LEA
Estoy volviendo a casa después de un ensayo con mi cuerpo de baile, ya que los organizadores de la entrega de premios a la que estoy nominada quieren que actúe en ella, cuando me entra una llamada de Ona. Hoy el entrenamiento había sido de mañana así que no la veía desde la hora de la comida.
- Dime Pecas- contesto desde el coche gracias a la pantalla inteligente que tiene instalada.
- Me preguntaba si te apetecía coger algo de cena de la que vuelves a casa.
- Está bien, ¿qué te apetece? ¿Lo de siempre?
- Adoro que me conozcas tan bien, aquí te espero.
- En media hora más o menos llego ¿Vale?
- Vale love.
Ona cuelga antes de que pueda contestarla, nunca me había llamado así, y no puedo evitar reírme, normalmente cuando habla inglés no tiene acento pero al llamarme así casi que parecía nativa y todo. Me la puedo imaginar en casa, sentada en sofá toda sonrojada al darse cuenta de cómo me había llamado. Por suerte en nuestro restaurante de confianza no hay mucha gente y preparan mi pedido bastante rápido.
Entro en casa y como sospechaba Ona está en el sofá, así dejo la bolsa con la comida en la encimera de la cocina y voy corriendo al sofá tumbándome encima de ella. No puedo evitarlo y termino besándola con ganas infinitas de sentir sus labios siempre sobre los míos.
- ¿Y esta efusividad? ¿Tanto me has echado de menos? – pregunta acariciando mi cuello con sus dedos ya que tenía sus manos ahí posadas.
- Te he echado de menos sí, pero el beso ha sido por cómo me has llamado al despedirte antes.
Ona coge uno de los cojines y se tapa la cara para que no pueda ver como se sonroja.
- Pero no te tapes Pecas, me ha encantado que me llames love, además cómo lo has pronunciado... – vuelvo a besarla porque no encuentro las palabras correctas para explicarle lo que me ha hecho sentir.
El beso se vuelve cada vez más hambriento, más necesitado, hasta que termino sentada a horcajadas sobre su regazo y ella sentada con en el sofá en lugar de tumbada como hasta ahora. Nos separamos por falta de aire y porque sus tripas hacen un ruido medio extraño indicando que Ona está muerta de hambre.
- Anda, vamos a cenar antes de que me comas a mí.
Ona se empieza a reír y sé que ha malpensado lo que acabo de decir. Llegamos a la cocina entre besos y abrazos y sacamos la comida que por suerte aún sigue caliente.
- ¿Qué tal te ha ido el ensayo? – me pregunta después de unos minutos.
- Ha sido increíble, el show que estamos montando va a ser espectacular. Estoy deseando que lo podáis ver.
- No sabes las ganas que tengo de verte en directo, nunca pude cuadrar las fechas para ir a ninguno de tus conciertos.
- Es una pena, porque estoy segura de que te hubieras enamorado aún más de mí- digo acercándome a su cuerpo para dejar un suave besos sobre sus labios.
- Creo que eso es físicamente imposible Lea- me mira a los ojos antes de seguir hablando- No podría estar más enamorada de lo que ya estoy.
- ¿Tú qué tal? ¿Preparada para tu primer partido de vuelta en casa?
Ona asiente y se la nota en la mirada que se muere por volver a jugar para nuestra afición, defendiendo los colores de nuestra camiseta, la que siempre soñamos llevar.
- Hablando del debut, te quería preguntar una cosa- dice recostándose en mi hombro ya que acaba de terminar de cenar.
- Dispara Pecas.
- Estaba pensando, si os parece bien a ti y a tu madre, que Noa salga conmigo al campo, me haría mucha ilusión salir con ella en mi debut con el primer equipo del Barça.
No puedo evitar emocionarme al escucharla, me parece increíble que haya pensado en mi hermana para que la acompañe en este día tan importante para ella. Incluso se me escapan un par de lágrimas rebeldes que Ona no tarda en interceptar.
- Eres increíble ¿lo sabías? – cuestiono antes de volver a besarla- Tengo que hablarlo con mi madre, obviamente, pero no creo que tenga problema.
- Además el partido es el mismo día que su cumple...- dice Ona como quien no quiere la cosa.
- ¿Tú has pensado en todo no?
- Obvio love, tenía que guardas un as bajo la manga.
- Eres la mejor- sentencio antes de volver a unir nuestros labios.
Nos separamos al escuchar mi móvil sonar aún dentro de la bolsa de deporte, ni si quiera me había molestado en sacarlo.
- Dime mamá- digo al descolgar la llamada.
- Lea hija necesito que me hagas un favor, ¿te podrías quedar mañana con Noa por la tarde? Si no se lo pido a tu padre pero es que no quiero abusar.
- No tranquila, espera que le pregunto a Ona cuando es el entrenamiento de mañana.
- ¿Está ahí Ona? Que tonterías digo si vivís juntas, pon el altavoz que también quiero hablar con ella.
Pongo el manos libres mientras Ona me dice que mañana el entreno es a primera hora y que luego tenemos la tarde libre para no cansar a las jugadoras antes del partido.
- Hola Gemma- saluda Ona entrando a la conversación.
- Ona mi vida, ¿cómo estás? ¿nerviosa por tu debut?
- Nerviosa no, pero con ganas de que llegue ya, y hablando de esto te quería pedir una cosa.
Ona le cuenta a mi madre que quiere que Noa salga con ella al campo y, como era de esperar ella no pone ningún impedimento, eso sí, le recuerda que debe preguntárselo a ella.
- Entonces- dice mi madre- mañana os quedáis vosotras con Noa ¿no?
- Sí mamá, según salgamos del entrenamiento vamos a buscarla al cole y así pasamos toda la tarde juntas las tres.
Cuando colgamos le empiezo a dar vueltas a la cabeza a un tema, por supuesto Ona lo nota y me abraza por la espalda mientras lavo los dos vasos que hemos utilizado.
- ¿A qué le anda dando vueltas esa cabecita tuya?
- A que creo que es el momento de contarle a Noa mi pasado futbolístico.
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SIN ETIQUETAS
FanfictionOna Batlle regresa a casa, tras varios años en Inglaterra vuelve a su amada Barcelona, llena de recuerdos y nuevos retos para su carrera. Lea Martínez estaba destinada a ser la mejor futbolista del mundo pero una lesión la impidió seguir su sueño. R...