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22 de enero del 2022
Corea del Sur, Seúl.
Seollal (설날)
Año Nuevo Lunar.
2:30a.m


La respiración del rubio era incontrolable, el sudor que emanaba su cuerpo era inevitable, descalzo corría por las oscuras calles del palacio de Deoksugung en Seúl. Los turistas llenaban esas calles, sin embargo no se daban cuenta del aturdimiento de aquel muchacho el cual llevaba consigo un corazón roto y el alma demasiado hundida en la miseria. Al llegar a un pequeño callejón se dejo caer entre los botes de basura ocasionando un ruido que atrajo las miradas de algunos que iban caminando cerca.

-Pobre muchacho, tan pequeño y ya cayó en las drogas.-Lo miraban sin ayudarlo lo cual era demasiado cruel. - Pero es la vida que eligen.

-Solo para eso se escapan de sus casas.- Era injusto el comportamiento de la gente.- Para perderse en el vicio.

El rubio bañado de sudor y sangre atrajo sus piernas y escondió su cabeza entre sus rodillas, el dolor en el pecho era insoportable, la respiración entrecortada no lo dejaba pensar con claridad.
Un miedo se apoderó de su ingenuo corazón, ¿Estarán cerca? ¿Lo seguirán buscando? ¿Lo atraparán? Soltó sus piernas lentamente y miró alrededor, los gritos y risas de la gente lo lleno de tranquilidad. La gente se encontraba celebrando el año nuevo Lunar, ¿Y el que hacía? Huyendo de unos tipos que pretendían hacerle mas daño, su cuerpo pedía descanso, la cintura y parte de su recto le dolían más que todo lo anterior. Esos tipos se aprovecharon de todo su cuerpo, se sentía sucio y asqueado por todo aquello. Su mente se nublo de pensamientos horribles.
No entendía el porque había acabado así, era un chico muy feliz, estudiaba en una Universidad privada rodeado de gente que lo apreciaba y queria. Su familia es de clase alta, como hijo único si había crecido un poco mimando, pero sabía respetar cualquier regla que sus padres le ordenaban. Recordó las veces que iba al parque simplemente con un libro en mano y tomaba asiento bajo ese Arbol de Júpiter, sus flores de color rosado le encantaban, era un delirio con ello.

-Jungkook...

Un dolor se volvió a incrustar en su corazón, el dolor de perderlo a el era injusto y estúpido, lo llevo al paraíso a base de engaños pero al final de cuentas le robo su corazón, sus sentimientos se aferraron a ese ser frío y sin sentimientos. No podía evitar extrañarlo, lo adoraba como a su Dios, pero extrañamente ese imbécil lo había abandonado. Lo dejo a su suerte después de todo lo que habían pasado juntos, no le importo dejarlo solo y derrotado, sobre todo en manos de ese clan quien le había hecho mucho daño.

¡Lo odiaba!¡Claro que lo odiaba!

Suspiro frenéticamente al escuchar esas voces tan reconocidas, ellos estaban aquí, volvio a la realidad y se arrastro más adentro del callejón, las ratas se hacían presentes y una que otra se acercaba a el, pero el miedo a esos hombres era más fuerte que unas pequeñas e indefensas ratas de alcantarilla. Su espalda tocó la pared, abrazo sus piernas y escondió su cabeza entre las rodillas, un mareo se presentaba mientras que la herida en la nuca empezaba nuevamente a sangrar. Estaba demasiado aturdido y sin fuerzas para seguir huyendo, sabrá Dios cuánto tiempo corrió por todo Seúl. Quería ir a casa y dormir o simplemente deseaba que aquel hombre lo salvará, lo atrajera a sus brazos cuidando de el como tantas veces lo hizo mientras estaba en su poder.

Se maldijo mientras recordaba que ese maldito infeliz lo llevo a la fuerza con el, como también lo abandono cuando ya no le sirvió. Lo enamoro, lo daño, lo hizo tantas veces suyo que en su interior sentía que ahora todo de el le pertenecia. ¡Pero no! Solo fue un juego brutal de engaños para el, un simple juego que hasta que acabo aburriendoce decidio abandonarlo, que miserable se sentía.

¿Y ahora? Toda la mafia China pensaba que aún seguía con el, por eso lo perseguían, por eso no lo dejaban ser libre o eso se imaginaba el, pero el dolor de el abuso seguían en su cuerpo y mente, jamás se recuperaría de ello.

A cabo de tres meses que ese hombre lo abandono no lo dejaban tranquilo y estaba aterrorizado de salir a la calle, tenía miedo, y más que nada lo necesitaba a el. Tambien era culpa del bastardo de YoonGi el cual jamás regreso, todas esa promesas se fueron a la basura con el cariño que según le tenía.

Un escalofríos recorrió toda su espina dorsal, tenía mucho miedo, tenía que hacer algo. Tenía que ir a casa, no podía quedarse toda la vida en ese maloliente callejón. Soltó lentamente sus piernas, respiro profundamente varias veces, las lágrimas salían de sus profundos y hermosos ojos. Tenía que acabar con esto, no podía seguir siendo débil.

Se levantó cuidadosamente, sus manos todas arañadas y bañadas de sangre y lodo se aferraron a las pequeñas grietas de la pared. Le dolía todo el cuerpo, pero no se dejaría derrotar, tenía que ir a casa y ver a sus padres, los cuales estarían esperándolo con una gran cena, porque era año nuevo. Empezaría con buenas cosas y mejores, tenía que volver a casa, a estrechar sus brazos en su madre y besar la frente de su padre.

Se levantó con una sonrisa en el rostro pensando estar en los brazos de sus padres, hace un mes que nos los veía por estar bajo el mando de la mafia China. ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Cuánto había sido? Lo torturaron para saber dónde se encontraba su amante, lo que no sabían ellos es de que el tampoco lo sabía, ¿Habrá sido por eso que lo habían secuestrado? ¿Por eso habían abusado de su cuerpo? ¿Por Jungkook?

Al llegar al final de ese callejón respiro profundamente, cerro los ojos por la luz que desprendían esas lámparas de la calle. Observo a toda esa gente caminando feliz y divertida, la imagen que presentaba la mente de Jimin era en paz, un chico rubio caminando junto a su mejor amigo disfrutando la compañía del otro,

-Ire con mis padres...- Camino lentamente en medio de esa calle llena de gente.- Voy para allá, esperenme. Ya casi llego, ya voy en camino...

Varias detonaciones de arma se escucharon, la gente corría temiendo por sus vidas. El rubio se quedó inmóvil en medio, su respiración era frenética por el dolor. Tocó su pecho y levantó lentamente la mano, su mirada se hacía borrosa mientras notaba que en la punta de sus dedos yacía sangre recién salida de su cuerpo.
Callo de rodillas y lloro silenciosamente, el dolor de esa bala no se comparaba con lo que sentía su corazón, se supone tenía que ir con sus padres.
Un brusco golpe ocasionó que su pequeño cuerpo chocará con el pavimento, la sangre empezó a salir sin piedad y un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Este era el final? ¿Por qué llegó a esto? Solo tenía veinte años y su vida había acabado.

Pero todo había sido por culpa de una sola persona, Jungkook. Quién le había puesto este cruel destino frente a el, pensó claramente el porque debía pasar todo esto si no había hecho nada malo.

- ¿Donde está tu amante?- Un dolor se incrustó en su estómago, el hombre encorvado y grande pateaba sin piedad al pequeño rubio.- ¡Dime! ¡Lamentarás haber matado a Qiang, sufrirás lentamente!

-El me salvara...- Un susurro salió de sus rechonchos labios.- Jung... El vendrá ....

-¡¿Que dijiste?!- El hombre lo tomo por el cabello ocasionando un grito de dolor al rubio.- ¿El te salvará? ¿No te has mirado?¡El no vendrá!...... ¡No le importas en lo más mínimo!

Aventó con fuerza al rubio, este ya en el piso lloro en silencio, sabía que ese Chino malencarado tenía razón, ese maldito infeliz no vendria a su rescate. Simplemente no vendría por qué no le importaba en absoluto.

- Te odio..... Te odio Jungkook por haberme abandonado cuando más te amaba.... Te odio.

El rubio cerro los ojos llenándose de esa profunda oscuridad, todo había terminado.

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Los Noticieros eran un caos al día siguiente, policías llegaron al lugar y al preguntar lo ocurrido buscaron por todo el perímetro algúna señal de lo antes mencionado. Todo estaba concretamente tranquilo, al notar sangre en el pavimento volvieron a buscar y llegaron a ese callejón en donde solamente encontraron más residuos de sangre, buscaron por todo el lugar. No encontraron a la víctima, no había absolutamente nada, solo esa pequeña pista. Residuos de sangre de aquel infeliz. Que desgraciadamente jamás encontrarían.

LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora