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ErikaGomez199

Rahel :

—Tu hermana está viva —Caín es el primero en romper el silencio entre nosotros.

—El hecho de que no sea su cuerpo el que esté ahí —señala el ataúd—. No significa que este viva, aunque si tan seguro estás debe ser por algo.

—Mira Hades estoy cansado de esto. Me da igual lo que piense de mí, ya te dije, ni metí mis manos en tus negocios y tampoco asesiné a tu hermana.

—Dame una sola prueba y te lo creo.

— Eso, intento, pero no pones de tu parte —le dice y luego me observa por unos segundos—. Mira que enviarme a Rahel para que me espíe y destruya a mi familia.

Desde acá veo como los músculos de Hades se contraen y frunce el ceño en mi dirección.

—¿En serio, Rahel ? —pregunta.

—Y-yo no —balbuceo.

—Ella no me dijo nada —interrumpe—. Lo sabía desde el primer momento, ustedes fueron muy descuidados y al parecer yo no soy el único que está interesado en Rahel .

—No hay momento para esto y tampoco es el lugar correcto —es lo único que logró decir—. Tenemos que dejar esto como estaba.

—¿Tienes alguna idea de quién pudo ser? —Caín le pregunta a Hades y este observa el cadáver de la que un día fue su chica.

—Descartando a tu familia, no tengo sospechosos.

—Sabes que nunca le haría daño.

—Supongo que es la misma persona que tiene a mi hermana —afirma en lo que yo me pongo a remover la tierra nuevamente—. Tengo que encontrarle.

—Tenemos —le corrige Caín y Hades lo fulmina.

—No quiero tu ayuda. Si se celebra la boda estarás en la familia, pero que sepas que no confiaré en ti, hasta que no tengas las pruebas.

Caín rueda los ojos y se pone a ayudarme.

—De hecho no entiendo por qué mierda llevas el anillo —Hades estalla de repente y me sobresalto de solo escucharle—. Te descubrieron, nuestro plan se va al carajo. ¿Para qué seguir con la boda, Rahel ?

—Tengo que... —miro a Caín y este asienta. 

—Ve con él, yo me encargo de esto.

Hades comienza a caminar y yo le sigo hasta estar lo suficientemente lejos de Caín.

—Me voy a casar con Caín porque necesita mi ayuda —suelto sin más—. Hice lo que habíamos acordado con padre, pero Caín confesó que sabía toda la verdad y que me ayudaría a encontrar a Ana.

—En cambio, únicamente tienes que casarte con él —brama.

—Estabas de acuerdo —agrego—. Caín tiene problemas con su familia, en cuanto contraiga matrimonio todos los negocios pasarán a su nombre.

—¿Luego que? Joder, que la convivencia lo hace todo y yo no... —se pasa las manos por el rostro.

—¿Estás bien?

—Claro que no, Rahel —me toma del antebrazo—. Acabo de ver a mi primer amor bajo tierra y ahora tú... Te vas a casar con el que era mi amigo.

—Yo me iré a casar, pero sigo siendo tuya —le miro—. No puedo enamorarme de él cuando ya lo estoy de ti. No te preocupes.

—No tienes que casarte —insta—. Aún no te das cuenta, pero dentro de ti están naciendo nuevos sentimientos hacia él, no le tienes miedo y pasan tiempo junto, solo falta un detonante.

—Le di mi palabra y lo quiero ayudar —digo, aunque tenga la cabeza hecha un lío y el temor de llegar a sentir algo por Caín me estruja el pecho.

Entiendo a Hades, me voy a casar con un tipo que en numerosas ocasiones a dejado bastante claro sus intenciones para conmigo, aunque se realice una boda de conveniencia, Caín tiene la esperanza que llegue a sentir algo por él.

Y lo peor de todos es que puede llegar a ocurrir.

Aunque mi corazón este amando a gritos al sujeto que tengo delante.

—En ese caso no tenemos más que hablar. Le diré a padre que la boda se realiza , pero con el objetivo de engañar a los Salvatore que Caín está de acuerdo y que nuestro plan se fue al carajo .

—Hades...

—No, Rahel .

Entonces se comienza a alejar y yo me niego rotundamente a dejarlos ir sin hacer nada al respeto.

—Te  llamé una vez y no pienso hacerlo una tercera —digo y se detiene en lo que me da la oportunidad de acercarme—. Me importa un carajo que estés molesto conmigo y que ahora mismo no desees ni verme, yo voy a besarte.

Besarlo fue lo que hice.

Voy con ambas manos sobre mi regazo, Caín no deja de mirarme a cada rato y yo traigo un nudo en la garganta desde que salimos del cementerio y dejé a Hades detrás.

Aún siento como me arde la piel, en dónde minutos antes sus manos me sostenían, en mi boca todavía queda el rastro de su beso y la angustia me carcome porque sigo sintiendo el fuego intenso en mi interior, que solo Hades puede detenerlo.

—¿Estás bien? —Caín sale de la carretera y frena en seco.

Y quizás ese fue el detonante.

Porque en segundos crucé mi pierna y quedé sentada a horcajadas sobre él, cerré los ojos y quise pensar que era otra persona para luego besarle. No fue necesario, se sentía tan bien que podía quedarme horas devorando su boca.

—Te apuesto lo que quieras que hago que te enamores de mí —se aparta para pasar un mechón de mi corto cabello por detrás de mi oreja.

Suelto y suspiro y vuelvo a besarle, no quiero hablar de ello. No me puedo detener a pensar en sus palabras porque me encuentro demasiado confundida.

Caín ladea su cabeza y profundiza nuestro beso, sus manos me agarran con fuerza y me pega a su cuerpo, emana calor y me hace tragar con dificultad . Uno de sus dedos traza el contorno de mi espalda, rodeo su cuello y me detengo en el momento exacto que veo el collar de Hades entre sus dedos.

—Tranquila, yo tampoco quiero que nuestra primera vez sea en el auto —Caín luce comprensivo, aunque noto su erección contra mi cuerpo no dice nada.

—No es eso...—pongo mi boca en línea fina en lo que pienso algo coherente para decir—. Solo que...

— Rahel son muchas cosas en muy poco tiempo, puedes estar tranquila.

Abro mi boca, pero no emito palabra alguna cuándo alguien toca en la ventanilla, salgo de encima de Caín y me arreglo la ropa en lo que intento controlar mi respiración.

Caín baja lentamente, y en menos de llegar a la mitad pisa a fondo el acelerador y se incorpora al camino.

—¡Estás loco!

—Era la policía —informa y dobla por la primera entrada que encuentra—. Técnicamente, nos iban a arrestar por... bueno, algo que no llegamos hacer.

Él hace silencio, yo igual.

Hasta que rompemos a reír y es inevitable mirarle sin que los ojos me brillen. Supongo que mi mirada será la primera en delatarme, los ojos son el reflejo del alma.

—¿A tu departamento?

— Sí , tengo mucho que pensar .

—Deberías descansar, luego tendrás tiempo de pensar —su mano se posa sobre mi pierna y me acaricia de una manera despreocupada.

Nos cuesta trabajo llegar hasta mi edificio, ya que Caín lleva horas conduciendo sin saber exactamente por dónde había cogido, para despistar al patrullero.

—¿Quieres pasar la noche conmigo?

—Me encantaría, pero mejor en otra ocasión —me besa la comisura de la boca y yo me bajo del auto.

Deseo Impuro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora