Capítulo 23

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Un mes pasó volando. Mucho más rápido de lo que esperaba. El crecimiento de mi vientre aún no se notaba. Liam Noah, Leo, Sara y yo decidimos hacer algo así como una boda doble.

Derek había hecho un curso de esos que casan a las personas. De cualquier modo era solo firmar un papel y ya estaba. Seríamos allí solo nosotros seis y además las gemelas. Por esto no era necesaria tanta comida y preparativos. El evento se desarrollaría en un campo abierto, lejos de la ciudad, pero fácil de llegar por carretera.

Había una mesa rectangular con comida y bebidas. Para decorar se colocaron floreros y velas. Derek se vistió de blanco, se veía un poco extraño teniendo en cuenta que es moreno igual que Alissa. Ella tenía puesto un vestido de dama de honor color celeste hasta el suelo con los hombros al descubierto. El velo de Sara llegaba al suelo. El vestido era tipo "Línea A" con escote en V muy hermoso.

Yo llevaba una corona de flores y mi cabello suelto. Mi velo llegaba un poco más abajo de mi cintura. Mi vestido de novia era del tipo "Sirena" con florecillas bordadas sobre la tela blanca y sedosa, también tenía mangas largas.

Don Musculitos y yo oficialmente estábamos casados luego de firmar el papel. Eso era muy emocionante aunque mi familia no estuviera aquí para celebrar.

Frente a nosotros había un pequeño arco decorada con flores y globos blancos. Detrás de esta se encontraba el amigo de los hermanos. Todos nos hallábamos muy felices. El turno de Sara y Leo había llegado.

No había nada de qué preocuparse, hasta que de la nada llegó un auto y de este se bajó nada más y nada menos que Erick cuando mis amigos ya habían firmado el papel de matrimonio.

Él se bajó del coche con un cuchillo en la mano aunque al parecer sólo yo me di cuenta de su llegada.

—¡Si no eres mía, no eres de nadie! —gritó este a Sara, dejando ver el arma de doble filo.

Estas fueron sus últimas palabras.

No pensé con claridad. Solamente pensé en proteger a mis amigos, sin consecuencias. El agresor no me había visto. No le di tiempo a hacer algo. Agarré uno de los floreros y lo rompí en la cabeza de Erick.

Él cayó al suelo. Su cabeza sangraba. Yo estaba temblando. En serio esperé a que se levantara, sin embargo, no lo hizo. Me agaché para medir su pulso. Había muerto. No tenía pulso. Yo maté a una persona.

Se sintió horrible. Pero, era algo que tenía que hacer por el bien de todos. Y lo haría todas las veces que fuera necesario.

Tragué saliva siendo conciente de que tenía un cadáver frente a mí. ¿Ahora qué haríamos? Todos éramos testigos de un asesinato, aunque en defensa propia es imposible que paremos en la cárcel.

Llamamos a la policía. Yo seguía en shock, casi sin poder respirar. La imagen de la sangre no se me borra de la mente. Aunque lo superaré.

La policía llegó y dijimos lo que pasó sin mentir. Quedamos libres de cualquier sanción. Ninguna de las dos parejas dejó de ir a su respectiva Luna de miel.

***

Ocho meses después del incidente había superado todo eso relacionado con Erick. Debía ser fuerte por mi bebé. Mi meta y única preocupación era ser una buena madre.

Liam Noah y yo estuvimos de acuerdo en dejar el sexo del bebé en sorpresa. Durante el trabajo del parto, el ex boxeador no me abandonó ni un segundo. Más tarde, al pasar unas tres horas por lo menos, tenía a mi primera hija entre mis brazos.

Su corazoncito latía fuerte. Nació sana y sin ningún tipo de problemas. Esto me alegró mucho. Lloraba de felicidad pronunciando su lindo nombre. Mi esposo estaba a mi lado, con un brazo rodeando mis hombros.

AMOR ALQUILADO√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora