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Preciosa de mi corazón,
LismiVillarSerrano
muchas felicidades 💜

Hades Morello:

—Dime —su voz sale cortante, tanto que me replanteo lo que estoy a punto de hacer—. Hades, la verdad es que estoy bastante ocupada y nos acabamos de ver...

—Yo solo quería decirte —trago con fuerzas. Es decirlo ahora o nunca.

Miro a través del espejo, Marcos está detrás en otro auto mientras espera por mí. En cuanto Rahel abandona la mansión decidí seguirla y mi amigo me acompañó.

Algo anda mal. Lo noté en la manera en la que hablaba.

—Rahel... te amo.

Me cuelgo la llamada, me siento patético, aunque no me arrepiento. Ella siempre ha sido lo bastante clara con respecto a sus sentimientos y yo la he evadido todo el rato.

Dos toques en la ventanilla capta mi atención.

—¿Qué pasa, Marcos? —tiro el teléfono al asiento de al lado.

—Deberás subir —señala el edificio de Rahel—. Llevamos horas aquí y ella no tiene la intención de bajar.

—¿Y si está con Caín?

—Es imposible, si fuera Caín nos hubiéramos cruzado con sus hombres de seguridad y aquí no hay nadie —agrega—. Además, es su misión, no tiene que esconderte que se verá con él.

—Voy a subir.

—Te espero acá.

El aire gélido me golpea en cuanto pongo un pie en asfalto. Sin pensarlo más me adentro en el edificio y no tengo inconvenientes en llegar directamente a su departamento. La puerta está entre abierta y la voz de Rahel es lo único que se escucha.

—¡Tenías que cuidar de ella!—solloza—. Joder, era lo único que te había pedido David.

—Desconozco el motivo por el que Ana decidió huir. Ella estaba bien conmigo, se sentía protegída  lo vi en sus ojos.

Rahel abre su boca, pero queda helada en cuanto me ve parado en medio del salón.

—Quiero una jodida explicación —exijo sintiendo como la vena de mi cuello empieza a hincharse.

Sus ojos verdosos se clavan en mí, luego las lágrimas le comienzan a brotar.

—Asumo la culpa —confiesa—. Yo saqué a Anastasia de la casa, porque madre la quería ingresar en una clínica y hacer que abortara.

—¿Por qué no me lo dijiste? Me pasé semanas buscándola como un loco, no dormía pensando en que alguien pudiera lastimar a mi hermana y yo con las manos cruzadas —bramo—. Joder, Rahel que me veías destrozado y aun así no me lo dijiste.

—Solo quería protegerla —no deja de llorar y tengo que contenerme para no abrazarla.

—¿Dónde está, ahora?

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes?

Me ha fallado.

Rahel me ha mentido.

Una traición no se perdona.

—Anastasia escapó mientras yo dormía —ahora es David quien comienza hablar—. Creí que había salido a dar un paseo, pero Rahel recibió una foto... y ahora...

—¿Qué foto?

David no dice nada.

El llanto de Rahel aumenta y doy un paso a su dirección.

Deseo Impuro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora