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Un mes después.
20/Noviembre/2021
Seul, Corea del Sur.


Con una pequeña pala sacaba la tierra húmeda, al sacarla de ese hueco se acercaba y dejaba un pequeño árbol de Júpiter. Con ayuda de la pala tapaba completamente ese hueco. Al verlo firme rocio con un poco más de agua, sus manos las restregó en su pantalón. Ahora le hacia de jardinero y le gustaba, le ayudaba a no pensar tanto.

-¡Ya está la comida!- Dejo la pala en el suelo y entro a casa donde estaba su madre en la cocina.-Toma asiento y te serviré.

En cuanto se sentó su madre le sirvió un plato lleno de comida, lo miro sorprendido pero entendió la preocupación de su madre, había bajado más de diez kilos y era alarmante, también comprendía que su estómago no requería tanto ya que automáticamente se cerraba al pensar en ese castaño.

-Espero que ese Árbol crezca, ya no quiero ir al parque.-Su madre se acercó y tomo asiento frente a el.- ¿Crees que crezca? Espero que si porque lo cuidare hasta el final, no lo dejaré solo...

-Sera un árbol grande y fuerte, confío en eso.

Jimin ignoro ese comentario y empezó a comer, al término lavo su plato y decidió seguir en el jardín, el sol estaba cálido pero aún así el aire se sentía fresco. El cabello rubio de Jimin estaba un poco más largo así que con el aire se movia chistosamente, tuvo que amarrarlo con una pequeña liga quedando una cola toda deforme, suspiro recogiendo la tierra con la pala depositando todo en un pequeño costal. Lo cargo y tenía planeado dejarlo en una de las esquinas del jardín, donde nadie pudiera verlo, sonrio al ver un pequeño rincon detrás de varios arbustos.

-¿Ahora eres Jardinero?- Dejo caer el costal al escuchar esa voz, su corazón se estremecio y volvió ese dolor que intentaba guardar en lo mas profundo, se giro lentamente.- Que patético eres.

Su pecho se llenó de dolor, ese hombre alto se encontraba parado justamente al final de las escaleras, su semblante era cálido. Se veía muy diferente a la última vez que el rubio lo miro.

-Tu..- Su voz se quebró y corrió para poder abrazar a ese hombre.

Sus brazos se enredaron en la cintura de este, se llenó de ese aroma hermoso y encantador, se volvía a sentir en casa, era una sorpresa demasiado maravillosa.
YoonGi lo soltó levemente para tomar su rostro quitándole las lágrimas con sus pulgares. Sonrió y beso levemente la frente del rubio, Jimin se aferró nuevamente a el y se quedó por mucho tiempo escondido en su pecho.

-Estás aquí...-YoonGi lo envolvió con sus fuertes brazos y beso su cabeza.- No te vayas, no te alejes, no me dejes...

-No lo haré Jimin, no te dejare. Lo juro pequeño.- YoonGi beso nuevamente la frente del rubio disfrutando también la calidez de su hermoso cuerpo.

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-¿Cómo está el?- El castaño tomó el vaso de agua que le ofrecía el rubio, le dio un sorbo y se maravillo por el exquisito sabor natural. Hace mucho tiempo que no probaba algo casero.- Perdoname por preguntar.

-Es normal pero me temo que no puedo decirte.-El rubio suspiro y asintió comprendiendo totalmente.-Por que no lo se, hace más de dos meses me dio la libertad que tanto quería.

-¿Que?- El rubio estaba sorprendido.-¿Te dejo ir?

-Si, pero con una condición.-El castaño bebió el líquido sin dejar nada en absoluto, depósito el vaso en el suelo para mirar al rubio y sonreír.- Es la condición más absurda que han escuchado mis oídos, pero comprendo el motivo y estoy totalmente de acuerdo.

LOVE EXISTS - MAFIA «Parte 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora