Capítulo 16

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Leo se dió cuenta por sí mismo de lo que pasaba con el imbécil de Chris y Sara. Por lo tanto no tuve que decirle algo sobre lo que sospechaba. El rubio sufre de ataques de ira que no puede controlar. Y lo descargaba todo golpeando y maltratando a mi mejor amiga.

Me decidí a visitar a la camarera en su apartamento. El empresario —mensajero de la familia—, me siguió hasta allí, pero yo no lo noté. Realmente estaba preocupada por Sarita.

Las gemelas abrieron la puerta cuando llegué al apartamento de su madre. Me recibieron alegremente aunque se pusieron más felices al ver que su padre estaba justo detrás de mí. Desde la sala del lugar escuchamos los gritos de Sara. Ella estaba en la habitación junto a Chris, el cual se encontraba en medio de uno de sus ataques y estaba a punto de golpear a su novia hasta que Leo llegó a interrumpir.

Lo siento por mi amiga, pero yo la menos chismosa corrí hacia allí para ver la pelea.

Sí, ya sé que soy mala persona. Pero no vivo de las opiniones ajenas.

—Leo ¿qué haces? —Fruncí el ceño con desaprobación—. Si lo vas a golpear, golpea bien, fuerte, preciso. Venga, Leo, que no se diga.

Nadie:
Ni un alma:
Cheryl animando a un amigo para que golpee bien al malnacido de Chris por haber maltratado a nuestra Sarita.

Fui una buena amiga y saqué a la camarera de esa habitación mientras que Leo pateaba el trasero del rubio. Después regresé y le di una patada a Chris justo en el estómago. Bien merecido que lo tenía.

Las gemelas abrazaron a su madre. La camarera decidió denunciar a Chris por maltrato y él terminó preso.

Ay, adoro los finales felices. Pero tú Cheryl, ¿qué hay de tu final feliz?

Dudo tener un final feliz de como si fuera un cuento de hadas. Y los cuentos de hadas son sólo una fantasía estúpida.

***

Meses después, el cumpleaños de Alissa había llegado por fin. Los hermanos LeBern como buenas personas que son, alquilaron una casa en la playa por una semana. Me llevé mi mejor bikini. No sé cómo ni cuándo pasó, pero Sara y Leo se llevan mejor últimamente. Incluso compartirían una de las habitaciones de la casa con vistas al mar. Alissa dormiría sola. Supongo que está destinada a la soledad.

En la mañana nos pusimos nuestros respectivos trajes de baño. Y los cinco amigos nos lanzamos al agua. Liam Noah y yo nos alejamos un poco del grupo. Los demás prácticamente no se dieron cuenta o hicieron caso omiso a esto.

—Te ves muy sexy con ese traje de baño —confesó el boxeador.

—¿Crees que no lo sé? —admití con descaro.

—Eres muy hermosa y genial, Sherif —expresó él, agarrándome de la cintura y acercándome a su cuerpo.

—Seguro le dices eso a todas. —Me hice la dolida.

—Pues sí. A todas les digo que me encantas tú —dijo él, dejándome sin palabras y ruborizada en el acto.

Lo besé una vez más. Sentía que aunque lo besara más de mil veces en el día no era suficiente.

Regresamos con los demás luego de besuquearnos un tiempo más tarde.

—¿Ya hicieron el delicioso? —preguntó Alissa, la cumpleañera, con malicia.

Por mi parte hubo un buen silencio y por parte de Don Musculitos sólo se escuchó una carcajada. Aunque no hicimos nada, me moría de vergüenza. Me hundí en el agua salada, aguantando la respiración.

AMOR ALQUILADO√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora