Ninguno de los dos durmió anoche. Al terminar en mi habitación nos fuimos a la suya. Ese boxeador no se cansa. Él dormía plácidamente cuando me dispuse a irme de su cama. A mí me dolían las caderas. Por suerte siempre tiene protección a mano.
A eso se le llama salir preparado.
Shhhh. Silencio. Déjame continuar.
Me vestí y él ni siquiera se enteró de que me fui. Caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta correspondiente a mi dormitorio. Entré y lo primero que vi fue mi teléfono con un mensaje iluminando la pantalla.
Sara estaba en camino. ¡La fiesta! ¡El plan! Me había olvidado de la fiesta y del plan al que llamé "Operación Lara" juntando la inicial de Leo con el nombre de Sara. Miré la hora. Eran las 10:00 de la mañana.
Me apresuré a cambiarme lo más rápido que pude con lo primero que encontré en mi clóset. Un Jersey negro y unos pantalones ajustados fue suficiente. Me cambié enseguida, lo más rápido que pude.
Salí y me dirigí a la cocina. En la nevera había una buena cantidad de cervezas. Con eso y algo de música ya era suficiente para montar una fiesta.
Parece que hoy no habrá desayuno.
Pues no.
Me dirigí hasta donde el Don Musculitos, desnudo, dormía como un tronco. Abrí su puerta escandalosamente. Él se despertó sobresaltado. Le expliqué la situación de la fiesta y que debía levantarse ya. Liam Noah obedeció, se puso ropa y salió del cuarto como un cohete.
Escuché el timbre sonar. Sara había llegado. Me dirigí a la puerta principal de la casa y con una enorme sonrisa le recibí.
—Hoooola —saludé yo, dándole un abrazo.
—Hola. —Rió ella, devolviendo el abrazo.
—Buenos días, Sara. —Liam Noah apareció detrás de mí.
—Buenos días —habló la chica.
—Adelante, Sarita —ordené yo.
La castaña entró a la casa y se sentó en el sofá.
—Pero, bueno, ¿en dónde está la música y la bebida? —preguntó ella, con espíritu.
—No puedo creer que iban a empezar sin mí. —El empresario y mensajero de la familia llegó de manera dramática e imprevista.
—Hermano —pronunció Liam Noah a modo de saludo y saludó a Leo chocando los puños.
—Cariño, trae cervezas para todos —pedí al boxeador.
Dejé solos a los invitados de nuevo para poner algo de música y así animar el ambiente.
***
Un par de horas más tarde, todos estábamos reunidos en la mesa del comedor, además borrachos. Admitiré que nos pasamos de copas, por así decirlo. Nos divertíamos haciendo chistes malos y riéndonos de cualquier payasada que hacíamos.
Mi sitio era al lado de Liam Noah y mi amiga Sara se encontraba al lado de Leo.
Me levanté de mi silla para buscarme otra cerveza, la anterior ya se me había terminado. No sé con exactitud cuantas cervezas bebí, sólo se que fueron muchas y aún no se acaban.
—¿Y si jugamos verdad o reto? —Volví a mi lugar, luego de abrir la lata de cerveza que agarré.
—¡Oh, venga ya! No juego eso desde que estaba en primero de secundaria y eso fue hace mucho tiempo —anunció la chica.
ESTÁS LEYENDO
AMOR ALQUILADO√√
RomanceUna psicóloga a la que le faltan unos cuantos tornillos. Un boxeador al que no le gusta luchar. Hay algo mal aquí. Comprar la misma casa y no saberlo está bien jodido, pero vivir juntos y ser completamente extraños lo es aún más. Completamente opues...