Hospital Praktik
Perm, Rusia.
Al abrir la puerta del auto Jungkook salió sin mirar atrás, estaba algo aturdido y preocupado, la llamada de HoSeok lo había puesto en alerta, ya había desbordado mucho capricho hacia el rubio, tenía que volver a su vida normal. No podía seguir con eso más tiempo, debía seguir con su estado de ánimo normal, los pies debían estar bien puestos en la tierra. Era un hombre cruel y sin escrúpulos, cegado por el odio y mucho más estar bajo la sombra del egoísmo de su trabajo.Entro a la sala de urgencias, el Doctor Mok al verlo se acercó a el.
-Antes de que digas algo, el está fuera de peligro.- El castaño suspiro y asintió.- Está en la noticias para este momento, un tiroteo en la plaza de Perm, justamente a medio día.
-Quiero verlo, ¿Dónde está? -Dijo ignorando los comentarios de Mok, asintió y lo guío hacia el elevador, entraron en el y apretó el botón del piso tres, el Doctor miraba al castaño, el cual estaba tenso y no se relajaba en absoluto.
-No daño ningún tejido, el hielo ayuda a evitar daño al tejido y a disminuir la inflamación y el dolor.- El castaño asintió sabiendo todo aquello.- Capacitaste bien a tus hombres, HoSeok corrió al restaurante donde estaban y trajo hielo consigo.... Jungkook ¿Qué tan doloroso es el impacto de una bala? - el castaño sonrió mirando a su antiguo profesor.
-Depende de qué parte del cuerpo reciba el golpe, de la distancia, del tipo de impacto, de la adrenalina y del calibre de la ojiva.- Se abrió el elevador y salieron de el.- No subestimes mi inteligencia Mok, recuerda que el alumno siempre sobresale más que el Profesor.
-Habitación cinco, está reservada solo para el. Pueden hablar tranquilamente y sobre el disparo, la bala no era para el ya que solo un estúpido dispararía de ese modo.- Mok sonrió hacia el castaño el cual todo abrumado asintió.
-Has el papeleo, lo quiero fuera de aquí lo antes posible, mándalo a la mansión.- Al decir esto se dirigió a esa habitación, dejando a Mok parado en medio del pasillo.
Al entrar miró a YoonGi acostado y profundamente dormido, su hombro y parte de su brazo estaban vendados. En el hombro se lograba ver una mancha de sangre, es donde estaba esa herida. Suspiro y miró atento la habitación, tomó asiento en uno de los sillones, no se iría hasta poder hablar con el, en toda esa situación algo lo inquietaba. YoonGi era rebelde y no aceptaba muy bien la reglas impuestas, en otra ocasión ya lo habría mandado al otro mundo, pero algo en el, le decía que esperara un poco más. Que tal vez en el futuro lo necesitaría, cosas que lo mantenía abrumado y desconcertado.
Una hora después HoSeok entro por la puerta acompañado de Namjoon el cual se sorprendió al ver a Jungkook, era extraño tenerlo en un hospital y por supuesto acompañando a uno de sus trabajadores.
-¿Que haces aquí?- El castaño señalo a YoonGi ante la pregunta de su mejor amigo.- ¿Que haces aquí?- volvió a preguntar intentando obtener una respuesta concreta.
-Dormira toda la tarde.- Dijo HoSeok y miró al castaño, el cual asintió sin prestar atención a su comentario.- Mejor vaya a descansar, yo me quedaré a cuidarlo, mañana a primera hora le avisaré de cualquier cosa.
-Mok está haciendo el papeleo, lo llevaré a la mansión.- El par asintió sin comentar nada, sabían que no debían debatir esa idea por más absurda que fuera.-¿HoSeok?
-Si Señor.- Este tomó asiento en la silla al lado de YoonGi.- Digame que necesita saber.
-¿Que paso?- Miró a HoSeok y espero que hablara.- Quiero saberlo todo.
-Decidimos ir a la plaza, entramos a un restaurante pero había algo raro en el.- Jungkook no se sorprendió.- Lo note desde que llegamos, simplemente no le dije a YoonGi, ya que conocemos sus arranques, comimos a gusto sin ningún problema... pero al final tuve que decirle, no era opción ya que esos sujetos se dieron a notar ante los comensales.
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LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»
Romance🌷Kookmin🌷 Historia Terminada✓ Jeon Jungkook, Treinta años y el mafioso más temido de Corea. Un hombre obsesionado con un niño Diez Años menor que el, hará lo imposible para tenerlo bajo su poder. Tras las miles de caricias y la pasión que desbord...