ONA
La reacción de Noa no se hace esperar, y en menos de diez segundos está saltando de felicidad por todo el salón. Sonrío al verla tan feliz, me recuerda mucho a Lea cuando éramos pequeñas.
- Ona- me llama mientras viene a sentarse en mis piernas de nuevo- ¿podré ver el partido en el estadio?
- Claro que si princesa, y si ganamos podrás venir al campo a celebrar con nosotras.
- ¿Estás contenta peque? – pregunta Lea mientras le acaricia su espaldita.
- Mucho tata.
No mucho después, Gemma viene a buscar a la pequeña, que no tarda en contarle emocionadísima que su hermana jugaba al futbol y que el sábado saldrá al campo con nosotras. Nos despedimos de Noa entre besos y abrazos, y nos hace prometerle que el día del partido no se nos olvidará ir a buscarla.
Cuando nos quedamos solas fregamos y recogemos lo de la comida, ya que antes no tuvimos tiempo, y me tumbo en el sofá con Lea sobre mí. Reparto caricias por su espalda y ella se relaja contra mi cuerpo, supongo que no ha tenido que ser nada fácil para ella volver a revivir lo del accidente, y menos tener que responder las inocentes preguntas de su hermana, pero parece que después de hacerlo se ha quedado más tranquila, como si hubiese cerrado un ciclo. Y me hace enormemente feliz poder estar a su lado viendo como se supera cada día, haciendo que cada vez me enamore más de ella.
Siento como Lea empieza a dejar un reguero de besos húmedos a lo largo de todo mi cuello e involuntariamente se me escapa un gemido que intento retener tapándome la boca con una mano.
- Me encanta escucharte Pecas, no te contengas- dice antes de dejar mi cuello y acariciar sus labios suavemente con los míos.
El beso hace que nuestros cuerpo suban de temperatura en cuestión de segundos, la cercanía de nuestros cuerpos tampoco es que lo ponga muy difícil. Lea separa nuestras bocas ligeramente para morder con suavidad mi labio inferior haciendo que no sea capaz de controlar mis instintos. Aunque siendo sincera, eso es lo que menos quiero en estos momentos, quiero dejarme llevar y disfrutar de este momento.
Mis manos bajan hasta su culo, masajeándolo, mientras que ella va recorriendo mi cuello con sus labios, bajando los besos hasta mi clavícula, pero entonces se encuentra con mi camiseta obstaculizando su camino.
- ¿Yo creo que esto sobra no? – dice incorporándose con una sonrisa. Nadie tiene una sonrisa más bonita que la suya.
Lea se incorpora llevándome a mí con ella ya que tiene mi camiseta agarrada en su puño, y quedamos las dos sentadas cara a cara en el sofá. Esta vez soy yo la que me lanzo a comerle la boca casi con desesperación, es fascinante lo que un par de besos suyos me provocan. Mis manos se aventuran debajo de su camiseta mientras seguimos besándonos, consiguiendo sacarla un par de suspiros y que ambas sonriamos ante el contacto de la otra.
- ¿Estás segura de esto love?
- Más segura que de mi nombre Pecas.
Al escuchar sus palabras me levanto del sofá y extiendo mi brazo en su dirección, ella sin dudarlo toma mi mano entre la suya y me vuelve a besar, dejándome disfrutar una vez más de sus cálidos labios. Como puedo nos guio a ambas a la habitación que compartimos y cierro la puerta tras de mí para darnos algo más de intimidad.
Lea se acerca a mí de forma coqueta, y engancha sus dedos con cuidado en el dobladillo de mi camiseta levantándola poco a poco, exponiendo cada centímetro de mi abdomen. Cuando consigue sacarme la prenda su mirada navega por todo mi torso, empapándose de todo mi ser.
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SIN ETIQUETAS
FanfictionOna Batlle regresa a casa, tras varios años en Inglaterra vuelve a su amada Barcelona, llena de recuerdos y nuevos retos para su carrera. Lea Martínez estaba destinada a ser la mejor futbolista del mundo pero una lesión la impidió seguir su sueño. R...