PARÍS
No es difícil que algunos demonios se sientan cautivados por los lujos del mundo humano. Restaurantes de alta categoría, comidas exquisitas y grandes excentricidades; estos suelen ser los pasatiempos favoritos de tales criaturas.
Francia es el punto más elegido para estas actividades; especialmente París. Es común, también, que aprovechen dichas ocasiones para encontrarse con otros demonios.
Cabello negro hasta los hombros, bien peinado; traje negro y ojos ensombrecidos: así se le puede reconocer a Asmodeo; uno de los Príncipes del Infierno.
Su mirada permanecía oculta tras la carta de vinos desde hacía ya dos horas. Se mantuvo en aquella postura un largo rato, aun después de haber llegado su compañía: una mujer alta, de cabello negro, lacio y largo, y ojos carmesí.
—Escuché que dejaste esa vida en familia con la que tanto te habías encaprichado... ¿La niña finalmente murió?
—La niña está muy bien. Está con su padre.
—Si eso dices... Ya sabemos que todos tus hijos están condenados a morir, eventualmente...
—Hace bastante tiempo que al Cielo dejó de importarle lo que haga con mi vida...
—...¿Qué quieres, Lilith? ¿Volver a trabajar para el Infierno?
—No me quedaré de brazos cruzados, mientras nos aniquilan y encierran en el Inframundo...
—¿Y por qué, de todos los demonios y Príncipes Infernales, me buscas a mí?
—...Asmodeo, querido... Siempre fuimos una dupla increíblemente poderosa... ¿No te atrae la idea de exterminar a los Arcángeles, y acabar con el Cielo? Gobernar la Tierra y el Infierno... juntos... Hacer lo que nos plazca...
—...Eres una víbora manipuladora y venenosa... Y eso me fascina...
Con la información obtenida de las niñas, Aziraphale y Crowley podían iniciar la búsqueda del Ángel poseído. Sin embargo, creían que aún había tiempo para relajarse un momento y disfrutar un café en lo de Nina, antes de reencontrarse con Athatriel y los ángeles.
—¡Señor Fell! ¡Mire nada más!
—Hola, Nina...
—Alguien dijo que jamás lo volveríamos a ver por aquí...
—Ahórrate el discurso de "te lo dije"; no estoy de humor para escucharte...
—Como gustes. ¿Qué les sirvo? ¿Seis expresos para ti?
—Muy graciosa... Dime una sola razón para no convertirte en polvo ahora mismo...
—Alguien tiene que preparar los cafés. Los dependientes a la cafeína de esta ciudad se derrumbarían sin mí...
—...Te salvas, por el momento...
—...Sólo... tráenos dos lattes, por favor...
—Enseguida.
—Cuando todo haya terminado, lo primero que haremos será... irnos... a Alpha Centauri, de vacaciones... Solos, los dos...
—...Me encantaría...
Los ojos de Crowley se iluminaron detrás de las gafas.
El ángel reafirma su respuesta, sonriéndole mientras le sujeta la mano.
—Oigan...
—¡No... otra vez! ¡Athatriel! ¿Qué quieres?
—¿Saben algo del Ángel poseído?
—Sí... Sam; sombrero ridículo y ropa de lana... Joven... Mujer... ¿Algo más?
—Sí. Todo el Plan se puso en movimiento, esta mañana... Sigue en Londres, por ahora; pero debemos darnos prisa...
—¿Y las plagas?
—Pasado mañana, en Egipto. Miren... ¿Qué les parece si... unos nos encargamos de buscar y detener al Ángel, y el resto de enfrentarse a los Arcángeles, cuando liberen las plagas?
—¿Cómo era la frase? ¿"Divide y vencerás"? Creo que no le fue muy bien a Napoleón, con eso...
—Esa es una cita de Julio César...
—¡Napoleón también la utilizó!
—¡Concéntrense! Crowley, tú deberías ir a Egipto... Nos vendría bien algo de fuerza demoníaca para combatir al Cielo... Aziraphale... Has dicho que conociste a Jesús, hace dos mil años...
—...Sí, pero...
—Nos dividiremos para buscarlo, y luego veremos cómo lidiar con él...
—...No me agrada la idea de... separarnos... —se quejó Crowley.
—...A mí no me agrada mucho lo incompleto que está el plan... —agregó Aziraphale, inquieto.
—Es lo mejor que tenemos.
ESTÁS LEYENDO
𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"
FanfictionEl final de la segunda temporada nos deja a la espera de otra amenaza que llega desde el Cielo: la Segunda Venida de Cristo. Aziraphale deberá decidir, definitivamente, a qué bando se unirá; mientras tanto, Crowley intenta sobrevivir a un corazón ro...