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—Me sorprendió mucho tu llamada.

—Supongo que ya no estoy enfadada. 

—Te pido una disculpa nuevamente.

—No hace falta, solo que Hades no es un hombre que me gustaría tener cerca.

—¿Qué tipos de hombre te gustaría tener cerca?

—No lo sé.

Caín sonríe de lado y yo me quedo en silencio observando lo apuesto que es y lo mucho que resalta en un sitio como este.

Le había pedido encontrarnos en un lugar tranquilo y me trajo a un antiguo muelle, que al menos tenía unas mesas donde sentarse a comer algo.

—No me imagino a un tipo como tú en un sitio como este —le cambio de tema.

—No me has dado la oportunidad de conocerme —me dice—. Puedo sorprenderte, de muchas maneras.

—Te estoy dando una oportunidad —le aseguro—. De lo contrario no estaría acá.

Un chico bajito se nos acerca con una guitarra entre sus manos. Trae una sonrisa de oreja a oreja, y esconde unos ojos preciosos bajo unos lentes.

—¿Le apetece que le cante una canción a su chica? —le pregunta a Caín.

El castaño sonríe, negando con la cabeza.

—Ella no acepta ser mi chica.

—Le prometo que después de escucharme cantar será su chica.

Caín lo pensó unos segundos.

—O mejor aún —volvió a hablar—. Si le robo una sonrisa, ella le dará un beso.

—¡Perdona! Sigo aquí —la sonrisa es inevitable y el chico mira a Caín esperando su respuesta—. No pueden ir rifando mis besos por doquier.

—Chico tendrás mi respeto si logras que está mujer me dé un beso —confiesa coqueto—. Es un hueso duro de roer. Yo aún no lo consigo.

—La música le ayudará —dice antes de iniciar con la canción.

Sus dedos tocan de manera experta las cuerdas de la vieja guitarra mientras interpreta a su forma la canción.

—There is nothing that stops me I want to follow her wherever she goes —reconozco la canción de manera inmediata—. I think about her and she knows it
I want to let her take control
'Cause every time she comes around, yeah.

—Cuidado con sonreír —me dice—. Tendrás que besarme.

Hades pasa por mi mente, pero la idea de besar a Caín no me desagrada en lo absoluto. Para eso había estado preparándome día tras días, pero sentía miedo, llevo toda la vida enamorada y ahora me replanteo besar a otra persona que no sea a él.

—Estás sonriendo, Rahel —abre su boca nuevamente, no miente.

Tengo una leve sonrisa dibujada en mi rostro, que intento esconder detrás de mi cabello, ya es demasiado tarde.

—Love, there's nothing that can stop me
There's nothing stopping me
There's nothing stopping me —me concentro nuevamente, en oírle cantar.

Ya valió.

He perdido.

Pero se siente que gané. 

Ahora sí me levanto y me alejo de ambos, camino por el muelle de madera, Caín le sonríe al chico y le da dinero antes de salir corriendo para alcanzarme.

—No tienes que hacerlo —comenta en lo que mete las manos en sus bolsillos—. El chico canta muy bien, no te preocupes. Es normal que sonrías, tu sonrisa es preciosa. 

Deseo Impuro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora