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—Ni de coña entro en tu juego —me cruzo de brazos—. Hades ni siquiera me cae bien, aquella vez lo utilicé para entrar en el club.

—Te prometo que voy a ganar —me dice muy seguro de sí. Aunque yo estoy bastante segura que es imposible que le gane a Hades—. El negocio con los Morello es muy importante para nosotros y fue algo que nunca debió romperse.

—No me gusta esta idea.

—La mejor droga la produce los Morello en sus laboratorios, no tenemos las de ganar si se trata de eso. Mi familia es más bien el tráfico de armas y antiguamente la transportación de dicha droga, pero hace unos años perdimos su mercancía. La culpa no fue nuestra de eso estoy seguro, pero alguien se las arregló para hacer creer que si y todo se fue a la mierda. 

—Y ahora me vas a sacrificar, para arreglar tus malditos problemas.

—No es un sacrificio, preciosa —se me acerca tanto que doy un paso hacia detrás—. Necesito tu ayuda.

Ayudarlo es ganar puntos y eso era lo que necesitaba.

—¿Vas a ganar?

—Voy a ganar —asegura nuevamente—. Ya todos fueron avisados y estoy listo para la carrera, no hay tiempo que perder.

Suelto un suspiro y camino detrás de él. Caín recibe una llamada.

—Ahora te alcanzo.

Sigo sola por el pasillo hasta que me detengo cuando escucho una conversación a través de una puerta entreabierta.

—Hades Morello es el único que puede terminar esa fórmula —logro escuchar, pero no reconozco la voz.

—Entonces tenemos un verdadero problema —agrega otro—. Tendremos que obtener el ingrediente a por las malas.

—¿Qué haces, preciosa? —Caín me saca un buen susto cuando aparece a mi espalda.

—No quería ir sola y estaba esperándote —miento. Él se limita a pasar un mechón de mi cabello por detrás de la oreja. 

En un movimiento rápido, me acorrala entre sus brazos y mi espalda queda pegada a la pared.

—Tengo ganas de besarte —confiesa y se me acerca.

Le miro a los labios y fue una mala idea, porque si tengo deseos de que lo haga. Se me antoja sentir sus labios sobre los míos.

Alguien carraspea su garganta, cuando yo estaba a punto de decir "hazlo"

—¿Te entró miedo, Caín? —sisea Hades—. ¿O querías besar a la chica antes de que se vaya conmigo?

—Eso no será necesario —afirma—. Porque estoy seguro de que te voy a ganar, luego te voy a demostrar que puedes seguir confiando en los Salvatore y evidentemente, me quedaré con mi chica.

—En ese caso, muero por verlos.

Caín se adelanta pasando demasiado cerca de su hombro, yo le sigo, en ese lapso de tiempo mis dedos rozan la mano de Hades y él me la sostiene unos segundos. La electricidad me recorre todo el cuerpo, más lo dejo atrás.

Fuera ya todos esperaban por la jodida carrera. Caín me lleva directamente a dónde se encuentra su hermana y reconozco varias caras que estaban aquella noche en el club.

—Te quedas con Fer y ella cuidará de ti —la rubia me sonríe y se cuelga de mi brazo. 

—¿Pasa muy seguido?

—En cada evento ocurre algo —suelta un suspiro—. En fin, hombres. No me sorprendería ahora mismo si Hades y Caín se ponen a medirla frente a todos.

Deseo Impuro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora