CAPÍTULO 46

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N/A: Buenas!! Ya estoy de vuelta con esta historia, pido perdón por haber estado tan ausente, espero que os guste el capítulo y le deis mucho amor. Mañana sin falta actualizaré "Un día de partit". Como siempre os leo en comentarios. Besos!!


ONA

Hoy hemos planeado contarles a nuestras familias que estamos prometidas, ya que entre unas cosas y otras todavía no lo saben, y no queremos que se enteren por terceras personas, así que hemos organizado una merienda en nuestra casa.

Lea está que se sube por las paredes, ha tenido una semana algo intensa, no ha dejado de darle vueltas a la propuesta que le han ofrecido para la próxima temporada, todavía no tiene muy claro qué va a hacer. Ayer fuimos a casa de Alexia ya que mi chica había quedado con Olga para comentarle todo, y estuvieron casi tres horas en la terraza de esta tratando de llegar a alguna conclusión mientras que Alexia y yo nos echábamos unos fifas.

- Love, tranquila, son solo nuestras familias- digo abrazándola por la espalda cuando entro en la cocina después de haber vuelto de pasear a Dama.

- Lo sé pero me gustaría que esta fuese una tarde especial- confiesa descansando su cabeza en mi hombro.

- Va a salir todo bien, ya verás lo feliz que se pone la princesa de la casa. Estoy deseando ver su reacción.

Ambas nos reímos y luego seguimos preparando las cosas que vamos a poner para picar, al final hemos decidió ir a lo seguro, por lo que hemos comprado cosas como queso, embutido o empanada y, además, vamos a hacer un par de tortillas.

- Love, ve a cambiarte anda, ya termino yo de cuajar la tortilla y emplatarla- digo viendo que se nos echa el tiempo encima y ella todavía sigue en pijama.

- Está bien, te quiero pecas- dice acercándose a mí para darme un pico.

Justo cuando termino de colocar las cosas en la mesa, Lea aparece espectacular con un vestido de punto ceñido de color negro, y unos botines de tacón del mismo color. Como es obvio, me quedo embobada mirándola, cosa que ella nota ya que se acerca hacia mí con una sonrisa juguetona en los labios.

- ¿Te gusta lo que ves? – pregunta llegando a mí, pasando sus brazos por mi cuello.

- Me encanta- confieso acercándome a ella con la intención de besarla, pero justo en ese momento suena el timbre- Que oportuno, pongo la mano en el fuego a que es mi hermano.

Lea deja un beso en mi frente antes de separarse de mí e ir a abrir la puerta, para apenas unos segundos después, volver al salón seguida por mi hermano. Yo me río en cuanto los veo entrar y mi hermano me mira como si me hubiera vuelto loca.

- ¿Y esa risa? Ya te están contando chistes las voces de tu cabeza- dice mi hermano para picarme.

- Parece que alguien se ha levantado gracioso de la siesta- le contesto yo acercándome a él para abrazarle, hace ya unos cuantos días que no hablamos y lo echaba de menos.

No mucho después llegan los padres de Leah y Noa, al parecer se habían encontrado de camino, y la pequeña no tarda ni dos segundos en correr hacia su hermana cuando abre la puerta.

- ¡Tata! Estás muy guapa – le dice mientras Lea la coge en brazos.

- Muchas gracias renacuaja, tu tampoco te quedas atrás.

Noa lleva una camiseta con un unicornio de colorines, y una falda de tul con purpurina. Es tan ella su outfit que no puedo evitar sonreír, la peque tiene su propio estilo, y eso me encantan.

- ¡Ona! – grita la pequeña cuando me ve, bajándose de los brazos de su hermana para correr hacia a mí.

- ¿Qué tal princesa? – pregunto cogiéndola yo en brazos para ir al salón.

- Genial, te he echado de menos- dice abrazándose a mi cuello.

El timbre vuelve a sonar después de un rato y voy yo a abrir la puerta para recibir a mis padres, que son los únicos que quedan por venir.

- Hija perdón por llegar tarde- dice mi madre después de darme dos besos a modo de saludo- pero es que tu padre no encontraba las llaves del coche.

- Si tu madre no las hubiera cambiado de sitio habríamos salido a tiempo de casa- dice mi padre cuando cierro la puerta.

- No pasa nada, pasad, están todo en el salón- contesto yo cortando su pequeña discusión.

En cuanto entran mis padres nos sentamos todos a la mesa y empezamos a ponernos al día mientras vamos picando lo que hemos preparado. Como siempre Noa empieza sentada entre Lea y yo, pero luego termina alternando entre el regazo de su hermana y el mío.

- Bueno, enanas- empieza mi hermano- ¿para qué nos habéis reunido a todos?

- Veréis, Lea y yo tenemos algo que deciros- digo mirando a mi chica esperando a que termine ella de contarlo.

Lea me mira con una sonrisa, antes de volver a mirar a nuestra familia y soltar el bombazo.

- Hace unos días Ona me pidió matrimonio y le dije que sí. ¡Nos vamos a casar! – lo último lo dice casi gritando lo que hace que yo me ría y que nuestras familias empiecen a gritar de felicidad.

Todos nos felicitan, están súper felices, mi hermano ya ha empezado a hacer bromas y todo pero veo que Noa no está entendiendo muy bien la situación.

- ¿Y esa cara princesa? – pregunto susurrando, acercándome a ella ya que está sentada en el regazo de Lea.

- ¿Por qué están gritando todos?

- Pues porque Lea y yo nos vamos a casar y están felices por nosotras- digo muy suave para que los demás no se enteren de nuestra conversación.

Noa se levanta de las piernas de su hermana para sentarse encima de mí y poder seguir con nuestra conversación. De reojo veo como Lea se acerca a mi madre y a mi suegra para que vean bien el anillo y contarles todo.

- ¿Qué quiere decir que os vais a casar? – pregunta la niña que ahora están sentada de espaldas a la mesa con sus piernas a cada lado de mi cintura.

- A ver, ¿tú sabes que tu hermana y yo nos queremos verdad? – ella asiente muy atenta a lo que digo- Bueno, pues cuando quieres mucho a una persona, así como nos queremos Lea y yo, quieres pasar toda la vida con esa persona.

- ¿Cómo los príncipes y las princesas de los cuentos? – pregunta intentando asociar lo que le digo con algo que conoce.

- Exactamente así sí- ella sonríe orgullosa de haberlo entendido- Bueno, pues como yo quiero estar toda la vida con tu hermana, hemos hecho una promesa. Nos hemos prometido amarnos siempre, y estar ahí la una para la otra pase lo que pase.

- ¿Os vais a querer hasta cuando os peléis? – pregunta la niña sorprendida.

- Siempre, y para acordarnos siempre de que nos queremos, le he regalado a Lea el anillo que lleva- digo señalando la mano de mi chica.

- Guau, es precioso, es como de princesa.

Yo me río porque justo eso es lo que pensé cuando lo compré.

- Espera- pide la niña pensando- ¿Eso quiere decir que ahora tú también vas a ser como mi hermana?

- Algo así, sí, pero solo si tú quieres.

- ¡Pues claro que quiero! ¡Es el mejor día de mi vida! – dice emocionada abrazándome a modo Koala.

Su pequeño grito capta la atención de los demás que se giran a mirarla sonriendo por sus ocurrencias.

Pasamos el resto de la tarde fantaseando con cómo será la boda, y explicándole como son estás fiestas a Noa, que cada vez parece más y más emocionada con la idea.

Y así, con mi familia junta, y echándonos unas risas me doy cuenta de que no me hace falta nada más para ser feliz. Esto es lo que quiero y necesito en mi vida.

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