Por favor, díganme que Leo no acaba de besarme. Mi jefe no puede haber hecho eso. Es imposible. Seguramente ya me estoy volviendo loca. Creo que necesito una consulta con mi mejor amiga. Sí, definitivamente la necesito.
¡Charlotte, acéptalo!
¡No!
¡Pues cállate un rato!
¡Yo soy la protagonista, conciencia estúpida!
¡Y yo soy tu conciencia y debes hacerme caso!
Leo se levantó de la cama. Ni siquiera podía reaccionar o pensar con claridad, mi mente era un verdadero caos. Y normalmente ya lo es. El CEO me miró una última vez antes de irse.
Me tapé la cara con mis manos y solté un pequeño grito ahogado. No quería esto. No quiero esto.
Suspiré aún con la cara entre mis manos para luego levantarme y ver una figura femenina atravesando la puerta de la habitación.
—Eres una maldita perra —murmuró una voz que ya no sonaba tan dulce.
Después de todo, ella me lanzó al agua luego de expresar su obsesiva posesividad con respecto a Leo y yo la ignoré completamente. Como si ese hombre me importara. Él es sólo el padre de mis hijas al fin y al cabo.
—¿Disculpa? —pronuncié yo, totalmente desconcertada.
—Lo que escuchaste. ¿Acaso crees que no vi cómo te hacías la víctima frente a mi prometido? —enunció Nicole.
—Yo no he hecho eso.
—¿Me estás diciendo mentirosa, perra estúpida? —cuestionó.
Quiero irme ya. Tengo hambre.
Rodé los ojos.
—Exactamente —le respondí sin titubeos.
Ella pareció ofenderse.
¿Ya me puedo ir?
—Juro que te voy a destruir —verbalizó la rubia.
—Quiero ver que lo intentes. —Me eché hacia adelante, acortando la distancia, en modo chantaje emocional. Sonreí al pronunciar la última palabra.
—Y yo quiero ver cómo te arrodillas frente a mí mientras pierdes a tus queridas niñas —contraatacó.
Me hirvió la sangre en ese momento. Con mis hijas, no.
Levanté la mano y le di con ganas el buen bofetón que se merece, al hacerlo volteó su cara por el golpe. La chica se llevó una mano a su mejilla.
Esta mujer se ha llevado muchos bofetones el día de hoy.
Se lo merece.
—Por mis hijas yo mato. —Añadí en tono de amenaza.
Recogí mis cosas y me marché de allí con la cabeza en alto. Nicole se quedó sola, con la mano en la mejilla y la boca abierta, derrotada.
Un rato más tarde me enteré de que Cheryl había terminado en prisión preventiva hasta que su novio pagó la fianza. Resulta que ella golpeó al padre de Nicole. No sabía que mi mejor amiga era tan violenta.
Cherlyl es la bomba.
Pues sí. Ojalá pudiera ser un poco más como ella.
***
Después de la fiesta, Chris —mi vecino que siempre me ayudó con las niñas cuando eran pequeñas— y yo, nos hicimos novios. Al principio todo estuvo bien. Incluso se lo presenté a mis mejores amigas.
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AMOR ALQUILADO√√
RomanceUna psicóloga a la que le faltan unos cuantos tornillos. Un boxeador al que no le gusta luchar. Hay algo mal aquí. Comprar la misma casa y no saberlo está bien jodido, pero vivir juntos y ser completamente extraños lo es aún más. Completamente opues...