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CAPÍTULO 48

N/A: Buenas, buenas!!! Estoy de vuelta con esta historia que tenía un poco abandonada y, después de tanto tiempo.... nada mejor que un poco de drama. Espero que lo disfrutéis, nos vemos en comentarios. Besos!!!

ONA

Lea tenía que quedarse hasta tarde trabajando así que yo decidí aprovechar el tiempo y quedar con mi hermano, desde hace unos días ha estado medio desaparecido, y si mi instinto de hermana pequeña no me falla, me está ocultando algo.

Hemos quedado en mi casa, y en teoría tenía que estar aquí hace ya veinte minutos, pero todavía no hay ni rastro de él, lo que hace que me ponga de mal humor, mi hermano nunca llega tarde a nuestras quedadas, pero parece ser que hoy hay algo más importante que está haciendo que se retrase.

Casi una hora después de la acordada suena el timbre de casa, así que de malas maneras me levanto del sofá y voy hacia la puerta. Cuando la abro no me puedo creer lo que estoy viendo, para mi sorpresa mi hermano no está solo. A su lado, y con la pose más altanera que jamás he visto, está Amanda, la que yo creía que era su exnovia pero que, a juzgar por sus manos entrelazadas, diría que vuelve a ser su novia.

- Siento llegar tarde- dice como si nada.

- ¿Qué hace ella aquí? – pregunto obviando su disculpa.

- Se nos ha hecho tarde y...

- No evites mi pregunta Joan- digo enfadada- ¿qué hace ella aquí?

- Amanda es mi novia- la recién nombrada sonríe con suficiencia, como si fuera superior a mí.

- Parece que no te alegras de verme- dice con fingida pena Amanda.

- ¿Nos vas a dejar entrar o qué? – pregunta mi hermano como si no notase la tensión creciendo en el ambiente.

Me debato internamente sobre si dejarles pasar o cerrarles la puerta en las narices, y lo cierto es que me tienta mucho más la segunda opción. No quiero que Amanda pise mi hogar, pero sé que si digo eso se va a armar una buena y no quiero que todos los vecinos se enteren de la bruja que tengo por cuñada. Así que, muy a mi pesar, decido abrir la puerta y hacerme a un lado para que puedan pasar.

Mi hermano no tarda en sentarse en el sofá, como el resto de las veces que ha venido a casa, pero en cambio Amanda está de pie en medio del salón, examinándolo con todo, como si quisiera encontrar algo, lo que hace que esté en estado de alerta.

- ¿Para qué querías verme? – me pregunta Joan rompiendo el silencio incómodo que se había formado.

- Hacía muchos días que no hablábamos, solo quería pasar un rato contigo- contesto mirando exclusivamente a mi hermano.

- Hemos estado muy ocupados últimamente- dice Amanda.

- ¿A ti quién te ha dado vela en este entierro? – cuestiono irritada, elevando el tono de voz.

- ¿Vas a dejar que me hable así? – le pregunta Amanda indignada a mi hermano.

- Yo hablo como quiero, que para algo estoy en mi casa- respondo cabreada.

Siento que toda esta situación está a punto de írsenos de las manos, y la verdad es que estoy tan enfadada en este momento que no me veo capaz de hacer nada para evitarlo.

- ¿Se puede saber que te pasa? Tu nunca has sido así.

Las palabras de Joan me duelen, porque me demuestra que no entiende lo que esa arpía nos hizo a Lea y a mí, porque al parecer no se da cuenta de como es en realidad, pero lo que más me duele es que le está lavando el cerebro a mi hermano, porque sino no me explico como es que vuelve a estar con ella después de lo ocurrido, y sobre todo después de la conversación que tuvimos los dos.