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Corea del Sur. Busan.
Templo Haedong Yonggungsa.
02/Enero/2022
Unos dias después del secuestro.


El rubio recibía golpes continuos para mantenerlo despierto, estaba morado e hinchado de tanto golpe en el cuerpo y rostro. Gritaba de dolor y nadie se dignaba a ayudarlo, estaba sufriendo y pedía morir, pero esos desgraciados no le permitían aquello.

Se estremecio de miedo al escuchar esa voz, no tenía conocimiento de cuántos días había estado en ese lugar. El sol no entraba en ese cuarto oscuro el cual solamente era iluminado por una luz opaca de un foco el cual titireteaba cada cierto tiempo.

-Jimin.- sus ojos habían sido cubiertos por una tela delgada, eso sucedía cada vez que ese hombre entraba al lugar, no comprendía porque lo hacían si a final de cuentas reconocía tan bien esa desgraciada voz. El oído del rubio se había agudizado tanto, escuchaba como arrastraban los zapatos al caminar en la segunda planta, incluso escuchaba el goteo de alguna llave en ese lugar, y sobre todo el oleaje del mar.- ¿Cómo te sientes cariño?

El rubio estaba demasiado agotado para articular alguna palabra, alzó el rostro al sentir como le quitaban la tela de los ojos. Los abrió lentamente pero todo estaba borroso, suspiro cerrando y abriendo los ojos hasta que por fin pudo ver todo con claridad.

-Estás en Busan, lejos de la civilización.- Jimin sonrió al escuchar más agudo la olas del mar, era la primera vez en estos días que escuchaba ese sonido maravilloso más fuerte, se imaginaba que habían abierto alguna ventana para que ese sonido fuera un poco más fuerte. La brisa fría lo calo de un dolor interminable, haciéndolo recordar su tristeza realidad. Ahora le pertenecía al clan Zhāng.

-¿Bu....Busan?- Sonrió levemente al recordar a sus padres, ese viaje de cuando era pequeño junto a Seung para conocer el mar. Había sido lo mejor de esta vida, un recuerdo que mantenía en su pequeño y destrozado corazón se hizo presente inundando su dolorosa mente.

-El templo en el que estamos fue fundado en el año 1376, durante el reinado de Gongmin, por el sacerdote Naonghwasang, el asesor del rey. Forma parte de uno de los 3 mejores sitios budistas de Corea, y presenta una perfecta combinación del mar, la estatua del dragón y las piezas budistas.

Haedong, Jimin intento pensar tranquilamente, el mar, la arena, los árboles, las calles y la carretera principal. El ya había estado en ese lugar, era el favorito de Seung. En la vereda por la costa había un sendero que llevaba directamente a la carretera, veinte minutos manejando y te llevaba a la ciudad. La plaza, intento recordar todo el lugar, las tiendas, las calles. Cerca de ahí estaba la casa de sus tíos.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en el rostro.

-¡Maldita sea Jimin, estoy hablando!- Jimin escupió sangre y suspiro por el dolor.- Yo no soy como el estúpido de Jeon quien te dejo hacer lo que te daba en gana, ¡A mí me debes respetar!

Enojado tomó un lazo y lo metió en una cubeta llena de agua, lo saco con una sonrisa y golpeó al rubio, sin piedad azotó el lazo en su cuerpo. Jimin apretaba la silla con sus manos atadas, el dolor era extremadamente horrible, estaba agonizando peor de lo que esperaba.

Día nueve del secuestro.

El rubió se encontraba atado a la cama, Qiang se aprovechaba del cuerpo desnudo de Jimin. Lo envestia salvajemente mientras que el rubio gritaba de dolor, lloraba para que ese hombre tan brusco se detuviera. Siempre que eyaculaba quería marcar al rubio pero jamás lo logro porque aún seguía atado a Jungkook. Eso lo hacía enojar y acababa golpeando al rubio hasta que esté se quedara inconsciente.

LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora