CAPÍTULO 26

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N/A: Imaginemos que la niña de la foto es la hermana de Lea. Disfrutar del capítulo.

ONA

Hoy es mi debut, el despertador todavía no ha sonado, pero yo hace ya rato que estoy despierta, con Lea abrazada a mi cuerpo, últimamente nos hemos acostumbrado a dormir así y lo cierto es que las dos descansamos mejor.

No puedo dejar de darle vueltas en la cabeza a las jugadas y a las tácticas que hemos estado entrenando estos días, no quiero cometer ningún error hoy, tengo que probar a todo el mundo que han hecho lo correcto fichándome. Lea sigue dormida, y no quiero levantarme y que se despierte, así que cojo el iPad de la mesita de noche junto con los auriculares, y me pongo a ver videos de partidos del equipo rival para estudiarlos un poco más en detalle. Aunque, para que mentir, casi se me sus jugadas de memoria. Si es que parezco Alexia viendo los partidos una y otra vez.

Cuando quiero darme cuenta me encuentro apagando el despertador y viendo a una Lea medio adormilado sonriéndome.

- Buenos días Pecas- saluda dejando un casto beso sobre mis labios- ¿Otra vez estudiando al rival? – pregunta con un tono de reproche que me recuerda a mi madre.

- Buenos días love- digo acercándome a besar sus labios, tratando de omitir su pregunta.

Desayunamos con tranquilidad, y antes de marcharnos reviso la bolsa dos veces para asegurarme de que lleve todo lo que necesito jugar. Habíamos quedado con la madre de Lea en que íbamos nosotras a buscar a Noa, y que después del partido comeríamos con la niña para que ella pudiera organizar todo lo de la fiesta de cumpleaños, así que antes de ir al estadio pasamos por la antigua casa de Lea.

Según ponemos un pie en la puerta ya tenemos a Noa sobre nosotros abrazándonos por las piernas, ya que es a la altura que nos llega. Intercambiamos unas palabras con Gemma, para después despedirnos de ella prometiéndola pasarlo en grande y enviarle muchas fotos.

Llegamos casi a la vez que el resto de las chicas, un par de horas antes que los aficionados, y todas se vuelven locas cuando ven a Noa. Me encanta que más que un equipo seamos una familia. Todas las jugadoras nos vamos al vestuario mientras que Lea, Noa, Lucía la mujer de Irene, y su hijo, se van hacia el campo directamente.

El equipo rival ya ha llegado y entre que nosotras volvemos a entrar a los vestuarios después de entrenar y ellas salen, a Lea le toca salir a hacer la prueba de sonido en medio del campo. Los aficionados no saben que ella será la encarga de dar empiece al día de hoy, el club ha querido que sea una sorpresa y, hasta donde yo sé, nadie ha filtrado nada ni por redes ni a la prensa.

Un ratito antes de saltar al campo, nos traen a todos los niños y niñas que van a salir con nosotras, y Noa no tarda absolutamente nada en venir corriendo hacia a mí.

- Hola, princesa, ¿lista? – pregunto agachándome para quedar a su altura.

- Sí, mira que equipación nos han dado- dice emocionada dando una vueltita para que la vea- Tata me ha ayudado a ponérmela.

A cada niño le han dado una equipación idéntica a la nuestras salvo por que no llevan ningún dorsal, pero hasta les han dado unas medias y unas botas. Noa está pletórica, no puede esconder la sonrisa que le cuelga de la cara. Antes de que pisemos el césped y pongamos en juego el balón, Lea sale micrófono en mano encontrándose con la afición que la recibe con casi cinco minutos de aplausos y vítores retrasando así su actuación. Desde el túnel puedo ver como se le escapan algunas lágrimas de emoción por la acogida del público, y como, al empezar a cantar también se emociona. Al terminar saluda al publico y viene corriendo hacia donde estamos nosotras para que por fin podamos jugar.

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