Hades Morello:
Apretaba el teléfono con tanta fuerza que en cualquier momento llegaría a quebrarse, las horas pasaban lentas y tortuosas. Rahel no daba señales, tampoco podía llamar porque eso la pondría en riesgo.
La idea de qué se dejó llevar y ahora estaría con Caín me atormentaba. Tenía la sangre caliente.
Opté por salir de mi habitación y caminar por los pasillos, me detuve en la puerta de Anastasia, en qué momento ocurrió, justo ayer era mi niña chiquita la luz de mis ojos y hoy tenía una criatura creciendo en su interior. Llevé la mano al picaporte y luego de unos segundos seguí de largo.
No hoy.
No ahora.
No podía.
Descalzo llegué hasta el gimnasio, me quité el pulóver y comencé con mis ejercicios, tenía la mente agotada, así que prefiero hacer sufrir a mi cuerpo hasta agotarme físicamente.
Levantar pesas no era suficiente, la capa de sudor corría por mis músculos, mi respiración estaba agitada, pero yo seguía necesitando de más. Deje las pesas a un lado y me metí en cuadro. Desquitar mi ira con el pobre saco, golpeé tan fuerte que mis nudillos se lastimaron. No tenía control estaba cegado... Hasta qué.
La noté, su silueta en la entrada.
Me sabía su cuerpo de memoria, se trataba de ella. La poca luz no ayudaba, más yo sabía que estaba justo ahí, bajo el umbral.
Primero arrojó sus zapatos bajo un bufido de cansancio, dio un paso y recogió su cabello en una coleta a lo alto de su cabeza. Se acercó a un más, se detuvo y se inclinó para rasgar el vestido, se percató que lo había roto demasiado y la escuché reír. Ahora con mayor facilidad venía directo a mí, con gran parte de sus piernas descubiertas.
La distancia se reducía cada vez más, la tenía enfrente con una postura firme. La observé buscando emoción en su rostro, pero nada. En cambio, recibí una patada en estómago que me hizo doblegarme por la falta de aire. Volvió a golpearme y está vez la esquivé, otro y otro golpe.
—¿Qué pasa, Hades? —siseó—. No puedes defenderte.
Ladee la cabeza y sonreí.
Este era mi juego, no el suyo.
Se me vino encima con la intención de derribarme, le tomé del brazo he hice que girara hasta que su espalda quedó contra mi pecho y mi mano rodeó su cuello.
—¿Qué pasa, Rahel? Te fue mal en la cita. Me quedé esperando por tu llamada y nada.
—Descargo la ira con un imbécil, mi imbécil favorito. No hizo falta llamarte, estoy aquí de una sola pieza.
Con su codo golpea mi abdomen y unas de sus piernas patea con fuerzas la mía, logra escapar de mi agarre y adopta una posición a la defensiva.
—No quiero hacerte daño.
—Créeme, no lo harás.
Caemos al suelo cuando se me lanza encima, pero tomo ventaja y me subo sobre su regazo. Levanto sus manos sobre la cabeza y se las sujeto con fuerzas.
—¿Qué pasó con Caín?
—Salí huyendo.
—¿Por qué?
—Intentó besarme y no se lo iba a permitir —tragó con dificultad.
Su cuerpo bajo el mío estaba tenso, sentía sus músculos contraerse y lo agitada que se encontraba su respiración.
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Deseo Impuro ✓
De Todo"El cielo era el límite, pero yo disfrutaba del infierno" ♡♡♡ Un milagro. Eso era lo que Hades necesitaba si quería transformar a su hermana en un arma de seducción. Las clases estaban a punto de comenzar, y con ellas, los deseos más oscuros emergi...