Un año después de que la chica se fuera, había logrado superarla por completo. Aún guardaba sus libros, pero ya no me aferraba tanto a ella. Ni siquiera me tomaba las molestias de leerlos. Estaba decidido a tirarlos o hacer cualquier cosa con ellos.
Dag y yo paseábamos por el parque rodeado de árboles y bancas a la sombra de estos. Mi perro olisqueó a su alrededor. El can se descontroló de un momento a otro. Empezó a tirar de la cuerda y me llevó con él.
Ahí fue donde la vi después de tanto tiempo. Cheryl estaba allí, sentada en una banca. Solté a Dag por la impresión. Él fue corriendo y ladrando hacia donde ella se encontraba. El animal se abalanzó sobre la chica para comenzar a lamisquear partes de su cara. La chica comenzó a acariciarlo como siempre hacía cuando estábamos juntos.
Todos los sentimientos encontrados se revolvieron en mi interior. Ella se veía hermosa. Su cabello era movido por la suave brisa presente. Me congelé en mi lugar. Me sentía incapaz de mover un sólo músculo. Caminé hacia su lugar.
—Cheryl Smith —pronuncié su nombre con frialdad.
Te mueres por ella y aún así intentas tratarla mal.
Tú cállate, no es momento para ti.
Ella no reaccionó durante unos segundos. Se quedó como paralizada.
—Liam Noah, hacía mucho tiempo que no nos veíamos —reaccionó por fin.
—Un año, cinco días y tres horas exactamente —aclaré con desdén y furia—. ¿Por qué volviste, Cheryl Smith? ¿Por qué?
Ella se quedó callada.
—Mejor no me respondas. —Me crucé de brazos—. Dag —llamé a mi perro, sin embargo, este no se movió—. Perfecto. Vete tú también.
Me marché maldiciendo a todos en voz baja. Todos se van. ¿Por qué me pasa esto a mí? Siempre he sido un buen tipo. No recuerdo haberle hecho daño a alguien. Al no ser cuando me robé unos caramelos en la tienda, pero era un niño. Eso no cuenta. En ese entonces mi madre ni siquiera había muerto y todo era como debía ser.
Pero, admito que hice mal en acostarme con la mejor amiga de mi ex-novia.
No aguanté más y fui a emborracharme a cualquier bar. Lo que nunca había hecho en mi vida lo haría hoy. Tenía dinero suficiente, soy rico después de todo.
Me dirigí a un bar cercano bastante caro. Entré. Me senté en la barra del lugar y pedí unos tragos de lo más fuerte que había.
***
No sé cómo logré ponerme en pié para llegar a mi casa. Me di una ducha fría. Me quedé quieto debajo del agua cayendo. Pasé una mano por mi cabello. Me sentí demasiado frustrado. En un arranque de ataque de ira, lancé un fuerte golpe a la pared frente a mí.
Salí de la ducha y sequé mi cabello. Me cubrí de la cintura para abajo con una toalla. Seguía un poco mareado por todo el alcohol en mi sistema. No quería volver a verla. Fui directo a mi dormitorio. Pensé en ignorar el sonido proveniente de mi celular en cualquier punto de la habitación.
Observé el nombre del contacto mostrado en la pantalla del teléfono. Mi hermano llamaba. Era insistente, así que descolgué la llamada para que lo dejara ya de una vez.
—¿Qué quieres? —exigí saber, de mala gana.
—Ya sabes que volvió —asumió él por mi tono de voz—. Y también has bebido mucho.
—Bebí solo un poco —mentí.
—No seas duro con ella y mucho menos contigo mismo —aconsejó mi hermano con un tono de voz suave.
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AMOR ALQUILADO√√
RomanceUna psicóloga a la que le faltan unos cuantos tornillos. Un boxeador al que no le gusta luchar. Hay algo mal aquí. Comprar la misma casa y no saberlo está bien jodido, pero vivir juntos y ser completamente extraños lo es aún más. Completamente opues...