Capítulo 32

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El día del Campeonato llegó más rápido de lo que esperaba. Para resumir y que no se haga tediosa toda la explicación diré que acepté una bebida del contrincante y esta contenía droga para hacerme perder la batalla. Efectivamente perdí ante el oponente y fui llevado al hospital. Estuve inconsciente unas horas. Cheryl no me abandonó en ningún momento. Agradecí esto a todos los dioses.

—Hola. —Mi chica me saludó tímidamente—. ¿Cómo te sientes?

—Como si me hubiera atropellado un camión —bromeé yo.

—Eso quiere decir que estás bien. —Sonrió.

Ella sí nos entiende.

Pues, sí.

Le dediqué una sonrisa coqueta.

—Te amo —confesó ella, así, de la nada.

Necesitaba escucharlo una vez más. No puedo creer que en serio ella me ame. Se suponía que jamás le gustaría y aquí estamos.

—Te amo —repitió para mí—. Te amo como nunca he amado a alguien. Eres mi primer y único amor. No quiero perderte y... ¿sabes algo? No soy muy buena en esto de ser cursi y aquí estoy diciendo todo esto sin ningún tipo de razón.

—Entonces soy el hombre más afortunado sobre la Tierra —mencioné yo. Y vaya que sí lo era.

Amo a esa chica con todo mi ser. Ella es todo lo que soy. Vivo por y para ella. En mi vida nunca me había enamorado, Cheryl es la primera. Estoy totalmente seguro de lo que quiero y es una vida junto a ella. No imagino el pasar de los años si esa chica no está junto a mí.

La psicóloga me besó. Unimos nuestros labios con intensidad, pasión y deseo.

Un beso más de esos y me caso con ella.

El médico que me atiende interrumpió para dar a entender que el tiempo se había acabado. Ella se marchó en ese momento.

***

La Navidad, el cumpleaños de Alissa y el de Cheryl habían pasado ya cuando todo mi mundo se cayó a pedazos luego de que pasaran los seis meses del contrato. Mi chica siempre tuvo poder para destruirme y lo hizo.

—Lo siento, Liam Noah. Pero yo no puedo estar aquí contigo si me fuiste infiel —aclaró Cheryl tratando de parecer fuerte.

Ella sostenía una maleta. Se marchaba definitivamente. No quería que se fuera. Estábamos justo en frente de la puerta. La chica me miraba con tristeza. Yo nunca la engañé con otra mujer. No soy capaz de hacer eso. Solo tengo ojos para ella.

No le fui infiel. La amo. ¿Cómo puede irse así? Antes de conocerla a ella estuve con otras chicas por las cuales no sentía nada. Eso es cierto. Pero desde que la conocí no pude acostarme con otra.

¿Estos meses no significaron nada para ella? ¿Acaso no me conoce lo suficiente para saber que yo jamás haría algo así? Soy muchas cosas y lo acepto. Pero, desleal, eso jamás. El contrato había llegado a su fin. No tenía caso seguir de no ser porque nos amábamos. Aunque parece que ella a mí no. Entonces mintió cuando dijo en el hospital todo aquello.

Si no confía no hay razones para continuar.

—Cheryl, por favor no te vayas —supliqué yo.

Incluso me rebajaba para hacer que se quedara conmigo. Antes de conocerla no hubiera suplicado a nadie.

—Déjame explicarte, por favor —insistí. Las cosas no se podían quedar así.

—No hay nada que explicar, Liam Noah —enunció ella en un tono cortante.

—Llévate el dinero del trato al menos —le comuniqué.

—No puedo aceptarlo —mencionó ella.

Cada palabra que dijo después me fue destruyendo. Esas palabras acabaron de quebrar por completo a mi pobre corazón herido. Ella salió de la casa. Subió sus cosas a un taxi. Se marchó sin mirar atrás.

El cielo se nubló y empezó a llover. Agarré mi teléfono. La llamé, otra vez la llamé y la seguí llamando. Ella no contestaba. Apagó su celular.

Cheryl me odia por algo que yo no hice. No entiendo qué pasó. ¿Por qué pasó esto? Estábamos bien. Felices. Todo era perfecto.

Después de todo, no la odiaba. No podía hacerlo.

***

Había pasado un mes desde la última vez que la vi. Tenía noticias de ella, bueno, básicamente no. Cheryl empezó a escribir libros en Wattpad. Libros muy buenos. Siempre la apoyaba, pero ella no sabía quién era yo. Me enteré de que la chica ganó la lotería gracias a sus amigas con las que aún me reunía.

De la noche a la mañana todos hablaban de lo geniales que eran los reconocidos libros de esa chica llamada Cheryl Smith. Todos la amaban. Estaba feliz por ella. La psicóloga comenzó a trabajar con editoriales y publicó algunos de los escritos por ella misma. Se hizo famosa. Me olvidó. Recaudó muchísimo más dinero. Los libros que ella escribía se hallaban a la venta en todas las librerías.

No pude contenerme y los compré todos —incluyendo los que anteriormente había comprado para ella—. Los leí una y otra vez. Llegué a alejarme del mundo de tal manera que nadie sabía de mí.

Un día decidí dejar de ser boxeador y lo hice. No tenía sentido serlo si en realidad no lo deseaba. No me gustaba luchar. Nunca me gustó. Me alejé por completo de las redes sociales. Las heridas que Cheryl me dejó, estaban sanando por fin.

Siempre jugaba con Dag, no me permití dejarlo de lado. Él también se vió afectado por la partida de Cheryl. El perro también le quería.

Los meses de soledad siguieron pasando. Estar solo me hizo pensar en todo. Pensé en la chica que amaba con toda mi alma. Pensé en lo estúpido que fui al enamorarme así de ella.

Intenté estar con otras chicas, pero no sentía lo mismo. Cheryl dejó un vacío en mi corazón que nadie podía llenar y odiaba eso. Odiaba amarla aún después de que se fuera y no me dejara explicar que todo era un malentendido.

Quizás no fue mi culpa. Quizás sí lo fue. Pero ya no hay modo de arreglarlo. Se marchó de mi vida.

De idiota que fui, la seguía esperando. Un día comprendí que eso jamás pasaría. Ella jamás volvería por mí. Estaba dolido, sí, aunque no iba a dejar que mi vida terminara por esta lamentable ruptura.

Me permití a mí mismo estar con una chica que se suponía que estaba prohibida. Al fin y al cabo, ¿qué me importaba?

Alguien llamó a mi puerta. Me levanté del sofá para ir a abrir. Le sonreí al verla. Ella plantó un beso sobre mis labios. Sin rodeos, la morena cerró la puerta. Esta era la tercera vez que nos encontrábamos. Alissa me besó de nuevo. Después nos fuimos a mi habitación. Ella no me atraía, aunque creía que así olvidaría a la Sherif.

AMOR ALQUILADO√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora