CAPÍTULO 50

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N/A: ¿No pensaríais que os iba a dejar con toda la intriga no? Aquí tenéis la segunda parte del capítulo anterior, espero que lo disfrutéis, y que os echéis algunas risas también. Nos vemos en comentarios, besos!!!

LEA

Cuando llego al campo me encuentro a Ona hecha un obelisco a los gritos con Jonathan, no sé que narices les habrá pasado pero parece que llevan ya un rato así. Justo cuando me estoy acercando a ellos, el míster manda a Ona a los vestuarios, expulsándola del entreno. Pasa por mi lado chocando su hombro con el mío, nunca la había visto tan enfada, y cada vez estoy más desconcertada, ¿qué le estará pasando?

- Ey, ¿se puede saber qué ha pasado? – les pregunto a las chicas, a quienes les acaban de dar un pequeño descanso después del altercado.

- Pues que Ona no estaba centrada en el entreno, no daba pie con bola y cuando el míster se lo ha dicho se ha puesto como una loca, cuando has llegado ya llevaba como diez minutos así- me cuenta Alexia como capitana.

- Creo que deberías ir a hablar con ella- me dice Mapi apoyando su mano en mi hombro.

- No sé si va a servir de mucho, lleva desde ayer por la tarde sin hablarme, apenas hemos cruzado diez palabras en estas horas, conmigo también está a la defensiva- les cuento apenada.

- De todos modos, si va a hacerle caso a alguien esa eres tú- me dice Alexia.

Después de hablar con las chicas, decido ir en busca de Ona a los vestuarios, sea lo que sea lo que le está pasando no puede quedarse así. Entro al vestuario y lo primero que escucho es el agua de una de las duchas correr, por lo que me siento en uno de los bancos a esperar a que mi chica termine.

- ¿Qué haces aquí? – me pregunta enfadada cuando sale envuelta en una toalla.

- ¿Podemos hablar?

- Me parece que no tengo otra alternativa ¿no? – pregunta colocándose de pie frente a mí.

- ¿Qué ha pasado ahí fuera? – pregunto con cuidado, parece un poco más tranquila que hace un rato pero sigue estando a la defensiva.

- ¿Puedo preguntarte algo? – cuestiona pasando olímpicamente de mi pregunta.

- Lo que quieras- digo tratando de ser racional para poder solucionar todo esto.

- ¿Me estás poniendo los cuernos con Jonathan?

Su pregunta me pilla tan por sorpresa que solo puedo abrir la boca sin saber qué decir, ¿pero en qué momento le ha dado por pensar algo así? ¿En serio me ve capaz de hacer algo así? No sé que me duele más, si su desconfianza o el echo de que no haya sido capaz de hablar conmigo y halla explotado en medio de un entreno.

- ¿Se puede saber de dónde coño te has sacado esa idea? – pregunto porque, de verdad, que no puedo estar más perdida.

- Ah, así que no lo niegas eres....

- ¡Ona! Por dios, por supuesto que no estoy con Jona, ¿en serio me ves capaz de ponerte los cuernos y encima con tu entrenador?

Ona parece estar procesando mi pregunta, dándose cuenta de que lo que dice no tiene mucho sentido.

- ¿Entonces por qué estabais ayer en su despacho tan juntitos? Porque déjame decirte que no me creo ni un poco lo que me dijiste ayer cenando. ¿Todos estos días que te has tenido que quedar más era para estar con él no?

En ese momento mi mundo se viene abajo, y no solo porque mi novia desconfié de mí, sino porque me doy cuenta de que he descuidado mi relación un poco durante las últimas semanas. Sé que no puedo decirle nada a nadie de que voy a ser la entrenadora del equipo la próxima temporada, pero tampoco puedo dejar que el secreto rompa mi relación con Ona.

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