CAPÍTULO 38

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ONA

Me agacho para recibir a Noa que según me ha visto ha venido hacia mí.

- Hola princesa- digo abrazándola, ella como siempre se cuelga de mi cuello y termino cogiéndola en brazos.

- Mira- dice extendiéndome unos folios- son para ti.

Me fijo mejor en lo que me da, y me doy cuenta de que son varios dibujos, en uno salgo yo dibujada dentro de un corazón y con un trofeo a mis pies, y en otro salimos Lea, ella y yo jugando con la perrita.

- Son preciosos princesa, muchísimas gracias. Yo también tengo una sorpresa para ti.

- ¿A sí?

- Sí, mira quién está detrás de mí- digo bajito como si fuera un secreto.

Noa, que hasta ahora no se había fijado en nada que no fuera yo, mira a mis espaldas y su cara de asombro es para hacerla una foto.

- Son las chicas del Mánchester United – dice más que sorprendida.

- Así es, ¿quieres conocerlas?

Noa asiente super emocionada, pero antes de que demos un paso en su dirección me pide que pare.

- Pero Ona, yo no sé hablar inglés.

Sonrío para tranquilizarla, ya que parece que se ha puesto algo nerviosa.

- No te preocupes yo te ayudo.

- ¿Tu hablas inglés?

- Claro, tuve que aprender cuando estuve jugando en Mánchester.

- Ingrid, la novia de la tita Mapi, está aprendiendo español y catalán porque juega aquí.

- Claro, a mí me pasó lo mismo pero con el inglés, ¿ahora quieres que vayamos con ellas?

- Sí, por favor.

Me río por lo educada que es a veces y lo directa que es en otras muchas ocasiones. Cuando llegamos donde las chicas del United estas están hablando con Lucy y Keira, que no tardan en darse cuenta de nuestra presencia y saludan a la pequeña en mis brazos como lo hacen siempre.

- Uy, ¿quién viene contigo? – dice Mary con una voz muy dulce.

- Chicas esta es Noa- digo yo notando como la niña se esconde en el hueco de mi cuello- ¿No les dices nada princesa?

- Hola- dice casi en un susurro muerta de la vergüenza, lo que hace que todas nos riamos.

Al final, con el paso de los minutos Noa se acaba soltando y empieza a reírse con Ella, que no para de hacerle gracias. Cuando le contamos que las chicas se están quedando en nuestra casa se vuelve loca de emoción.

- Igual tenemos que ir yendo para casa ¿no? – pregunta Lea cuando se acerca a nosotras después de despedirse de Mapi y Ana Mari.

- ¿Pueden venir en el coche con nosotras Ella, Mary y Alessia? – pregunta Noa a su hermana, que ahora ha pasado a estar en los brazos de Alessia.

- Tendrás que preguntarlas si quieren venir con nosotras- le dice Lea mientras me abraza de costado.

- Ona- me llama la pequeña alargando la ultima letra de mi nombre- ¿me ayudas a preguntarlas si vienen conmigo en el coche?

Palabra por palabra, Noa repite lo que yo digo para poder ser ella misma la que pregunta a las chicas, que como era de esperar aceptan encantadas. Al final terminan todas en el coche de Lea, que es el que tiene la sillita para que Noa pueda viajar, y yo termino conduciendo sola en mi coche.

La semana terminó, y las chicas se fueron. No lo voy a negar, en el aeropuerto se me escaparon algunas lágrimas, pero prometimos ir a verlas en cuanto tuviéramos unos días libres y pienso cumplir con mi palabra.

Hoy estamos todas reunidas en casa de la capitana para pasar la tarde juntas, que es algo que hacemos muy a menudo, y, personalmente, creo que eso se nota mucho luego en el campo. No solo estamos las jugadoras, también están nuestras parejas, hijos o mascotas, demostrando así la gran familia que somos todas.

- Chicas, ¿y si grabamos un tik tok? – pregunta Jana, a lo que la mayoría le responde que no.

- Yo grabo contigo- digo mientras me levanto para acercarme a ella- que estas están ya muy mayores.

- ¿Pero la habéis oído? – pregunta Ale.

- Amor no te enfades, si tiene razón- dice Olga dando un pico a Alexia que inmediatamente sonríe como la boba enamorada que es- Esperarme que yo también voy- nos dice a Jana y a mí.

No sé cuanto tiempo tardamos en aprendernos el bailecito que ha escogido Jana, pero después de varias tomas falsas conseguimos grabar el tik tok. Justo cuando acabamos, Mateo, el hijo de Irene, se despierta de la siesta robándose la atención de todas.

- ¿En qué piensas? – pregunta Alexia sentándose a mi lado después de un rato.

- En eso- digo señalando con la cabeza a Lea, que tiene abrazado a su pecho a Mateo mientras habla con las chicas.

- ¿En qué exactamente? – sé que la capitana ya lo sabe pero quiere que yo se lo diga.

- En que quiero algo así con ella, verla con Mateo o con su hermana despierta sentimientos en mi cada vez más fuertes, o incluso cuando yo estoy con Noa fantaseo con posibles escenarios de cómo sería si en vez de mi cuñada fuera mi hija.

- ¿Lo has hablado con Lea?

- Todavía no, porque creía que no tenía muy claro lo que sentía al respecto, pero cada vez estoy más convencida de que quiero ser madre, y lo quiero ser con ella. Ahora no, está claro, estoy en el punto álgido de mi carrera futbolística y siento que todavía soy muy joven para una responsabilidad tan grande, quizá dentro de unos cinco años, cuando ya hayamos ganado todo y tengamos nuestro segundo mundial- digo entre risas.

- No pides tu poco, pero estoy segura de que lo volveremos a conseguir- dice Alexia refiriéndose al mundial.

Después de mi pequeña charla con Alexia nos volvemos a unir al grupo, y me siento al lado de Lea, que sigue con el pequeño entre sus brazos, y yo no puedo evitar pasar mi brazo por encima de los hombros de mi chica y dejar un suave beso en su cabeza.

- ¿Y esto? – pregunta sorprendida.

- No sé, me apetecía- contesto encogiéndome de hombros.

Mateo se separa un poco de mi chica, y se gira hacia mí para darme uno de los coches que tenía en la mano para que juegue con él. 

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