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—¿Por qué traes esa cara?

—¿No notaste algo raro en esa niña?

—¿Cuál de las dos?

—La pelirroja.

—...¿Sus ojos de demonio?

—¡Sí! ¿Qué significa?

—...¿Que es un demonio?

—...Pero... ¿Un demonio con cuerpo de niño?

—¿Podría ser? Tal vez también hayan niños ángeles... Nos alejamos del Cielo y el Infierno hace tanto tiempo que ya no sabemos cómo funciona todo eso...

—¿Qué haría un demonio así en este lugar?

—...Probablemente lo mismo que hacen todos los que trabajan en Tentaciones: TENTAR a las personas... No sé... No es nuestro problema... Oye... ¿No se te antoja... salir a comer algo? ¿En el Ritz, quizás?

—...Ya sabes la respuesta.



La misión que a cada Ángel Custodio le es asignada consiste en proteger, durante toda su vida, a la persona a la que es vinculado; pero también es su deber guiarla por el buen camino, hacia la salvación de su alma.

Con el plan de la Segunda Venida en marcha, Samara sabe que debe actuar rápidamente para conservar la inocencia de Lilit.




Toc toc toc toc.



—¿Samara? ¿Qué haces tú por aquí?

—¿Puedo ver a Lilit?

—...Claro. Pasa. Debe estar... en el jardín, o algo... Disculpa; tengo una reunión virtual... Sólo... ve por ahí...

La preocupación del Ángel era que la pequeña se estuviera inclinando por las artes oscuras y lo demoníaco, como ya había comprobado el día anterior. La matanza de palomas tampoco había sido una buena señal.


—¡LILIT!

No sólo muertas; las palomas estaban apiladas en el jardín, preparadas para ser quemadas en una pequeña fogata.

Samara actúa sin pensar, y chasquea los dedos para revivir, por medio de un milagro, a las palomas.

—...¡¿Cómo hiciste eso?!

—¡Me prometiste que dejarías todo ese asunto de la brujería!

—¡No estoy haciendo brujería! ¡Las palomas son como brujas! ¡Traen pestes y enfermedades! ¡Y tienen piojos!

—...Lilit... Son seres vivos, como nosotras... También sufren... Y sí, tienen piojos... como los niños... Y los perros tienen garrapatas, que pueden pasar a las personas... Pero estoy segura de que jamás matarías a tus perros, ni los incinerarías...

—...Jamás lo haría...

—¿Ves? Eres una buena niña... No hagas estas cosas tan horrorosas...

Lilit parece entenderlo, en un principio.

—...Pero... es divertido matarlas... —Escuchar esas palabras de la pequeña realmente horroriza a Samara. No consigue decir más nada; simplemente la observa con estupor, sin saber qué hacer.

𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora