Capítulo 2

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Bueno, no fue mi intención abofetearlo. Ay, ¿a quién engaño? Debí haberle pegado más fuerte. Él se llevó una mano a la mejilla roja por la bofetada.

—Tienes más fuerza de la que parece —murmuró, poniendo una mueca de dolor.

Odio escuchar su voz. Miré el cuchillo en el suelo. Desvié la mirada a otra cosa. Que bonita repisa.

—Sólo... ¡Fuera de mi casa! ¡Ahora! —le ordené, gritando.

—Eres tú la que debe irse. Tú estás en mi casa —reprochó Liam Noah, señalándome con el índice de la mano que tenía en la mejilla.

—¡Yo compré esta casa! —grité nuevamente.

—¿Te han dicho que gritas mucho? —preguntó él con un tono más relajado.

—¡SÍ!

—Entonces yo te lo repito: gritas demasiado. ¿Entiendes? —Mostró su mejor sonrisa arrogante y se le hicieron dos hoyuelos.

Respiré profundo y dejé que parloteara todo lo que quisiera. No lo estaba escuchando de igual manera. Me adentré en mi mente. Él debió pensar que entré en trance o algo parecido. Chasqueaba los dedos y decía cosas que no entendía para llamar mi atención.

—Tierra llamando a la desconocida frente a mí. —Suspiró y se llevó dos dedos al puente de la nariz, irritado. Escucha, podemos arreglarlo. De todos modos te irás.

—No me iré. Llamaré a mi abogada —aclaré yo, cruzándome de brazos.

—Haré lo mismo, ya veremos que pasa después. —Me miró una última vez y se fue al jardín trasero.

El perro me ladró y salté hacia atrás por el susto. No recordaba su existencia. Menos que estaba ahí en la sala, viéndolo todo. Seguro se traumó con tantos gritos y violencia.

Me agaché frente al can y pasé mis manos por su peluda cabeza. Acaricié al golden retrevier por un buen rato.

—¿Tu nombre es Dag? Creo que eso escuché. Tienes un nombre muy bonito con un poderoso significado. ¿Lo sabías? Seguro tu dueño te lo explicó. Dag es un nombre vikingo que significa: "la luz del día". Te queda a la perfección —dije al animal con voz tierna—. Liam Noah es muy pesado, ¿no lo crees? —Me levanté, suspirando—. Debería llamar a mi abogada ahora.

Acaricié al animal por última vez. Luego comencé a buscar mi celular por todos lados cuando me di cuenta de que lo tuve frente a mí todo el tiempo. Lo había dejado en una mesita de la sala. Agarré el teléfono y marqué el número de la abogada. Ella descolgó al segundo tono.

Quedamos en vernos en una hora con el abogado del estúpido boxeador y él incluido en la reunión.

***

Entré a la oficina del defensor de Liam Noah acompañada por una mujer vestida con un traje gris y el cabello ligeramente ondulado. Sus ojos eran marrones y expresivos. Tenía un rostro espectacular. Increíble que una abogada tenga más estilo y elegancia que yo, bueno, no es tan increíble.

Yo traía puesto un suéter de cuello alto, negro, con la silueta de una chica con vestido y sombrero, además de llevar unos vaqueros y unos tenis blancos. Aún llevaba mis gafas puestas. No me molesté siquiera en pintar mis labios. Era innecesario.

El hombre, el otro abogado sentado en una silla del otro lado de la mesa saludó e hizo una señal para que tomáramos asiento. Su cliente ya estaba ahí. Nosotras vinimos en el auto de la abogada y en el camino le conté mi situación.

AMOR ALQUILADO√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora