No pude evitar mi expresión de sorpresa. El camino hasta una de las casas de los LeBern fue relativamente corto. En media hora llegamos. La mansión era enorme. Además de hermosa. En la entrada habían unas columnas preciosísimas y blancas. La residencia en sí estaba pintada de blanco. Eso daba un toque de claridad al hogar.
Mi expresión fue aún mayor cuando entramos a la casa. Noah parecía divertido. Todo se encontraba impecable. Mi novio me llevó hasta una enorme sala con una mesa rectangular y grande en el centro del espacio. Alrededor habían algunos muebles de color marrón claro.
En esa mesa esperaban pacientemente el hermano mayor de Liam Noah, su padre y la madrastra. Saludé a todos con una fingida sonrisa de alegría por verlos.
Me senté al lado del boxeador. Intenté parecer lo más formal posible. Es difícil. Y más cuando no estás acostumbrada. Sonreír todo el tiempo es aburrido.
Unos minutos después de la llegada llevaron comida a la mesa. Mucha comida para solo cinco personas.
Aunque me doliera desperdiciar no comí demasiado.
Espíritu de pobre. Forever.
Nací pobre y moriré pobre.
Después de la cena para "conocernos mejor" subimos al auto de Liam Noah. Se supone que íbamos a casa pero no lo hicimos. Miraba por la ventanilla con desesperación. Me preocupé al pensar que se había vuelto loco, ¿me estará secuestrando?
Paramos en un local ni extenso ni pequeño. Habían dos ventanas de cristal y por ahí se veía hacia dentro. Libros. No lo puedo creer. Estoy frente a una librería.
Me bajé del auto con rapidez, me apresuré para llegar a la entrada y confirmar que no era una alucinación. No vi en qué momento aparecieron tantas personas a mi alrededor, pero ahora estaban rodeando a Noah. Espero no arrepentirme de lo que haré en unos segundos.
Me acerqué al tumulto de personas que habían allí. Bombardeaban al pobre chico con toda clase de preguntas. Robé toda la atención en cuanto agarré al boxeador del brazo.
—¿Sois pareja? —preguntó uno.
—Así es —me limité a responder—. Ahora, si nos disculpáis, tenemos cosas que hacer.
Me lo llevé adentro de la tienda. Toda mi emoción volvió de golpe al ver tantos libros en un solo lugar. Solté un gritillo, emocionada. Al boxeador parecía gustarle mis reacciones, pero no le presté mucha atención.
—¡Liam Noah, esto es el paraíso! —afirmé a punto de explotar de felicidad.
—Tienes un minuto para tomar todos los libros que quieras, yo los pagaré sin problemas. —Sonrió.
Que encantador.
Hasta ahora sólo tenía tres libros en físico. Todos los demás los he leído en Wattpad. Debo admitir que todo esto es súper emocionante. No había nadie en la librería —además de la encargada—, sólo estábamos Don Musculitos y yo.
Me dirigí a los primeros estantes, la sección de Novelas juveniles. Comencé a lloriquear cuando vi mis libros favoritos ahí. Y lloré más cuando vi el precio. Era ridículamente caro. La saga entera de "Meses a tu lado" se encontraba ahí. Tomé el primer libro de la saga y me quedé mirándolo por un instante. Lo abrí y le eché una ojeada. Tan lejos y tan cerca a la vez. El Destructor, quien se había quedado atrás, vino a mí en cuanto me escuchó.
—¿Por qué lloras? —preguntó, extrañado.
—Es uno de mis libros favoritos —aclaré mirándolo a los ojos, todavía lloriqueando.
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AMOR ALQUILADO√√
RomanceUna psicóloga a la que le faltan unos cuantos tornillos. Un boxeador al que no le gusta luchar. Hay algo mal aquí. Comprar la misma casa y no saberlo está bien jodido, pero vivir juntos y ser completamente extraños lo es aún más. Completamente opues...