Un año pasó demasiado rápido sin él.
Sigo sin creer que haya podido ganar la lotería. Me obligué a mí misma a olvidar al boxeador. Dejé de ser una fanática desde que el rey del boxeo me engañó. Viví en la casa que compré por un tiempo bastante corto y decidí que si era millonaria podría viajar por el mundo entero. Tenía mi propia colección de libros, además. Ahora estaba en la clase de vida que siempre quise tener. Ahora asistía a fiestas con los ricos, al principio no me aceptaron, aunque luego se dieron cuenta de que tenía clase.
Compré un auto de color gris, muy chulo, mi bebé precioso. Siempre había soñado con tener mi propio coche y ahora lo tengo. Hice las pruebas para obtener mi licencia, sin embargo, fue un poquito difícil aprender a conducir.
Durante un año estuve escribiendo libros y trabajé con las mejores editoriales para que publicaran mis libros. Con esto me hice famosa, tenía dinero suficiente para trabajar con estas y con la venta de mis libros —los cuales tuvieron mucho éxito— recaudé más.
Cualquiera pensaría que me olvidé de mis amigos con toda la fama que tenía. Pero, no lo hice. De vez en cuando les enviaba un poco de dinero y cosas para ayudarlos. Las gemelas ya deben tener un armario repleto de ropa de tanta ropa que les envío.
Porque sí, me convertí en la tía solterona y millonaria que consiente mucho a sus sobrinas.
Y se siente tan bien serlo.
Casi no pienso en lo que tuve con Liam Noah, hace mucho tiempo no sé nada de él. Cada uno siguió con sus vidas. Por caminos diferentes.
Decidí regresar al lugar donde fui feliz por seis meses de mi vida. A las chicas me las encontré en la puerta del edificio. Llegué conduciendo mi auto. Tenía unas gafas de sol oscuras puestas, ropa de marca y unas botas grises. Todo a juego con el coche. Mi cabello estaba suelto. Lucía unos pendientes brillantes junto a un collar del mismo tipo.
Me bajé del auto con normalidad, aunque creo que igual parecía otra persona con mucho más estilo. Alissa —quien seguía soltera— y Sara —quien aún no se atrevía a tener algo con Leo— se me quedaron mirando como si no pudieran reconocerme.
Solté una carcajada y me quité las gafas. Ellas fueron enseguida a donde yo estaba.
—Me voy pobre, regreso millonaria y ya no me reconocen. Esto es injusto —me quejé, casi llorando.
Estaba muy feliz de verlas de nuevo.
—Pero, mírate, estás preciosa e irreconocible —planteó Sara, haciéndome dar una vuelta.
—Sarita tiene razón —habló Alissa.
Sonreímos y nos abrazamos nuevamente.
—¿Cheryl? —Escuché la voz de Leo.
Me volteé y lo vi, con su traje de negocios, desconcertado de verme, cerrando la puerta de su auto. Él comenzó a caminar hacia mí.
—La única y original —comenté y lo abracé también.
Las gemelas aparecieron detrás de él. Ellas corrieron hacia mí gritando "¡tía!" por la emoción de verme otra vez.
Ahora sólo faltaba... Liam Noah.
***
Me encanta estar al aire libre. Los árboles me rodeaban. Habían unas cuentas bancas a la sombra. Muchas personas paseaban a sus perros. Este es el parque en el cual el boxeador solía pasear a Dag.
Me senté en una banca a ver los niños jugar en un mini parque de diversiones. Se escuchaban risas infantiles, el sonido de aves cantando y la brisa movía las verdes hojas de los árboles. Respiré profundo.
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AMOR ALQUILADO√√
RomansaUna psicóloga a la que le faltan unos cuantos tornillos. Un boxeador al que no le gusta luchar. Hay algo mal aquí. Comprar la misma casa y no saberlo está bien jodido, pero vivir juntos y ser completamente extraños lo es aún más. Completamente opues...