeles. Pronto estaría en un avión para volver a Corea, lugar donde estaría tranquilo.

El castaño miró atentamente a su abuelo, su forma cortada de caminar, los años le estaban cobrando factura. Sus cabellos estaban totalmente blancos y su memoria por muy difícil que sonara, se estaba deteriorando por la edad, YoonGi comprendía que ese señor estaba envejeciendo más rápido de lo que pensaba

Una hora después el castaño salió del aeropuerto, su abuelo ya estaba rumbo a Corea. Tomó su teléfono y sonrió al ver el número que buscaba, marco y espero alguna respuesta del otro lado de la línea.

-Acaba de salir de Perm, te mandé un mensaje de la hora en que llegara.- Escuchó varios comentarios y siguió hablando.- Llévalo con cuidado y estate pendiente de el.

-No debes preocuparte, lo cuidare.- Colgó antes de escuchar más estupideces.

Estaba seguro que había algo que debía y era la vida de su abuelo a Jungkook, oh mejor dicho a ese maldito rubio. Entro a su auto y respiro profundamente, tenía planeado que en unos años lograría separarse de Jeon pero ahora sería imposible. Golpeó el volante, se recargo del asiento y cerro levemente los ojos.
La libertad para el no existía, simplemente tendría que quedarse en la Mafia Coreana lo que restaba de vida.

Hoy no tenía planeado llegar a la mansión así que busco un lugar tranquilo y desolado para beber y pasarla bien con algun Omega en apuros.

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El rubio miraba sorprendido ese lugar tan hermoso, no era muy llamativo a esa religión pero si se admiraba por todo aquello, el edificio era muy antiguo, las imágenes era impresionantes. También se sorprendió por el gran silencio que se encontraba dentro de aquel lugar.

-Es la iglesia de la Anunciación.- El rubio solo escuchaba, ya que su atención estaba en todo lo bello del lugar, no podía creer lo que sus ojos miraban.- Aquí nos casaremos.

LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora