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Hades Morello:

Barro con todo sobre el escritorio y me corto la mano con el vidrio de uno de los vasos, las gotas de sangre manchan el suelo en lo que tomo del pico de la botella sin saber qué hacer para calmarme.

—¿Pero qué ha pasado? —Marcos se encuentra apoyado a la puerta con los ojos bien abiertos.

—Nada, no ha pasado absolutamente nada.

—Creí que estarías de muy buen humor después de pasar un día afuera con Rahel.

—Estaba de muy buen humor hasta hace unas horas.

—Si compartes el trago conmigo —propone—. Te ofrezco mi hombro y mis oídos.

—Rahel se fue con Caín.

—¿Cuál es el problema? —indaga y se me acerca para quitarme la botella—. Para eso está aquí, seducir a Caín y entrar en esa familia es plan de tu padre.

—Ya, pero yo no contaba con —me callo. No sé si es buena idea continuar hablando sobre ello.

—¿Con qué, amigo?

—Supongo que estoy enamorado de Rahel.

—No. Te. Lo. Puedo. Creer —se queda perplejo—. Yo sabía que esto pasaría y te lo advertí, pero tú ni caso.

—Rahel lleva enamorada de mí desde que era una niña —le cuento—. Algo me había comentado Rafaela y por eso nunca fui a visitarlas, pensé que sería un amor de infancia y que con el tiempo se le pasaría, pero cuando llegó ella...

Me vuelvo a callar. Tengo la necesidad de desahogarme y no puedo porque las palabras se me quedan atoradas en la garganta.

—Ella me confesó que seguía enamorada de mí y joder... Yo la hice mía en tantas posiciones que ahora no puedo ni sacarla de mi cabeza.

—Es peor de lo que creía.

—Aún no sabes nada —confieso—. Rafaela sabe que Rahel está interesada en mí, y quiere enviarla a los Estados Unidos de vuelta, supongo que la muy inteligente se aprovecha de la situación y no la van a enviar a ningún lado porque tiene a Caín justo donde necesitamos.

—¿Qué piensas hacer?

—Estar con ella y disfrutarlo hasta que un día nos pillen —murmuro—. De lo único que tengo miedo es que escoja a Caín.

—Ella está actuando, Caín no le importa en lo absoluto

—Yo le conozco perfectamente y si le interesa Rahel, hará hasta lo posible para tenerla. Él caerá en la trampa, pero ella perderá en su propio juego. Lo veo venir.

—No tiene por qué ser así.

—Espero... por el bien de todos. 

Me paso el resto del día con Marcos en lo que buscamos a Anastasia por toda la ciudad, y como las demás veces fue en vano. Parece que la tierra se la hubiese tragado y ya no sabíamos dónde buscar porque estábamos sin pistas.

—¿Te apetece una fiesta? —propone Marcos en lo que conduce de regreso a casa.

—No estoy de humor.

—Mañana seguiremos con la búsqueda, te prometo que Ana va a aparecer en cualquier momento —me asegura—, pero por ahora necesitas despejar...

—No. Quiero volver a casa, tomarme una ducha y dormir —zanjo—. Con suerte no llego a mañana.

—Te pasas de dramático, cuando te enamoras.

Ruedo los ojos.

***
Marcos me deja en la entrada y se larga por dónde mismo.

El teléfono me comienza a sonar y algo en mi interior pide que sea Rahel para que la vaya a buscar y que todo esto acabe, pero me encuentro con un número desconocido, así que decido contestar.

—¿Hola? —nadie contesta—. ¡Cómo sea una broma!

—Hermano —la voz de Anastasia me congela el alma.

—¿Dónde carajos estás metida? —pregunto—. Dime, no he dejado de buscarte ni un solo día.

—Primero que todo necesito pedirte una disculpa y que me perdones porque eres lo más importante que tengo en mi vida —está llorando, ya me la imagino—. Yo no quería huir, tampoco tenía pensado desaparecer, pero me vi obligada.

—¿Obligada? Tienes que estar de coña, la idea no me agrada, pero tarde o temprano lo iba a aceptar, igual que padre. Aceptamos tu decisión.

—Es que yo no hui de ti —me intenta explicar—. Descubrí que madre intentaba interrumpir mi embarazo, y le pagó a una clínica para que me internaran mediante todo el proceso de aborto. Por eso me fui sin dar explicaciones.

—Dime dónde estás e iré a verte.

—No puedo.

—Maldita sea, Ana. Necesito que confíes en mí.

—Confió en ti Hades, pero no puedo volver por ahora —informa—. Cuando Rafaela me encuentre acabará con la vida de mi criatura y no lo voy a permitir.

—Te voy a proteger.

—No insistas, no voy a volver.

—Hazlo por mí.

—Precisamente lo hago por ti, no te voy a buscar un problema.

—Ana, esta no es la manera...

—Te quiero, Hades —me cuelga sin darme tiempo a nada.

Esto no puede estar pasando. Salgo de la habitación y al primero que me encuentro es a padre, que viste de traje y parece que va de salida.

—¿Cómo te fue en la búsqueda de hoy?

—Nada, ni Marcos ni yo damos con Anastasia —pongo mi boca en línea fina—, pero algo me dice que ella está bien.

—Claro que lo está —rueda los ojos—. Perdió la cabeza en cuanto se dejó embarazar, pero ya solucionaremos el problema. Tengo una reunión, estaré para la cena.

—Bien.

Que padre se largue me facilita las cosas.

Llamo a la puerta y no espero una respuesta para entrar en la habitación.

—En esta vida te puedo permitir de todo, menos que le pongas una mano encima a mi hermana.

—¿A cuál? —Rafaela enarca una de sus cejas—. Te recuerdo que tienes dos hermanas y que últimamente te anda gustando...

—Sabes a lo que me refiero —insto—. Anastasia tomó una decisión y se tiene que respetar.

—¿A caso te crees que fue idea mía? Tu padre estuvo de acuerdo en todo momento con lo que pensaba hacer.

—Anastasia no va a volver y si lo hace no te creas que vas a tocarle un solo pelo.

—Con qué derecho vienes a reclamar tú, que te andas follando a mi hija —brama.

Las mentiras y yo no nos llevamos bien.

—Pues tu hija disfruta ser tocada por mí, no tengo la culpa —suelto—. Lo que no te voy a permitir es que me hagas daño a Anastasia. Que tu vida sea una mierda no te da el derecho de joder a otros.

—El único que jode a otros eres tú, Hades —me dice—. Cómo todo lo que tocas con tus manos. 

—Te considero una mujer inteligente, Rafaela. No te metas en dónde no te llaman.

La dejo con la palabra en la boca en cuanto salgo de la habitación y voy directo al salón. Me lo pienso varias veces en lo que decido agarrar el teléfono y marcar su número para llevármelo al oído.

—¿Hola?

Colgué en cuanto escuché la voz de Caín contestando el teléfono de Rahel.

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Buenas noches, gente: Capítulo cortito porque necesitaba actualizar pero si soy sincera no tenía ni tiempo ni ganas de escribir.

En fin, la recompensa viene en el siguiente capítulo. Confíen en el proceso.

Ya me huele a Caín entrando en escena >>>>>>>>

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