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CAPÍTULO 28

N/A: Capítulo largo, espero que lo disfrutéis, os leo en comentarios. Besos.

ONA

Cuando llegamos a casa estamos reventadas, así que cenamos algo ligero y nos metemos directamente en la cama. El día de hoy ha sido increíble, desde el debut hasta el cumpleaños de Noa, todo ha sido una pasada. Siempre me han gustado los niños, eso no lo puedo negar, pero nunca me he planteado tener hijos, o al menos, nunca me lo había planteado, hasta ahora. Interactuar con Noa, e incluso con Mateo, ha hecho florecer en mí un instinto maternal que hasta ahora desconocía. No quiero decir que quiera ser madre justo en esta etapa de mi vida, aún tengo que lograr muchas cosas en mi carrera antes de traer un hijo al mundo, pero lo que si sé es que quiero que eso ocurra. Y me encantaría que fuese con Lea.

A la mañana siguiente nos despertamos tranquilamente, ya que tenemos el día libre, y nos ponemos a mirar una serie en la cama, disfrutando de no tener que hacer nada, que de vez en cuando también está bien.

- Oye, Pecas – dice Lea cuando termina uno de los episodios- creo que deberíamos decirles a nuestras familias que estamos juntas.

- Justo te iba a proponer que hiciéramos una cena todos juntos o algo así para esta semana, podríamos aprovechar la oportunidad y decírselo.

- Me parece perfecto, por cierto, ayer no tuve la oportunidad de darte las gracias.

- ¿Las gracias por qué love?

- Por hacer del cumple de mi hermana el mejor día de su vida, de verdad muchísimas gracias Pecas.

El domingo no hicimos mucho más, la verdad, por la tarde salimos a dar un paseo por la playa y aprovechamos para tomarnos un helado y hacernos algunas fotos chulas para Instagram. La semana transcurre bastante ajetreada, en cuanto terminan los entrenamientos Lea se va al estudio a ensayar con su grupo de bailarines su actuación en la gala de premios, que es ya este sábado, y yo vuelvo a casa o quedo con las chicas para tomar un café. La cena con nuestras familias será el viernes, y nos juntaremos todos en casa de mis padres, ya que se han ofrecido y no he sido capaz de quitarle la idea de la cabeza a mi madre, según ella, la casa es más grande y todos estaremos más cómodos. Al final seremos nosotras dos, los padres de Lea, Noa, mis padres, mi hermano y su novia. No sé muy bien que pinta su novia en esta cena, llevan algunos meses saliendo, pero hay algo con ella que no me termina de cuadrar, siento que no está con mi Joan porque verdaderamente le guste, sino por otro motivo que desconozco, además siempre parece querer saber de más. Solo la he visto en un par de ocasiones que mi hermano la trajo consigo a Mánchester en alguna de sus visitas, y vale que yo suelo ser muy reservada, pero es que en vez de intentar conocerme parecía que me estaba interrogando por algún terrible delito.

Por fin hoy era viernes, lo que significa que la cena familiar estaba apenas a unas horas de distancia. Cuando salgo de la ciudad deportiva paso a buscar a Lea al estudio de baile en el que estaba ensayando, ya que hoy desde el club le dijeron que podía tomarse el día libre para ultimar los detalles de mañana. Aparco justo en frente de la puerta, algo bastante raro contando que es una de las calles más concurridas de toda Barcelona, y le escribo a Lea para decirle que ya estoy abajo. En pocos minutos noto como se abre la puerta del copiloto dejando pasó a una Lea bastante sudada y con la cara roja como un tomate.

- No te rías de mí- es lo primero que dice según se sienta- las duchas hoy estaban averiadas.

- ¿Por qué me iba a reír? Me gustas así, toda sudadita love. Aunque me gusta más cuando soy yo la que te hace sudar.

Lea se pone todavía más roja, si es que eso es posible, y se tapa la cara con las manos, aunque por dentro se que le encanta que de vez en cuando le diga cosas de ese estilo. Conduzco hasta nuestra casa con una de mis manos en su pierna, mientras que ella me acaricia la nuca suavemente. Cuando llegamos al apartamento tenemos más o menos tres horas antes de que tengamos que salir para la cena, así que mientras Lea se da una ducha rápida yo preparo unos cafés, cuando sale del baño, aún con el pelo húmedo y sin desenredar, se siento al lado mío en el sofá y suspira agotada.